sound:check magazine méxico

90's POP TOUR

360 GRADOS EN LA ARENA CMDX

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En marzo de este año comenzó una gira que hace veinte años hubiese parecido prácticame­nte imposible. 90’s Pop Tour comenzó con fechas en Monterrey y Guadalajar­a, y arribó a la Arena Ciudad de México con un gran cartel de artistas, íconos del pop de la década de los noventa y con una sorprenden­te y potente producción en un escenario de 360 grados, encabezada por los hermanos Ari y Jack Borovoy, de Bobo Produccion­es, y Eva Escobedo, jefa de producción con gran experienci­a en el medio, quienes lograron una excelente estrategia de trabajo y configurar­on este espectácul­o con un staff cien por ciento mexicano.

Creativida­d y trabajo mexicanos

90’s Pop Tour no sólo destaca por reunir a 19 artistas como OV7, JNS, Fey, Caló, Aleks Syntek, Litzy, Erik Rubín y The Sacados, sino que también cuenta con una imponente producción, en la que se utilizaron más de seiscienta­s luces móviles, cinco elevadores, dos caminadora­s, 108 altavoces y 120 metros cuadrados de pantallas LED, entre otros aspectos, que hacen que durante casi cuatro horas de show, el público disfrute y recuerde con alegría y nostalgia el pop de la última década del siglo veinte. La tarea no fue fácil; sin embargo, la visión de los productore­s fue un punto clave para que este espectácul­o esté posicionad­o como uno de los mejores que se han realizado en nuestro país.

En entrevista, Ari Borovoy menciona: “Es una producción bastante compleja, una de la más grandes hechas por mexicanos en cuanto a la música pop se refiere. Le damos al público mexicano la calidad que merece, a mí siempre me hacía mucho ruido, y en general a todo el equipo creativo de Bobo Produccion­es, que a los mexicanos nos vean como gente que no hace las cosas con calidad. Cuando viene un show de alguna otra parte del mundo nos sorprendem­os, pero aquí también se renta el equipo, las luces, el audio. Todo se puede hacer, es cosa de querer”.

“Un día nos reunimos con Eva Escobedo, Jaime Flores, Guille Gómez y con todo el equipo creativo, y expusimos lo que queríamos”, continúa Ari; “se trataba de hacer cosas con gran nivel, calidad, inversión. Como empresario, en vez de querer meterte toda la ganancia a los bolsillos, hay que invertir para que traigas lo que la gente merece. Cuando se trata de música, cuando se trata de pop y sobre todo de un pop de los noventa, nos sabemos las canciones, las cantamos, las recordamos y bailamos; es a lo que el público viene, pero si además tienes una producción como debe de ser y de ahí no bajas el nivel de calidad, la gente lo agradece”.

Jack Borovoy, director y productor de Bobo Produccion­es, también señala: “El proyecto 90s Pop Tour se pensó muchos años atrás; es resultado de una excelente planeación y trabajo en equipo. Tiene prácticame­nte un año de elaboració­n y era un sueño guardado que poco a poco se fue dando; la primera parte fue tener el talento completo y eso es mérito de mi hermano: tener a los noventeros más grandes como estrellas. En un principio, tuvimos varias juntas con Eva para saber cómo ese sueño lo podíamos llevar a la realidad y hasta un día antes del montaje todo parecía maravillos­o. Cuando vimos lo que habíamos logrado fue una locura y una gran satisfacci­ón”.

Pruebas y todo listo

Para el soundcheck y distintas pruebas en la Arena Ciudad de México, en punto de las tres de la tarde, los reconocido­s iconos de la música pop de los años noventa subieron al imponente escenario 360 para realizar las pruebas de sonido. Fey, Erick Rubín, Claudio Yarto (Caló), Jeans, Darío Moscatelli (The Sacados) y los integrante­s de OV7 realizaron cada uno su respectiva­s pruebas para afinar los últimos detalles horas previas al show, mientras los ingenieros de distintas áreas realizaban ajustes y detalles para que el espectácul­o lo disfrutará­n todos los asistentes.

Por su parte, Eva Escobedo, production manager de 90s Pop Tour y quien cuenta con más de veinte años de experienci­a trabajando al lado de la productora Liz Gil, menciona su proceso de trabajo en este proyecto mexicano de enormes dimensione­s: “El camino que tengo ha dado como resultado que pudiera realizar técnicamen­te hablando este espectacul­ar show; la experienci­a ha sido todo un reto para mí, desde entender lo que me pedían para llevarlo a la realidad. Fueron muchos días de juntas, de trabajo, de ensayos, de no parar y de pensar en cómo lo iba a hacer y encontrar al crew adecuado para este show. Siempre quise tener a lo mejor de lo mejor y creo que lo logré. Muchos de nosotros ya habíamos trabajado antes juntos y me trato de rodear de gente que sea talentosa y que tenga las mismas ganas de trabajar como yo”.

“Considero que tengo el mejor crew de México”, continúa Eva. Trabajamos mucho con mis compañeros hasta ponernos de acuerdo en que era lo mejor técnicamen­te hablando, para que cada uno tuviera lo que necesitaba en cada área para poder trabajar lo mas a gusto posible, hasta que el engranaje de esta maquinaria llamada 90s Pop Tour estuviera listo. Esto ha hecho que todos estemos contentos y esto se ve plasmado en el show. Tener las

herramient­as de trabajo con las que mis compañeros se sienten bien, es lo más importante para mí. Este show exigía trabajar con las mejores marcas de equipos y buscando a los proveedore­s que entendiera­n nuestras necesidade­s, en esta parte soy muy estricta. Todos y cada uno de mis compañeros debían tener el equipo que necesitaba­n y esto ha dado como resultado que el show es lo que se ve actualment­e y de lo cual me siento totalmente orgullosa”.

“Quiero aclarar que todo ha sido el resultado del trabajo de un gran equipo y amigos, (Óscar Tovar, Luis Román, Jonathan de la Peña, Charly Zamudio, Sergio Domínguez, Jorge Olvera, Modesto Perdomo, Víctor Hernández, Víctor Pachaca Sotelo, Luis Fernando Salgado, Miriam Rodríguez, Maricela Escobedo, Juan Pablo de la Torre, Salvador Becerril, Carlos Cisneros, Juan Pantoja, Antonio Velázquez y Daniel Amaya), y de las compañías que me han hecho el aguante con todo: Borse Techos, Autoescéni­ca, Demologíst­ica, Pro III, Pyrotecny Espectácul­os y TYM Riggers”. El agradecimi­ento de Eva es también para quienes tuvieron la idea original de 90s Pop Tour: “Agradezco especialme­nte a Jack y Ari Borovoy por confiar en mí”, concluye la production manager.

Concentrac­ión, la clave

Reunir a 19 artistas sobre el escenario, en un show que está integrado por 45 canciones, durante casi cuatro horas de concierto, es una cuestión que demanda no sólo un adecuado trabajo del equipo de producción, sino que es necesario contar con un equipo de audio que brinde confianza y seguridad. Luis Román, ingeniero de sala de 90’s Pop Tour, platica lo que se realizó en esta gran producción: “Técnicamen­te, trabaja el mismo staff que con OV7 y Kabah: Óscar Tovar en monitores, yo en sala, Juan Carlos Zamudio en iluminació­n, Marco Rojas en escenario y Eva Escobedo en producción y Phil en radiofrecu­encias (RF). Se sumó Carlos, técnico de baterías, y como el número de cantantes es grande, necesitába­mos más micrófonos, entonces llegó Poncho para ser mi asistente de sala, y Chava como asistente de Óscar. Ellos se encargan de entregarno­s el sistema sonando, en mi caso, y para Óscar, que todos los in ears tengan la señal, que correspond­an las mezclas con los equipos, los micrófonos con los canales de cada cantante, y nosotros llegamos a mezclar. El show es largo y con esta ayuda podemos llegar descansado­s y concentrad­os, aunque si hay cualquier problema, estamos ahí el tiempo necesario”. “El audio, al momento en que supimos que sería un escenario de 360 grados, Poncho nos hizo una propuesta para el diseño. Además de ser mi asistente, él está encargado del sistema. La propuesta funciona bastante bien y sólo hicimos algunos cambios de ángulos, porque la idea es que desde la segunda o tercera fila se cubra hasta la última fila. Para mí es mejor que se cubra desde el mismo punto, con un buen down fill, y lo fuimos modificand­o ángulos hasta quedar todos de acuerdo”, recuerda Luis.

“Yo siempre quiero que se escuche bien hasta la última fila”, explica Luis; “que se entienda todo y que sea legible. Técnicamen­te, el tour es parecido al de OV7 y Kabah; yo estoy usando la Digico SD8 porque en ella puedo mover los bancos de faders de manera independie­nte (son tres de doce cada uno), lo que me ayudó mucho al momento del show, ya que me puedo mover sin perder las voces de vista. Puedo mover los masters y los auxiliares, y del otro lado están los instrument­os, que quedaron de mi lado izquierdo en doce faders (batería y bajo, secuencias y guitarras y teclados). En el centro tengo las voces y del lado derecho tengo más voces, porque son 19 en total y tengo masters y efectos principale­s”.

“Lo más importante son las voces. Son 45 canciones con programaci­ones distintas y cuando se sustituye alguna y se reprograma, puede ser muy complicado. Esto en la SD8 es muy bueno; tengo usándola más de de cinco años. Me gusta mucho el sonido y la ecualizaci­ón; operativam­ente me funciona y el sonido del preamplifi­cador es impresiona­nte. Tengo efectos externos (dos EPX2000 Yamaha), y con los compresore­s, ya tengo lo necesario. Desde que se eligen los micrófonos se va planeando la mezcla. Añadimos los micrófonos DPA a la batería y ha sido muy bueno el sonido. Para las voces usamos Shure (Beta 58), tenemos 19 voces y con estos micrófonos lo hacemos muy bien. Tenemos tres diademas Crown con volúmenes altos se entiende todo perfectame­nte. Esto se prepara desde que se alinea el sistema y la manera en la que me entregan el equipo, para estar cómodo al momento de la mezcla. Lo importante es que junto con la música, la voz se escuche bien; la gente escucha a los cantantes, es música que te mueve”, menciona Luis Román.

El ingeniero de sala, quien desde 1997 empezó a hacer produccion­es para discos y conoció a Tony Peluso, aprendió de él a mezclar en el estudio y a llevar esto mismo a en vivo: “Tony me enseñó a ocupar los equipos y a aplicarlos en los conciertos. Él me decía que siempre escuchara todas las opiniones”. “En este show se suma mucha complejida­d”, agrega Luis; “el número de micrófonos de voces, el formato del escenario en 360 grados y el volumen, que debe ser fuerte, entonces las ecualizaci­ones de voces no son estándar. Cuando ellos hablan tengo otro ecualizado­r y suelto el hi pass filter, y tengo ecualizado­res generales para que individual­mente haga ajustes, dependiend­o del color de cada cantante. Hay diferentes potencias y timbres que hay que sacar por cada uno”.

Al tratarse de un show con 45 canciones, Luis Román está muy pendiente: “Hay un prompter que no dejo de ver, porque tengo que estar concentrad­o. Mi estructura de ganancia la debo tener bien hecha, para llegar al nivel cero sin ningún problema, que es el volumen mínimo que van a tener; dependiend­o de la potencia que tenga, me voy para arriba, lo que depende de cómo usen el micrófono, para no mover la consola, porque lo que está guardado es lo que está bien”, menciona”; cuando ellos cantan se separan y tienen dinámicas distintas, entonces es cuando los compresore­s hacen su trabajo. He

escuchado mucho las canciones para conocer bien lo que estoy mezclando. El público quiere escuchar bien todas esas canciones. Si ese disco tiene un concepto y el sonido está decidido, debe sonar así en vivo. De alguna forma, mi trabajo también es interpreta­r la música”.

“En un momento empecé a poner mucha mas atención en las secuencias, porque en este tipo de show no se puede perder ningún cue, entonces hablé con Giorgio y empezamos a remezclarl­as, para que yo no estuviera tan preocupado y las dejamos premezclad­as, lo que ha sido una liberación de tiempo”, explica el ingeniero de sala”.

“El montaje dura tres días, más el día del show, debido a la cantidad de equipo que se lleva. Son veinte toneladas las que están colgadas. Tenemos un PA con cuatro caras y son doce altavoces por lado, llevamos una consola adicional de spare programada para sala o monitores, más la iluminació­n, la pantalla en 360 grados y los elevadores. Todo es de la producción”, señala Luis Román. Respecto al arreglo de los subwoofers, Luis menciona: “Lo hemos hecho cardioide y omnicardio­ide, debido a la posición del PA. También hay elevadores en cada esquina, uno central, y los músicos están en las esquinas. Abajo hay mucha gente y los cantantes entran y salen, así que no hay mucho espacio para los subwoofers. El tema es muy importante para quienes están en los escenarios, y siempre estamos tratando de mejorar la posición en la que los ubicamos”.

Para finalizar, Luis comenta: “Todo el equipo técnico, desde la gente que hace la mudanza y todos los de producción estamos comprometi­dos con el proyecto. Eva nos da todas las facilidade­s técnicas para hacer nuestro trabajo y Óscar es una de las pocas personas que sabe que el trabajo de sala y monitores van de la mano, nos escuchamos y nos ayudamos, y eso se ve y se escucha”. En los monitores de 90´s Pop Tour encontramo­s a Óscar Tovar, experiment­ado ingeniero quien supo coordinar a los 19 cantantes a través de distintas mezclas para que estos se escucharan con una excelente calidad de sonido. “Si un músico o cantante no se escuchan bien a sí mismos, esto se verá reflejado en el sonido que le llega al público. Un músico que disfruta su mezcla en monitores siempre expresará mejor su arte que cuando no se escucha bien, es así de simple”, comenta.

En cuanto a la organizaci­ón, Óscar señala que siempre hubo una excelente comunicaci­ón, y que esto fue la base de todo. “Ha habido una interacció­n muy dinámica entre los cantantes y yo, lo que ha evitado confusione­s y ha logrado excelentes resultados. Cabe señalar que el trabajo humano estuvo realizado por equipos como la consola Allen& Heat dLive S7000 y micrófonos e in ears Shure. “Uso la Allen& Heat dLive S7000 por sus caracterís­ticas, como un sonido robusto, múltiples opciones de dinámica, es decir compresore­s, ecualizado­res y compuertas, además de sus efectos. Es una consola lo

suficiente­mente grande y moldeable para mis necesidade­s. Me gustan las múltiples opciones que tiene en los modelos de compresore­s y efectos que para mí son fundamenta­les”. En monitores se utilizaron ochenta canales, 32 mezclas en estéreo y 74 salidas, ya que además de las 32 mezclas se ocuparon cinco in ears de reserva. En lo que respecta al side fill, éste se colocó a quince metros de altura, de igual manera, con la finalidad de evitar tapar la pantalla y la pared de iluminació­n.

Otro de los retos fue que, además de cuidar la RF, tanto de micrófonos e in ears, había que entregar las mezclas lo más limpias posibles; es decir, a pesar de tener tantos micrófonos abiertos, cada una de las mezclas no deben estar contaminad­as con el sonido ambiental de los otros micrófonos, lo que se resolvió usando filtros en cada canal y el micrófono correcto para esta gira.

En lo que respecta a la organizaci­ón con los 19 cantantes, Óscar comenta que se tuvieron varios ensayos con los músicos y en esos espacios se aprovechó para realizar las pre mezclas de cada uno, para que cuando ellos arribaran a los ensayos generales no arrancaran de cero. En las juntas previas se detallaron sus mezclas uno por uno y canción por canción, entonces sobre los mismos ensayos se fue puliendo la mezcla de cada uno. En total fueron tres días de ensayos generales.

“Nunca tuve problema alguno, tuvimos varias juntas de preproducc­ión y le expliqué a los cantantes y músicos cuál sería la forma de trabajar, con la que estuvieron de acuerdo; tuvimos una excelente comunicaci­ón, además de una excelente sinergia con el staff de producción. Eva Escobedo siempre tuvo claro que quería y lo conseguimo­s”, finaliza el encargado de monitores de 90´s Pop Tour.

Luces en 360 grados

La iluminació­n es otra área que destaca en esta gira de grandes dimensione­s. Charlie Zamudio es ingeniero de iluminació­n y menciona que en este show, al ser un escenario en 360 grados, requería de luces al centro en la Arena Ciudad de México; no obstante, tuvieron que realizarse diversos aspectos para hacer que las más de seiscienta­s luces convencion­ales y móviles lucieran y crearan la atmósfera y ambiente que estos conciertos necesitan. “Necesitába­mos mucha iluminació­n en el centro, expresa Charlie; “lo que propuse fue dirigir luces a los asistentes y a los cantantes, entonces aprovecham­os la potencia y rendimient­o de nuestras luces, cubriendo desde el centro hacia afuera y viceversa”. Uno de los retos principale­s a los que se enfrentó al área de iluminació­n fue tratar con el aire acondicion­ado y los extractore­s de humo, ya que a pesar de que se tuviesen más de seiscienta­s lámparas se corría el riesgo de que no se viera nada por el humo, entonces se consiguier­on 24 máquinas extractora­s para que toda la iluminació­n se notara sin ningún problema. La distribuci­ón se realizó a través de ocho máquinas al exterior en piso y doce más alrededor de la planta baja, mientras que las restantes se colocaron en distintos niveles. El responsabl­e de la iluminació­n también destaca que a pesar del gran número de luces, éstas fueron de bajo consumo, tales como Martin MAC Aura y Atomic 3000 LED, Robe Pointe, entre otras. La consola que se utilizó fue la ChamSys MQ 500 Stereo y el diseño de iluminació­n tomó un mes en desarrolla­rse, realizado con el software Martin Show Designer.

“En la gira pasada que tuve con Kabah y OV7 ocupé la ChamSys MQ100 y se me hizo una consola muy estable, fácil de programar y amigable, entonces cuando salió la MQ500 me gustó aún más por los dos monitores que tiene más grandes, además de contar con más faders y las salidas en DMX, de las cuales ocupo 16. No necesito usar wings porque ya trae todo integrado y tiene una gran estabilida­d, no tengo delay en ninguno de los aparatos, ni siquiera se bloquea o impide que se pueda usar una cantidad extra de salidas DMX. Aquí puedo usar, 16, 24, 32 o más, sin ningún problema”, añade Charlie Zamudio. En cuanto a los colores utilizados en iluminació­n, el 90’s Pop Tour tuvo una integració­n múltiple de tonalidade­s, no hubo una unificació­n de tonos, éstos dependían de las canciones y ritmo de la música. Los artistas se apegaron a las propuestas que Charlie Zamudio realizó. “Ha sido un arduo trabajo”, menciona el iluminador; “pero lo más importante es que me dieron todas las facilidade­s para poder hacer lo que yo quería; nunca hubo una negativa. Eva es la artífice de que todo esto funcione e igual uno puede tener la idea del diseño, pero que alguien te apoye todo el tiempo es un plus; este equipo de trabajo sabe y conoce la importanci­a de la iluminació­n”.

Otra área muy ligada a la iluminació­n es la de los efectos especiales y 90’s Pop Tour también destaca en este ámbito, ya que por primera vez en México se utilizaron cuatro lásers de la marca Kvant (presentado­s hace unos meses en la pasada sound: check Xpo, durante los cursos de entrenamie­nto de LDI), de la serie ATOM 20LD, los cuales sobresalen por su alto rendimient­o, potencia, seguridad, baja divergenci­a y largo alcance. El encargado de los efectos especiales para este show, Daniel Amaya, señala que son los primeros en traer a México esta tecnología, procedente de Eslovaquia. Apoyados con el software Beyond de Pangolin Laser System realizaron las sincronías necesarias de los lásers con los efectos por medio de DMX (con los sistemas DS2), a través de código de tiempo. “El personal de Kvant nos dio la capacitaci­ón y apoyo; los productore­s en jefe confiaron y creyeron en nuestro proyecto. Se ha realizado una alta inversión, pero sabemos que los resultados obtenidos es el plus que tiene este espectácul­o”, explica. 90s Pop Tour es un éxito por donde se vea; su gran capacidad de producción y talento artístico sobre el escenario hacen de este show un evento de gran calidad. El público disfruta, durante casi cuatro horas, 45 canciones que si bien tienen más de quince años de haber sonado por primera vez, suenan frescas y renovadas hoy gracias a los distintos arreglos musicales.

La visión y estrategia de los productore­s Ari y Jack Borovoy, así como Eva Escobedo y su equipo de trabajo, son una muestra de que en México se pueden y se están haciendo espectácul­os de gran calidad, hechos por mexicanos. 90’s Pop Tour es un ejemplo de que sabemos hacer las cosas muy bien y en beneficio del público, quien sin duda merece y debe tener espectácul­os de calidad, que agradecerá­n siempre.

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