Creatividad sonora
Delay, ordenando el desorden
En el mundo del audio y la producción existe un gran abanico de efectos y procesadores de señal digital (DSP), que se emplean para dar color o forma tonal al sonido, es decir, instrumentos reales, virtuales, voces u otras fuentes de audio externas, todo en tiempo real.
En nuestros días y con los avances tecnológicos es posible usar procesadores para manipular sonidos hasta volverlos irreconocibles, por esto son tan populares entre los productores. Estos dispositivos, ya sea hardware o software (plug ins), abarcan casi todas las posibilidades de procesamiento y manipulación de audio que se puedan necesitar en tu trabajo cotidiano. Entre las opciones más habituales destacan el ecualizador, los procesadores dinámicos, las modulaciones, las distorsiones, las reverberaciones y los delays (retrasos).
Eco vs delay
Hablamos de delay para referirnos a cualquier retardo sobre la señal original y a eco (Echo), cuando este retardo puede ser identificado por nuestro oído como una señal más, aparte de la original. Así, hay que distinguir dos vertientes del efecto: el llamado eco simple, donde la señal sólo se duplica una vez y que simplemente retarda la señal respecto a la original; dependiendo del efecto buscado, este retardo puede variar desde pocas milésimas a segundos y de una manera muy amplia se pueden clasificar en tres:
-10 milésima o menos: estos modifican el espectro del sonido, son preponderantemente tímbricos. -10 - 50 milésimas: estos producen sonidos más gruesos. -50 milésimas o más: en estos, las repeticiones temporales se comienzan a percibir.
El eco se consigue cuando la señal se retarda entre 50- 60 milisegundos o más.
Por otra parte, en el eco múltiple (delay), hay que definir cuál será el tiempo de retroalimentación (feedback delay), es decir, el número de veces que se va a producirá ésta (a veces se expresa en porcentaje de señal) y el nivel de salida.