Arte que le habla a las minorías

El artista Damián Suárez utiliza la técnica de bordado para crear piezas óptico-cinéticas que plasman su libertad, pero también que hablen de su lucha, la cual involucra haber salido de su lugar natal, Venezuela, para llevar un mensaje de belleza y resist

Para el artista venezolano Damián Suárez crecer en un ambiente rural le permitió abrazar y proyectar con más fervor sus sueños, los cuales, en ese entonces eran en el mundo del espectáculo, pues su única ventana a la libertad fue a través de una pantalla de televisión.

Los años pasaron y esos sueños se fueron cumpliendo; sin embargo, un día una vecina le enseñó en poco más de 10 horas diversas técnicas de bordado. Así descubrió que su verdadera vocación era proyectar a través de sus manos.

El artista venezolano es conocido por su particular técnica, en la que a partir de hilos y madera construye obras óptico-cinéticas, estrechamente vinculado a la escuela venezolana de arte abstracto. Han pasado 10 años, en los cuales Damián confiesa a Reporte Índigo ha sido un trayecto complejo, pero muy bello.

“A los 25 años me dediqué por completo, me vine a México e hice una carrera como artista, algo que me ha traído mucha paz. He conseguido una nueva forma de expresarme y de servir, hacer dinero y sobrevivir, porque soy millennial y venezolano, soy parte de las minorías, mi camino no ha sido fácil, pero lo he tenido que hacer sostenible para mí y mi familia”, conversa el artista.

Aunque ahora Suárez disfruta de los frutos de muchos años de trabajo y esfuerzo, como exponer en Europa y Estados Unidos, incluso, dejar su lugar natal para hacer realidad su sueño, admite que hasta la fecha ha tenido que luchar ante diversas críticas hacia su obra.

“Ha sido un canal para expresarme, gran parte de mi discurso actual es primero para encontrarme, es lo más importante y sagrado, me conecto con mis obras, con el hilo y sus kilómetros, las semanas y todo el tiempo que le dedico, lo cual puede ser muy intenso, místico”, explica.

Las críticas ahora lo hacen más fuerte para plasmar en cada hebra su mensaje que si bien no tienen explícitamente algún símbolo político, lo importante es ver por la libertad e identidad.

“Pero también, te soy honesto, me vale madres lo que piense el mundo masculino o heteronormativo sobre mi oficio y de lo que ‘hace, o no, el hombre’. Han intentado frivolizar mi trabajo llamándolo decorativo, o porque, en algunas oportunidades, se incluyen en diseño de interiores, eso sigue siendo una postura totalmente machista y supremacista.

“Viene desde el movimiento Art Decó y del sufrimiento de estas mujeres Annie Albers, quienes propusieron una forma de vivir del arte y la creación artesanal para hacer algo hermoso, que te conecte con tu espíritu”, indica Damián.

Todas experiencias las recuerda a 10 años de haber iniciado este camino y el que podrá celebrar al abrir este año su galería en México. Esto lo motiva para seguir creando y demostrar que lo más poderoso en la actualidad es el amor.

“Hoy en día me parece importante poner sobre la mesa todas las crisis y las dificultades que tenemos con los distintos ámbitos medioambientales, sociales culturales, pero también conectar con el silencio, la creación artesanal y el contacto de persona a persona, eso también es un mensaje con carácter político”.

“Me sigue moviendo mi voz para hablar sobre las minorías y de la migración. Tengo una relación muy próxima con México, en donde intento hacer una responsabilidad social y positiva para mi generación y sus necesidades actuales, decirles que sí se puede, siento que es mi responsabilidad como millenial y venezolano”, reflexiona.

Visita su galería: Av. Benjamín Franklin 201, Hipódromo, Cuauhtémoc, Ciudad de México