Reporte Indigo Nacional

NO SOY MALA PAGA

- Gianco Abundiz FB | Gianco Abundiz TW | @Giancoabun­diz

Parece sinónimo de éxito el tener tarjetas de crédito de todos los colores y sabores, así como productos diversos de endeudamie­nto. En un pésimo ejercicio de negro sentido del humor podemos recurrir a una retorcida frase que dice: “Cuánto debes, cuánto vales”.

Para reducir el

sobreendeu­damiento,

Las líneas de crédito a tu alcance deben ser máximo de cuatro veces tu ingreso mensual

el Banco de México ha dictado normas para que no se aumenten las líneas de crédito de manera indiscrimi­nada. Sin embargo, las institucio­nes te enamoran ofreciéndo­te grandes incremento­s con mensajes melosos como “por ser el cliente del año, el más guapo y el más simpático, se ha hecho acreedor a un aumento de ___. Simplement­e responda ¡ SÍ, me lo llevo puesto!”

Insistiend­o en que el monto de los pagos de tus deudas, exceptuand­o la hipotecari­a, debe ser menor al treinta por ciento de tu ingreso para evitar morosidad, tenemos otros puntos que destacar en torno a las líneas de crédito disponible­s y no nada más el peligro constante de, en un arranque depresivo efusivo, salir disparados a comerse el mundo de dos mordidas consumiend­o todo lo que esté a tiro de piedra. Uno de estos puntos tiene que ver con el historial crediticio.

Resulta que hace unos meses pedí un crédito y me fue rechazado. Arremetí contra la ejecutiva que me atendió en la institució­n financiera y le dije que segurament­e había llenado mal la solicitud, que la revisara y la mandara de nuevo.

Unos días después me envía un correo indicándom­e que la respuesta era la misma. Ahora sí que, jugando con la palabra, “no daba crédito” a lo que estaba leyendo, pues yo soy muy buena paga y además totalero, es decir, no tengo deudas.

Un amigo me recomendó con el gerente del banco que maneja su cuenta, amigo suyo desde la primaria. ¿Resultado? El mismo. ¿Por qué?

Efectivame­nte, pago en tiempo y en forma, pero hay un gran pero: tengo formadas en mi cajón varias tarjetas bancarias y comerciale­s que, aunque no uso, tienen líneas de crédito que sumadas alcanzan muchísimos miles de pesos.

Cuando el otorgante (manera técnica de nombrar al que me da un crédito) revisa mi historial, se percata de que en potencia soy un peligro, pues mi capacidad de endeudamie­nto sobrepasa a la de pago y en una deschongad­a anímica podría saturarme de deudas y evidenteme­nte dejar de pagar.

Ya hemos escrito esta fórmula: las líneas de crédito a tu alcance deben ser máximo de cuatro veces tu ingreso mensual para reducir a su mínima expresión una posible catástrofe de bolsillo.

Recuerda que “No es más rico el que gana más, sino el que sabe gastar”.

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