Por Roberto Velazco
El diseño acústico de Silicone Studio fue un verdadero reto. El minucioso nivel de control sonoro que se requiere en un estudio de grabación y el uso del cristal son antagónicos; sin embargo, Soluciones Acústicas dio una adecuada alternativa al desafío, combinando las propiedades de reflexión con elementos difusores en la proporción precisa, todo con una vista a la naturaleza que invita a la creación musical
La tecnología hace la vida más cómoda, pero también la puede hacer más bella. En su función de embellecer, se han desarrollado infinidad de facetas: colores para los muros, acabados para muebles, Photoshop para modelos y fotografías, aerodinámica para automóviles, ropa y maquillaje, relojería o cirugía estética. Sí, cirugía estética.
Realidad de ensueño
Aunque todos sabemos de algunos casos dramáticos en los que la cirugía estética ha sido contraproducente, la evidente verdad es que una vasta multitud de mujeres ( y también de hombres, ¿por qué no?), se ha beneficiado en mayor o menor grado de esa tecnología dedicada al incremento del encanto personal. La aplicación de silicona se ha convertido en un requerimiento esencial para modelos, artistas y en general para mujeres que desean llamar la atención con un apoyo estético. De ahí la relación conceptual universal entre los términos “silicones” y “belleza aumentada”.
Cuando esta belleza reside en el arte de la música, la tecnología a cargo del delicado trabajo de capturarla, pulirla e incrementarla se encuentra en el estudio de grabación. ¿Silicones para la música?
La sílice o dióxido de silicio es un compuesto mineral abundante en la arena de la playa y es también el principal ingrediente del vidrio. A pesar de que el inicio de su historia se remonta a principios del siglo XIX, el silicio y los importantes compuestos que lo incluyen, conocidos como siliconas, son elementos icónicos de la modernidad. Sus aplicaciones van de la construcción a la medicina; de la cocina a la industria automotriz; de la electrónica a la oftalmología. En fin, han sido ineludibles y versátiles compañeros del arrollador e implacable avance tecnológico de la revolución industrial. Esta convergencia de facetas llevó a Soluciones Acústicas a integrar una fantasía de arena, cristal y ciencia que incubó en la increíble Costa Maya la realización de un sueño: Silicone Studio; tecnología para sublimar la belleza de la música. No es cosa fácil hacerse de un penthouse en Cancún y menos fácil aún es tener un estudio de grabación de alto nivel. Pero tener el mejor estudio de grabación con la mejor tecnología analógica y digital, la mejor vista al lago, la ciudad y el atardecer y la mejor acústica, todo esto hecho realidad en un penthouse, en Cancún, suena más bien a fantasía propia de películas de James Bond o de las hermanas Wachowski; sin embargo, Silicone Studio es una realidad.
Desde su luminoso y cristalino cuarto de control, frente a una clásica pero aún impresionante consola analógica Trident, reforzada con una poderosa batería de periféricos, también análogos, el ingeniero de grabación domina un compacto imperio que incluye tres cuartos de grabación y una pequeña sala auxiliar para pre-producción 5.1. El balcón, la terraza, el jacuzzi y la playa a quince minutos son solo complementos, valor agregado.
Retos por cumplir
El diseño acústico de Silicone Studio fue un verdadero reto. El minucioso nivel de control sonoro que se requiere en un estudio de grabación y el uso del cristal son antagónicos. La reflexión del sonido en la superficie dura, plana y lisa del cristal produce, al sumarse con el sonido directo, un evidente efecto de coloración sonora conocido como filtro de peine por la forma de su expresión gráfica. En Silicone, el principal valor agregado que lo hace diferente a los demás es la hermosa vista a través del enorme ventanal; aspecto imposible de eliminar o incluso bloquear parcialmente. Más aún; se decidió incrementar la sensación de amplitud y luminosidad mediante la instalación de un gran espejo en el muro trasero del cuarto de control.
La solución al problema originado por estas antagónicas condiciones se desarrolló combinando las propiedades de reflexión direccional coherente del cristal con elementos difusores diseñados y fabricados con polímeros transparentes, ubicados geométricamente en un sistema de flujo de energía sonora controlado y dirigido hacia estos elementos difusores, eliminando el resultante exceso de energía mediante el empleo del material absorbente acústico Absortech en la proporción adecuada y precisa para ajustar el tiempo de reverberación y evitar reflexiones primarias y sus correspondientes filtros de peine. Para el cuarto de control se seleccionó un tiempo de reverberación de 0.25 segundos, más acorde con las grabaciones de música pop, principal producto/objetivo del estudio. Los cristales frontales inclinados desvían el reflejo sonoro hacia el techo del cuarto de control, donde el Absortech y los difusores omnidireccionales PYD se encargan de controlar las reflexiones primarias correspondientes. Las reflexiones laterales se eliminan con material absorbente y el fondo del cuarto está cubierto con un difusor QRD de acrílico transparente que deja pasar el reflejo del gran espejo montado en el muro, pero proporciona la difusión imprescindible para lograr el sonido natural e incoloro del recinto, evitando que la arquitectura del lugar modifique la respuesta de los monitores Focal SM-9. Esto permitió desarrollar el aislamiento acústico entre el cuarto de control y el estudio de doble altura con grandes cristales de diez milímetros, lo que resultó en una cómoda separación de 68 dB, a pesar de la transmisión colateral y estructural, situaciones a resolver que habitualmente son de altísimo costo. No se comprometió la vista panorámica y se lograron los objetivos seleccionados para la reverberación y respuesta de los cuartos.
Por su parte, los modos estacionarios fueron resueltos aplicando resonadores Helmholtz sintonizados en las frecuencias problema, diseñados y fabricados con acrílico transparente y Absortech como amortiguador. La posición del operador es una zona libre de reflexiones primarias (a excepción de la inevitable superficie de la consola) y ondas estacionarias mediante este radical control sonoro. Así, el ingeniero de grabación puede estar seguro de que el sonido resultante de la mezcla, ecualización y procesos que escucha es justo lo que está capturando en su grabación. Todo esto mientras disfruta de la relajante y luminosa panorámica que lo rodea.
Objetivos amplios
El área de grabación de Silicone Studio presenta tres ambientes acústicos, uno de ellos controlable mediante un sistema de mecánica teatral que permite desplazar en forma vertical, con facilidad, dos grandes páneles difusores omnidireccionales para modificar, de acuerdo con las necesidades y preferencias del ingeniero de grabación, el campo sonoro en la sala de doble altura. Los otros dos cuartos ofrecen ambientes específicos a seleccionar: neutro, con un tiempo de reverberación cercano a cien milisegundos, y difuso, con una reverberación de poco más de medio segundo y un sonido cristalino y natural. La combinación y balance de elementos absorbentes, difusores omnidireccionales y aleatorios proporciona, además de una cálida imagen estética, un campo acústico de trabajo con amplias posibilidades en sus diversos ambientes.
En Silicone Studio el día transcurre dinámico y luminoso. La panorámica de la ciudad de Cancún incita a la acción y a la actividad productiva; las sesiones de grabación fluyen y el buen humor se mantiene continuo. Por las tardes, la puesta del sol sobre la laguna Bojórquez pinta los más increíbles paisajes, que se pueden disfrutar desde el cuarto de control mientras se ajusta la mezcla… o desde el jacuzzi, donde la creatividad realice su mejor efecto.
Al caer la noche, empieza la fantasía de colores; la línea luminosa de las avenidas, cinco pisos abajo, se continúa en el interior con un juego de cristales y luces programables que pueden establecer al gusto cualquier color y tipo de atmósfera: relajada, romántica, natural, erótica, festiva, cálida y demás. Aún en el ámbito profesional de la producción musical, donde se trabaja a niveles muy altos de tecnología y conocimiento, la polémica entre las ventajas de los equipos analógicos y los plugins virtuales está lejos de terminar. En el mundo subliminal, donde la opinión vale más que los parámetros medibles, las percepciones personales son el factor de decisión primordial. ¿ Qué es mejor? ¿ Grabar analógico? ¿Digital? ¿ Grabar analógico y mezclar digital? Cada productor tiene sus propias ideas y sabe lo que quiere.
En Silicone no hay conflicto; se cuenta con un arsenal de ambos universos. La consola analógica in- line Trident A- Range ofrece 32 entradas y 16 salidas, todas disponibles en el panel de parcheo. La lista de los procesadores periféricos conocidos como “fierros” analógicos es interminable; además de los excelentes preamplificadores de la consola Trident, Silicone ofrece más de diez preamps de clase mundial: Audiotronics, TAB Funkenwerk, Crane, Neve y otros.
Entre los compresores y ecualizadores analógicos que adornan el impresionante rack de equipos, podemos seleccionar marcas clásicas como UREI, Warm y White, o más actuales, como Aphex, Stam, Moseley, Tonelux, o incluso elitistas como Pendulum y Mamooth, por no incluir aquí toda la lista. Todos ellos también disponibles en la versátil y cómoda tira de parcheo. Micrófonos Neumann, Beyerdynamic, Sony, Avantone, Blue, Uger y Stellar también están listos para capturar cualquier detalle sonoro en las mejores condiciones. Dado que las grabadoras analógicas multicanal están en proceso de extinción debido a su alto costo, escasez y limitado número de tracks (24), la captura del valioso material de audio analógico producto de estos equipos, que debe ser impecable y prístina, se tiene que llevar a cabo en el ámbito digital. De ahí la cuidadosa selección de la interfaz responsable de transformar en bits nuestro preciado programa de audio, Antelope Audio Orion 32, que será controlada desde cualquiera de las plataformas Pro Tools 12, LogicPro X o Cubase 8.
Finalmente, para los defensores de las viejas tradiciones, será posible almacenar la mezcla resultante de todo este cosmos de creatividad y tecnología en una cinta magnética de media pulgada a través de una impecable y siempre recién ajustada grabadora Otari MX5050.
Habitualmente, los estudios de grabación se recuerdan con referencia a alguna característica singular: “El estudio de la consola Neve”; “El estudio con la pecera en el cuarto de control”; “El estudio estilo japonés”; “El estudio en el bosque” y demás. Silicone Studio puede ser recordado simplemente por ser un penthouse en Cancún, situación muy singular, pero también por tener un enorme rack de periféricos analógicos, por su excelente acústica (responsabilidad de Soluciones Acústicas, situación aún más singular), por el enorme difusor QRD de acrílico cristal con espectacular iluminación, por sus páneles difusores de mecánica teatral, por su luminosidad, o por integrar todas estas características poco comunes en un solo lugar.
A la distancia, Silicone nos hace pensar en la blanca arena de Cancún, en el cristal profusamente empleado en su arquitectura y en una avanzada tecnología analógica y digital. Todo lo necesario para capturar, pulir e incrementar la mágica belleza de la música.