José Rivera,
Haber nacido en Puerto Rico y radicar en Nueva York desde los cinco años hace de José Rivera un verdadero “Nuyorican”. Uno que se convertiría eventualmente en la pieza más importante para la transmisión de sonido en todos los conciertos de Marc Anthony. Uno que, aunque usted no lo crea, no creció sólo escuchando salsa, sino alguien que compraba discos de Heavy Metal y hip hop. A su presencia durante sound: check Xpo 2017 en la Conferencia Anual AES México gracias a Meyer Sound, la conversación era obligada y así nos compartió un poco de su vida y obra.
Caminos marcados
José Rivera creció rodeado de música de la más fina y músicos muy talentosos. Al fin y al cabo Nueva York. Su padre le regaló una guitarra acústica apenas llegando a esta intensa ciudad y a partir de ahí la música ha sido todo para él. “Esa guitarra la aprendí a tocar yo solo”, comenta José, quien fue muy dedicado para el arte desde muy joven. ¿ Qué sucedió después de eso? “Eventualmente me integré a una iglesia, donde el grupo musical de alabanzas incluía todos los instrumentos de una banda básica como bajo, batería, piano, guitarra y saxofón. Ahí fue donde la música despertó totalmente mi interés, al punto que por mi cuenta comencé a aprender a tocar los instrumentos que mencioné antes”, sigue José.
Ya dentro del mundo de la música de una u otra manera, el audio llegó a la vida de este ingeniero. “Uno de los cantantes con quien trabajaba estaba grabando en un estudio cuyo dueño se llamaba Isaac Hernández, y este cantante, viendo mi pasión por la música, me expuso la idea de que solicitara un trabajo de medio tiempo ahí con él. En ese estudio grababan músicos de excelente calidad y yo me quedaba maravillado por lo que hacían con sus instrumentos”. Curiosamente este fue uno de los factores adicionales que lo encaminaron hacia las consolas: “al ver cómo ejecutaban les preguntaba la manera en que lograban hacer eso. Me respondían que estudiaban ocho horas al día mínimo. Me sorprendió y al mismo tiempo me di cuenta de que yo nunca le dedicaría tanto tiempo a esto. Tal vez eso hizo que me interesara un poco más por el audio hasta el momento en el que me involucré mucho siendo todavía un niño. Tenía trece años”, recuerda.
A los quince años, José ya estaba haciendo sonido en vivo y a los 19 se le presentó la oportunidad de salir en una gira con RMM, que era en ese entonces la disquera más importante de salsa. “De los 15 a los 19 años trabajé en un empresa de renta que se llamaba AVS Nueva York, en donde fui construyendo mis bases para audio en vivo. Pero no sólo iba construyendo eso, sino también relaciones, ya que esta empresa rentaba en lugares donde se presentaban grandes músicos como Héctor Lavoe, Johnny Pacheco y Tito Puente. Así que cuando comenzamos a hacer giras grandes ellos, ya me conocían”.
El tiempo pasó y Marc Anthony se cruzó en su vida mientras José mezclaba para una importante artista llamada Sa-Fire. “Lo que sucedió” recuerda José, “fue que por un lado yo comencé a mezclar para Sa-Fire, donde Marc Anthony era corista. Y por otro lado, Sergio George, que para ese momento ya era una persona importante en el medio y con quien yo había tenido una relación de amistad muy cercana desde hace mucho tiempo, descubrió el talento de Marc y decidió producir su primer disco. Así fue como empezamos a trabajar juntos”.