Ninguna joya sobra
Una nueva joya se inserta en la corona parisina: SO/Paris, se apresta a conquistar la Ciudad Luz con un sello artístico y fashionista.
Como capital mundial (de la moda, el arte, el romance y tantas cosas más) París está llena de símbolos y locaciones emblemáticas. El río Sena ocupa un lugar entre todas ellas y no uno menor. Divisor de la capital francesa entre margen derecha e izquierda, recorrerlo (sea en un barco o caminando por una orilla) permite observar varios de los edificios parisinos más significativos, como la torre Eiffel, Notre Dame o el Louvre. Ahora, como un testigo privilegiado, en primera fila de cara al Sena, el SO/Paris se suma al panorama de esta fascinante postal en la capital francesa. Y lo hace con el respaldo del grupo Ennismore, un colectivo global de hoteles que procuran ir más allá de la hospitalidad, añadiendo propiedades únicas y experiencias a su portafolio de 14 marcas en algunos de los puntos más vibrantes del globo, entre los cuales, claro está, no podía faltar París. SO/Paris no sólo se añade al grupo sino que se convierte en su nuevo buque insignia, debido a su perfil.
Más que un mero alojamiento, este hotel se jacta de ser un centro creativo donde el arte y la moda no se manifiestan con tímidos matices, sino que inundan todos los espacios:
122 piezas a lo largo y ancho del hotel, y eventos relacionados con el mundo fashion que cambian con cada temporada. Reúne 162 habitaciones; el restaurante-bar y club del hotel, Bonnie; un spa; gimnasio y, de manera intangible pero
inestimable, vistas privilegiadas de la Ciudad Luz. Su director, Stéfan Viard, asegura que SO/ Paris no es un hotel más para el destino, sino un acontecimiento mucho más ambicioso: “El nuevo estándar para un modo de vivir totalmente parisino, y el sello creativo y con estilo de vida para la industria de la hospitalidad del mañana”.
El estilo del edificio está inspirado precisamente en el Sena, en sus ondulaciones, así como en la historia parisina. Arquitectura y diseño tienen la firma de la agencia RDAI (célebre por múltiples colaboraciones con Hermès), que consideró incluso la inundación de 1910 para dar forma a elementos como las columnas del lobby. Y aunque el hotel está pensado para los viajeros modernos, un acento de los años 60 se percibe en Bonnie, con los ecos de libertad y rebeldía que ello significa. Motivos sobran para conocer esta joya en una ciudad que rebosa de ellas, pero donde las nuevas adquisiciones son siempre bienvenidas.