‘EL DRAG ES UNA HERRAMIENTA ARTÍSTICA Y CULTURAL’
Alberta Cánada es una drag queen, activista y tallerista en espacios culturales de la Ciudad de México. En entrevista, cuestiona que los programas que han popularizado a esta expresión sigan reproduciendo estereotipos
Alberto Patiño comenzó a estudiar teatro cuando tenía 12 años en una escuela del INBA. Más adelante, cuando estudiaba teatro en la UNAM, fue violentado por un compañero por ser gay. “Llegué sangrando a la coordinación de la carrera para pedir una sanción al chico y su posición fue que, pues, yo me lo buscaba por no ser discreto”, recuerda en entrevista.
Su forma de protestar fue travestirse. Un gusto que había desarrollado desde pequeño, en un círculo familiar que siempre lo protegió y que jamás lo juzgó por su atracción a los vestuarios, al maquillaje y la moda.
Con su formación actoral y escénica, decidió primero hacer cabaret. Pronto nació Alberta Cánada, una drag queen, cabaretera, modelo, cantante, educadora, defensora de los derechos humanos y simpatizante del EZLN.
Su primer acto público, cuenta, fue en San Cristóbal de las Casas, en 2009, en una época donde ver este tipo de expresiones en las calles era todavía poco común:
“Organizamos la primera marcha gay de San Cristóbal, siguiendo el recorrido de los zapatistas cuando se levantaron en armas, iba con un vestidito, con tacones. Éramos 10, no más, cuatro de la Ciudad de México que fuimos a alborotar y un grupo de lesbianas. Conforme marchamos, los niños chamulas se fueron con nosotros, me iban pisando la cola, me iban quitando las ores y se las ponían. Las niñas me decían: ‘es que eres una princesa, ¿verdad?' Y yo decía: ‘no, soy como tú’”.
A partir de ahí, Alberta Cánada ha hecho cabaret, conciertos, activismo en las calles, ha participado en cortometrajes, como La primavera rosa en México (2016) e imparte talleres de vestuario, maquillaje y distintos aspectos del drag en espacios culturales de la Ciudad de México.
Con una amplia carrera en el cabaret y el activismo, esta drag queen ha atestiguado la transformación de esta expresión en México. Por eso, al hablar de la reciente popularidad de programas en plataformas y medios de comunicación, celebra que se esté ganando visibilidad, pero también cuestiona que sean contenidos donde se siguen reproduciendo estereotipos.
“Creo que ayuda a masicar un estilo, un arte, lo hace popular. Nos ayuda porque nos da un espacio de ejecución, nos da una plataforma de proyección de nuestras habilidades artísticas o técnicas, pero, por otro lado, establece parámetros del estilo que no siempre encuentro atractivos, que son chistes de putas, perra, de esta banalidad”.
“Las dragas iniciamos estos discursos opinando sobre un sistema que nos oprime y ahora ¿dónde están las voces de las dragas si solo están cantando canciones de alguien famoso? o cuando sacan una canción es: ‘cojo, cojo cojo’, 'eres una perra', 'vete muy bonita' y yo no sé eso en qué contribuye a dignicar nuestras vidas”.
Alberta Cánada se pregunta de qué manera estos contenidos de entretenimiento están contribuyendo a derribar estereotipos patriarcales e ir ganando terreno en los distintos sectores de la sociedad, especialmente cuando aparecen discursos de odio en las estructuras políticas y, en algunos lados, como en Monterrey, surgen intentos de regular su presencia en espacios públicos y su trabajo con niños.
“Creo que se debe entender que el drag es una herramienta escénica, cultural, expresiva y artística, que no sólo es un medio de entretenimiento fatuo, banal. Utilizamos herramientas de la moda, de la cultura pop, pero también hacemos poesía, también debería haber un entrenamiento ¡sico, gestual, cultural porque si no caemos en lo que nos critican, que es reproducir estereotipos que someten a lo femenino, a lo diverso”.
“¿Por qué una drag tiene que estar rasurada de las piernas? ¿Por qué debemos ser curvilíneas y sensuales? Hay ahí una discusión pendiente en la comunidad LGTBIQ+. Está blanqueada. Tienen que llegar productores heterosexuales o gays de mucho varo a hacer programas en Youtube para difundir algo, cuando hay quienes llevamos años ganando la calle, los estados más conservadores, y tenemos que estar en un sistema, aprendiendo de los medios masivos de comunicación, de lo que nos enseñó Televisa”, cuestiona.
Creo que se debe entender que el drag es una herramienta escénica, cultural, expresiva y artística, que no sólo es un medio de entretenimiento fatuo, banal”
Alberta Cánada