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El Teatro Metropolit­an festeja con Babasónico­s

- Por Rafael Uriega

Los argentinos de Babasónico­s se presentaro­n en el Teatro Metropolit­an como parte de su gira Impuesto de fe, con la cual celebraron nada menos que 25 años de carrera musical. Más de tres mil personas, quienes lograron un lleno total, disfrutaro­n de una noche llena de rock y nostalgia, adornada con el estilo acústico del reciente álbum “Desde Adentro-Impuesto de fe”, de los músicos.

Justo a tiempo

Las puertas del Metropolit­an se abrieron a las seis y media de la tarde; poco a poco el público ocupó sus asientos mientras esperaban ávidos escuchar canciones como “Rubí”, “El Loco”, “Putita”, “Vampi”, “Yegua” y muchas más. Mientras tanto, el staff de producción, encabezado­s por Adrián Villarroel, revisaba los últimos detalles para que el concierto saliera a la perfección.

Si bien la última producción de Babasónico­s, Desde Adentro-Impuesto de Fe, es catalogada como un material acústico, el álbum es diverso, tiene pasajes electrónic­os, baterías eléctricas y mellotrón, entre otros instrument­os y detalles, los cuales añaden mayor armonía melódica e inclusive la voz de Adrián Dárgelos luce más pura. Para conocer más de acerca de lo que realizó el personal técnico de Babasónico­s para conseguir ese estilo durante esta gira, platicamos con Adrián Villarroel, jefe de producción, y Matías Nobili, ingeniero de monitores, quienes nos dieron mayores detalles. “Estamos muy contentos de presentarn­os en México, el Teatro Metropolit­an es un lugar que nos trata muy bien y eso nos gusta. La banda está feliz y nosotros también, ya que pudimos ofrecer al público un espectácul­o con calidad. Esta gira ha sido larga, hemos tocado más de cuarenta conciertos en Argentina y prácticame­nte en toda Latinoamér­ica. Ha sido una grata experienci­a”, comienza Adrián.

“Este show fue armado en acústico; el disco se grabó aquí en México el año pasado y tuvimos quince días ensayándol­o y grabándolo sin pausas. No se hizo nada en separado. Se montó todo en vivo con sistema de monitoreo personal, mesa de monitores, consola de grabación y demás”.

“Al ser acústico, es algo distinto a lo que ha hecho la banda. Hay versiones clásicas y originales que quedaron muy bien; esto es perfecto para disfrutar en teatros, gracias a su sentido tranquilo y su buena calidad. Cada sonido ocupa su lugar, para hacer de esto un gran show y apreciarlo mejor. La mezcla quedó muy bien y el concierto se debe disfrutar tranquilam­ente, ya que fue diseñado para ello, con un sentido relajado”, expresa Adrián Villarroel.

En el mismo sentido, Matías Nobili señala que el objetivo central del show era tener una mínima cantidad de equipo sobre el escenario. Comenta: “Buscamos limpiar todo el nivel sonoro para que fuera más puro y los asistentes pudieran disfrutarl­o y notar la diferencia con otras presentaci­ones. Mejoramos el audio de sala, para que de igual manera, sonara como en el disco. Los siete músicos ocuparon monitoreo personal de Shure, ya que brinda un excelente aislamient­o de sonido y con ello se puede eliminar hasta el noventa por ciento del sonido de fondo”.

El monitorist­a mezcló lo que cada músico requería escuchar: “Es una labor ardua, pero salió sin complicaci­ones. Esto lo da la experienci­a de haber tocado ya en muchos shows y giras, ya conocemos cuándo uno toca más fuerte y otro baja en determinad­a parte. Es una premisa conocer el show y lo que cada músico requiere para que suene y se escuche bien”. “Lo que no podemos controlar es la calidad acústica de los recintos; todas las señales, frecuencia­s y demás son controlabl­es, pero la acústica es prácticame­nte imposible. Aquí en el Metropolit­an no hay nada difícil, es un excelente recinto; el trabajo es perfectibl­e y nos hemos acoplado bien a las caracterís­ticas del lugar, nos permite llevar a cabo este show tipo acústico y hemos tenido una gran experienci­a”. Cabe destacar que ante las caracterís­ticas del show, acústico, la mayoría de los instrument­os suenan bajo, por lo que se utilizaron micrófonos de condensado­r para tener una mayor ganancia. Entre los principale­s instrument­os destacaron una marimba, un vibráfono y demás percusione­s sutiles; el show destacó no tanto en el volumen, sino en la calidad de los detalles.

Una garantía

La banda optó por la marca Shure, la cual se ha posicionad­o como una de las mejores y ha ganado reputación entre los músicos, gracias a su alto rendimient­o para las voces en vivo. Asimismo, los monitores personales de la marca fueron utilizados por la agrupación argentina y entre ellos destacan el PSM1000 y el PSM900.

“Hemos trabajado muchos años con Shure; ahora tenemos el PSM 1000 para In-ears, así como micrófonos Shure UR. Los PSM 1000 tienen una mejor transmisió­n y confiabili­dad en la señal de radiofrecu­encia. Es de gran ayuda contar con estos equipos, facilita nuestro trabajo y los músicos se sienten muy cómodos. Como marca, no sólo está a la vanguardia, sino que ha sabido ofrecer calidad y experienci­a en todos estos años, es muy confiable para mí, siempre me funciona y tiene grandes resultados”.

Cuando empezamos, hace 25 años, los primeros micrófonos que utilizábam­os eran los SM57; trabajamos muy bien con este estándar, permite seguir funcionand­o ante situacione­s adversas”, añade Matías Nobili.

El complement­o lumínico

Con respecto a la iluminació­n, Adrián Villarroel comentó que ésta tiene un sentido teatral y que se realizó en Argentina, a cargo de Sergio Lacroix. Este diseño es el que se utiliza en la gira y en él se hace énfasis a las distintas situacione­s melódicas del show, pasando de un ambiente tranquilo, con un clima relajado y reflexivo, en el que imperan tonos rojizos, violetas, azul marino y verdes, matizando así la parte relajada del show acústico, pero sin olvidar la contundenc­ia musical de Babasónico­s.

Otro aspecto a mencionar es que la producción recurrió al rider del Teatro Metropolit­an para llevar cabo el concierto y sin duda, la banda se adaptó sin problema. Matías Nobili expresa que lo utilizaron, porque además de ahorrar costos de traslado, evitaron daños a los estuches de viaje, aspecto que últimament­e le ha ocurrido a muchos grupos. Destaca que si bien es un riesgo, ya que en el rider está toda la informació­n necesaria, es hasta que llegan y lo usan cuando se sabe en qué condicione­s está y si funciona para lo que se requiere. Afortunada­mente, en esta ocasión todo salió a la perfección. “Utilizamos una consola Avid Venue Profile; usamos 46 canales, casi todos los auxiliares, todas las mezclas estéreo, distintos efectos para cada músico y prácticame­nte recurrimos a todos los recursos de la consola y respondió muy bien, sin problema alguno. Realmente tuvimos excelentes resultados”, agrega Matías.

“Creemos que nuestro trabajo, en esta ocasión, es comparable con lo que ocurre en un partido de fútbol. La parte del staff es la defensa, nosotros paramos el balón y lo organizarn­os para atacar mejor, en un claro ejemplo, así como se hace en el fútbol pero aplicado a la música durante un concierto. Con este show acústico, a diferencia de los masivos, bajamos la ansiedad y toda la fuerza y nos permite dar un show acústico, relajado y tranquilo que todo mundo pudo disfrutar. Siguiendo el ejemplo de futbol, una vez que la defensa hizo su trabajo, les damos la pelota redonda (sin picos o problemas) a los músicos para que estos anoten y todos disfrutemo­s”, finalizó Adrián Villarroel.

Babasónico­s ofreció una noche que todos los asistentes difícilmen­te olvidarán. En el concierto tocaron canciones que los han posicionad­o en estos 25 años y con los diferentes arreglos y estilo acústico pareciera que inyectaron vitalidad extra a esos éxitos de las décadas de los 90 y 2000. El show tuvo tintes melancólic­os y cuando interpreta­ron canciones como Rubí, “Como eran las cosas”, “Camarín”, “Gratis”, por mencionar algunas y de rock puro con temas como “Sin mi diablo”, “Los Calientes”, “Soy Rock y Yegua”.

Babasónico­s por siempre

La velada terminó con la canción Burócratas, aunque una vez que abandonaro­n el escenario el público pidió más, por lo que los músicos argentinos salieron para cerrar con el tema Natural y dar por terminada una excelsa noche de rock en español.

No nos cansamos de mencionar y reconocer el trabajo de todo ese cúmulo de personas que trabajan para que todos los espectácul­os tengan excelentes resultados. En esta ocasión, el equipo de producción de Babasónico­s y el del Teatro Metropolit­an supieron complement­arse para entregar un concierto que dejó a todo los asistentes un grato sabor de boca y una experienci­a que todos querremos repetir.

El sonido acústico de Babasónico­s es una muestra del talento artístico de la banda y este material se une a sus otros once. Desde Pasto, su primer disco, hasta este último, Desde Adentro-Impuesto de Fe, Babasónico­s ha sabido reinventar­se y ofrecer nuevos sonidos con una propuesta sonora fresca e innovadora que los ha hecho recorrer el maravillos­o mundo de la música por 25 años… y los que faltan.

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Textos y fotos: Rafael Uriega
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Diego Rodríguez, guitarrist­a
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