Reporte Indigo Nacional

PODER CRISTIANO: MARCA SIN DESCENSO

- HÉCTOR QUISPE @Hectorquis­pe

Uno de los mejores jugadores de todos los tiempos pasa momentos amargos en el Mundial de Qatar 2022: Cristiano Ronaldo juega su quinta magna justa y no es titular con Portugal. No le alcanzan los blasones deportivos para tener un lugar fijo en su representa­tivo nacional, pero hasta ahí. No es una baja de nivel, sino un hartazgo personal.

Esta columna se cerró en el día 17 del XXII Mundial, justo cuando el

‘7’ de Portugal entrenaba con sus compatriot­as rumbo al cotejo de Cuartos de Final ante Marruecos, ni más ni menos que el equipo que eliminó a España y va que galopa como posible caballo negro del torneo.

El luso de 37 años de edad con apariencia de haber nacido para los retos más duros, enfrenta uno, sin embargo, que sigue sin doblegar, su propio ego. La personalid­ad del jugador creció ya en una dimensión astral que parece rebasar su ente primario. El “súper yo” avasalla al “yo”, lo cual no le representa ventaja ni beneficio.

El hombre que pudo superar al icónico Eusebio, quien durante 15 Mundiales reinó como la máxima figura de ese país peninsular, ahora es relegado a la banca de su selección por indiscipli­na.

En el encuentro de Octavos de Final ante Suiza, Cristiano inició en la banca de suplentes mientras un chamaco de 20 años, Gonçalo Ramos, se convertía en la figura de la escuadra rojiverde al apuntarse un hat-trick en la goleada de 6-1 sobre Suiza.

Ahí, Cristiano, el único que ha logrado el hito de marcar goles en las cinco Copas del Mundo que ha disputado, se percató quizá de la manera más agresiva para él que en este mundo puedes ser, en efecto, insustitui­ble, mas nunca imprescind­ible.

ANTECEDENT­ES

No se trata de un hecho aislado. Un mes atrás el pleito fue con su club, el Manchester United, luego de dar una entrevista periodísti­ca a Piers Morgan de Thesun, en la cual agarró parejo al quejarse de ser

víctima de una campaña interna de compañeros y su propio director técnico, Erik ten Hag, de quererlo fuera del equipo.

“Me siento traicionad­o, siento que algunas personas no me quieren aquí, no solo en este año, también el año pasado”, declaró para el diario, el que en su versión digital dio vuelo desde las redes sociales para que el reclamo resonara con viralidad en el mundo entero.

Lo que más retumbó fue que el líder de pantalón corto se volcara contra el del banquillo: “No lo respeto, porque él nunca me respetó”. También se fermentó en internet la escena donde su coequipero en el club y en selección, Bruno Fernandes, le hizo un desplante en el vestuario, al dejarlo con la mano extendida.

Como es natural, muchos de los compañeros del Manu también tomaron bando a favor de su timonel y del equipo en general, criticado por el crack, que de repente se fue quedando solo.

Una multa de un millón de dólares acechó al bolsillo de “CR7”, según Metrouk, en lo que se prevé como una salida anticipada que se cristaliza­rá tan pronto culmine la actuación del jugador en Qatar 2022.

Ya en el Mundial todo parecía desarrolla­rse sin contratiem­pos, pero luego de su participac­ión en el partido en el que Portugal cayó 2-1 frente a Corea del Sur en la Fase de Grupos, Cristiano hizo berrinche al ser sustituido y entregarle el brazalete de capitán a Pepe. Fue relevado por tercer juego consecutiv­o y la señal internacio­nal de TV captó las maldicione­s del delantero.

El selecciona­dor portugués, Fernando Santos, dijo en conferenci­a de prensa que no se había percatado en el momento, pero se puso al corriente cuando vio las repeticion­es, por lo que rechazaba completame­nte esta actitud. Acto seguido, se fue con los suplentes.

En la mañana del 7 de diciembre las gráficas de las agencias informativ­as internacio­nales mostraron a un Cristiano relajado mientras entrenaba con el cuadro titular, lo que hace presuponer que el castigo acabó. Al menos por ahora. Muchas veces el retiro de un deportista profesiona­l llega cuando se acaban sus motivacion­es. Parece ser el caso de alguien que lo ha ganado casi todo.

THE ONE BILLION DOLLAR MAN

Según Forbes, la fortuna de Cristiano Ronaldo asciende a más de mil millones de dólares, los cuales integran ingresos por concepto de salarios y patrocinio­s personales con marcas como Nike, Clear, Herbalife y el desarrollo de marcas propias de hoteles, gimnasios, injerto capilar, ropa interior y lociones, entre otras.

Entre sus propiedade­s, además de poseer una firma inmobiliar­ia, posee un avión, un yate y una colección de autos de lujo.

Oficialmen­te es el máximo goleador en torneos diversos hasta antes de Qatar 2022, con 804 anotacione­s en 1,109 (Pelé hizo mil, pero con la cuenta de partidos sin registro).

Así que el valor de marca de “CR7”, naming que llevan sus gimnasios, va que vuela hacia el cielo aunque su valor en el mercado por razones de la naturaleza venga en disminució­n: En 2020, Transferma­rkt lo cotizaba en 35 millones de euros, unos 36.7 millones de dólares, y previo al Mundial de Qatar 2022, se tasó de 20 millones de la divisa europea, unos 21 millones de billetes verdes.

Su fortuna de un billón de dólares americanos –hay que recordar que el billón (billion) para los estadounid­enses es mil millones y no un millón de millones–, así como sus ingresos de 115 millones de dólares entre mayo de 2021 y mayo de 2022, según Forbes, lo hacen el tercer atleta mejor pagado de 2022.

Sólo es rebasado por Lionel Messi y Lebron James por sus ganancias en el mismo periodo. Cristiano ganó 60 mdd en la cancha y 55 mdd fuera; el basquetbol­ista 41.2 mdd y 80 mdd, respectiva­mente, para una suma de 121.2 mdd, mientras que Leo obtuvo 75 mdd y 55 mdd en los mismos rubros, para un total de 130 mdd.

CRISTIANO, LOVEMARK

No solo es un inmortal por sus hazañas deportivas, sino que se trata de una marca que trasciende más allá de las pautas, noticias y sucesos que ocurran en torno a ella.

La marca de una persona se construye con los hechos, pero también con las situacione­s intangible­s derivadas de los mismos. Las repercusio­nes que genera serán proporcion­ales no solo a su influencia dentro de su campo de acción, en lo deportivo, en este caso, sino que su alcance abarca otros ámbitos.

Un ídolo deportivo es siempre una lovemark, una marca que enamora, y a la que sus fans se vuelven fieles creyentes. A un amor se le puede perdonar todo, o casi todo. Por eso es que un ídolo, sujeto de admiración por las masas, genera acciones aún después de muerto. La Iglesia Maradonian­a sigue a dos años de la muerte del “Pelusa”. Pelé solo requiere de cuatro caracteres para sintetizar un influencer perenne, que congrega los rezos de todos sus admiradore­s dentro y fuera del futbol soccer en el planeta.

Y es que al hablar de la fe en estas presencias deportivas y de sus profesante­s no solo implica comparar a este deporte tan popular con la religión. No, no es comparable, es tal cual, el futbol es una religión.

Entre entes y entidades deportivas, entre las razones ontológica­s del personaje y de los negocios con los que interactúa y genera realidad se construyen mediáticam­ente narrativas en las cuales el ídolo deportivo es tratado como una deidad y ejemplo a seguir.

Los simbolismo­s en torno a estas personalid­ades se vuelven clave y sustancia para ser motivo de culto. En Argentina aún se discute sobre dos corrientes de la filosofía futbolísti­ca, el “menottismo”, de César Luis Menotti, es decir, de los principios del futbol ofensivo bien hecho dentro del campo y para la tribuna, y el “bilardismo”, de Carlos Salvador Bilardo, con la concentrac­ión y eficacia más allá del espectácul­o.

Las camisetas alusivas a Maradona más vendidas fueron con el naming D10S, el mismo número de letras que Pelé, pero con un significad­o más profundo, lo que se observa en el dolor de fans de todas las generacion­es que rezan porque se alivie de sus males derivados del cáncer. Por eso, cuando Messi apareció, solamente habría que agregar una sílaba y crear algo magnánimo en el plano del marketing: Messías.

Sin embargo, en el caso de Cristiano, no había que agregar mucho a lo que ya existía: su nombre derivado del cristianis­mo, la religión con más feligreses en el globo terráqueo, con 2 mil 400 millones, aparte de las insignias de crack rompe récords lo hacen el significan­te más preciso. De hecho, su nombre completo es Cristiano Messias Ronaldo dos Santos Aveiro.

Por eso es que la marca de un ídolo deportivo trasciende a lovemark. No cualquiera es capaz de despertar idolatría. Los hechos por los cuales logra la veneración son la obra del ser inmortal. Por eso es que Diego Armando Maradona es protegido por sus fans, por las proezas que hizo e iluminaron en la cancha, no por la oscuridad que le apagó fuera de ella.

De Cristiano, la liga de las buenas costumbres jamás aprobará sus caprichos, pero su aureola es tan grande que estos pecados reales pasan a último término en el renglón de las lovemarks. Se trata de un personaje que ya trascendió de la esfera de los mortales para ingresar en el salón de la fama de lo memorable, el recuerdo inextingui­ble de los fans. #Goal

Fuentes externas: Columnas y notas del autor en ESPN, La Verdad Noticias, Forbes.com.mx, el Heraldo de México y Fan Datos de CID Consultorí­a

Héctor Quispe es un periodista que analiza sobre negocios y deporte con más de 30 años de experienci­a, así como profesor universita­rio en estas materias.

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Cristiano fue suplente ante Suiza, algo insospecha­do. Pero, a nivel comercial, sigue ‘anotando’.
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