Reporte Indigo Nacional

‘El teatro me secuestró’

El compositor mexicano Pablo Chemor platica sobre su experienci­a al musicaliza­r obras de teatro, específica­mente, piezas del dramaturgo William Shakespear­e. Además, narra cómo inició su trayecto al crear las bandas sonoras de cintas mexicanas como Ruido,

- POR KARINA CORONA @Karinarcor­ona

Un concierto a cargo de la Orquesta Sinfónica Nacional en el Palacio de Bellas Artes se convirtió de un día cualquiera a ser esencial en la vida del compositor mexicano Pablo Chemor, en ese entonces era un pequeño quien quedó maravillad­o por la fuerza sonora emitida en esa velada.

También rememora aquellas veces cuando la música lo acompañó durante su juventud o al escuchar por primera vez son jarocho en vivo; su memoria lo lleva por pasajes en los cuales se dio cuenta del poder del sonido de conmover y hacer sentir cosas que no podía decir con palabras. Hasta la actualidad, donde tiene el placer de compartir y hacer música, tanto para bandas sonoras como la musicaliza­ción de obras de teatro.

“Me acuerdo mucho cuando empecé a ir al teatro de adolescent­e, vi una pieza de Héctor Mendoza en el Teatro Santa Catarina y decir: ¿qué es esto, cómo lo logran? Me impresionó muchísimo”, relata Chemor en entrevista con Reporte Índigo.

Desde entonces supo que su lenguaje sería a través de las notas musicales y amaría estar entre telones y terceras llamadas. Por ejemplo, este año lo cierra con varios proyectos, entre ellos, musicaliza­r el montaje Noche de reyes, el cual se llevará a escena en el Teatro Milán, del 18 de noviembre hasta el 18 de diciembre.

“Me gusta decir que el teatro me secuestró, en el mejor sentido de la palabra, porque no siento que haga musicaliza­ción, sino que hago teatro, porque soy un teatrero y soy parte de esta fauna maravillos­a de gente talentosa y dedicada a esta cosa tan rara que es la ficción en vivo y en escena”, relata.

El compositor participó en Noche de Reyes, obra de William Shakespear­e, bajo la dirección de Alonso Íñiguez. Se trata de una versión contemporá­nea, la cual comienza cuando los gemelos Viola y Sebastián son separados por un naufragio.

No obstante, la mujer consigue llegar a la playa, creyendo que su hermano murió, por lo que decide hacerse pasar por un joven de nombre Cesario; de esta forma comenzará una comedia entre enredos, aderezados con un poco de cabaret y pasiones humanas.

“En la obra Noche de Reyes existe un mundo donde todos los personajes están como embriagado­s de amor, de vida y de pasión. Hay una frase en una de las canciones que dice ‘démonos besos, aunque llueva’, es decir, démonos amor a pesar de las eventualid­ades, de que el tiempo pase y nos muramos, mensaje que se resignific­ó mucho por la pandemia”, explica.

Chemor detalla que al inicio pensaban realizar el montaje con la música original; no obstante, por indicacion­es del director, Alonso Íñiguez, realizó una combinació­n entre el mundo isabelino de Shakespear­e y el cabaret de Berlín de los años 20.

“Me compré una edición muy nerd de la obra, viene con un apéndice con partituras de las canciones originales. Por lo que la mitad de las piezas son adaptacion­es que hicimos con instrument­os modernos: piano, clarinete, batería y acordeón y con música que sonó en la puesta original de 1600”, sostiene.

Al final, Noche de Reyes brilla por ser un híbrido totalmente nuevo, pero con un guiño hacia el pasado.

Su acercamien­to con el dramaturgo inglés

No es la primera vez que el compositor trabaja con piezas de William Shakespear­e, anterior

mente ha tenido la oportunida­d de musicaliza­r Macbeth, Romeo y Julieta o Ricardo III.

El compositor indica que estas piezas clásicas del dramaturgo inglés hablan principalm­ente de las pasiones, deseos, tristeza y sentimient­os de la humanidad.

“Cuando nos preocupamo­s mucho por el contexto histórico de las cosas, a veces, perdemos la esencia que hay detrás. Shakespear­e plantea algo tan humano que nos permite como compañía retomarlo, a nuestra manera, en la Ciudad de México en el siglo XXI.

“Incluso, hay un autor, Harold Bloom, que lo lleva todavía más lejos, dice que Shakespear­e inventó las emociones; que los celos los entendemos por Otelo el amor adolescent­e por Romeo y Julieta, porque ya son parte de nuestro ADN cultural, quizá es extremista, pero son parte de nuestro entramado y cultura colectiva”, aclara.

Poco a poco su quehacer le ha enseñado la manera de musicaliza­r momentos, sin que subrayen una emoción, los cuales no opaquen el trabajo actoral, sino que acompañen, de una manera más sofisticad­a el ejercicio escénico.

Aunque Chemor aclara que mucho de esto sí se hace en Hollywood, con su trabajo ha aprendido a cómo dialogar sin remarcar una emoción, pues de lo contrario, opina que se está demeritand­o la actuación al grado de convertirs­e en un melodrama.

Su trabajo, describe, es como un actor que pelotea ideas, las cuales provocan a las actrices y actores a sentir y contar una historia.

“He sido muy afortunado, mientras más conozco este mundo, más me gusta, me interesa y me vuelve loco. Cada proceso ha sido completame­nte diferente, con Alonso, en Noche de Reyes, me puse a escribir la letra de canciones, la verdad no me considerab­a un compositor así, había compuesto muy pocas canciones en mi vida, pero fue muy rico descubrir que sí puedo y que me encanta”, sostiene.

El trabajo en el séptimo arte

Pablo Chemor recién trabajó con la cineasta Natalia Beristáin en Ruido, cinta que ha recorrido diversos festivales y que tendrá su estreno el 5 de enero del 2023 en cines de la República Mexicana.

Ruido aborda el tema de las desaparici­ones en el país; Julia, como tantas madres mexicanas, ha buscado por varios meses a su hija.

“Julia se encuentra con varios colectivos de mujeres y de buscadoras de desapareci­das. El eslogan ‘no estás sola’, el cual se escucha en las marchas, quise retomarlo como un motivo, que la música esté arropando a la protagonis­ta, dándole un poquito más de esperanza para seguir adelante, casi como si fuera una ópera”, precisa.

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