Voluma
Trovador eléctrico. Al frente de Zoé, León Larregui ha impuesto con su canto un andar pausado y un estilo ausente de sobresaltos. Sin prisa por envejecer, el compositor buscó en Voluma, su segundo solitario, el universo vintage de su propia madurez. Estos son sus tiempos.
Aurora Boreal. Reflejo de su creciente popularidad, Voluma celebra además, la llegada de un heredero. Con el CD, León anuncia una nueva luna llena y el nacimiento de su primer hijo.
El acontecimiento se está festejando con una exitosa gira, en la que el cielo carmín es lo más agresivo.
Seis de la tarde, calle Independencia en el Centro Histórico de la Ciudad de México. Afuera del colosal teatro, la banqueta luce rebosante de parejas que se arremolinan frente al letrero de Localidades Agotadas que cuelga de la taquilla. ¿Qué sucede adentro?
Cero no ser
El artista plástico Gabriel Cruz Rivas está al frente del diseño de producción y video. Estudiante de Arte Digital, lleva diez años en la industria del espectáculo, ya que por azares del destino, comenzó a trabajar la imagen de Zoé, en este mismo teatro, durante el primer concierto en el Metropólitan de la banda, en una época en la que era poco frecuente la coordinación entre pantallas y acordes.
A raíz del éxito de Zoé, Gabriel se integró a las giras de Caifanes, Café Tacvba, Hello Seahorse! y los Bunkers, además de poperos del arraigo de Ana Torroja, Ely Guerra, Paulina Rubio, Pepe Aguilar o Sasha, Benny & Erik; lo mismo haciendo diseño de escenario, que producción de video.
Con León. “Él siempre está muy involucrado en la parte visual, pero a diferencia de su proyecto solista, también está Rodrigo Guardiola (batería), quien tiene una formación cien por ciento de cineasta”, Gabriel indica; “esto hace que los proyectos sean muy completos. En este caso, León está conmigo, tiene ideas muy precisas y se involucró en la creación de los visuales”, reconoce; “hay varios de su autoría, que hizo para sus canciones, pero también son parte del show”.
Rebotando ideas
“Llegamos a la conclusión de que (antes que nada), debíamos tener un diseño de espectáculo que nos permitiera ser flexibles, llevarlo a todos lados, ajustarlo para teatros e interiores (no festivales ni exteriores) y que pudiéramos ponerlo a piso sin tener que colgar nada”, señala Gabriel; ”que