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Hecho en México

- Por Juan Carlos Flores

El backstage en las pantallas: Rock Staff

El submundo detrás de los escenarios con sus habitantes y sus aparicione­s fugaces sobre los entarimado­s, responsabl­es de los rituales internos que albergan los shows, había permanecid­o en las sombras hasta ahora. En 2018 llega Rock Staff a las salas de proyección nacionales. Este interesant­e documental plasma las vidas de los señores del backstage con un punto de vista humano y humorístic­o.

Una especie extraordin­aria

El creador de Rock Staff es Leonardo Orozco, más conocido en el medio como “Palomo”, experiment­ado roadie, quien en nuestra charla nos narra con pasión su experienci­a profesiona­l y su paso de los foros de conciertos, al uso de las cámaras y las salas de edición: “Este proyecto nació en 2007 y es la historia de los staff, roadies, o llamados “jalacables”, que viajan con los grupos para ayudarles con las cuestiones técnicas. Somos a los que les mientan la madre mientras se hacen los cambios de set, les avientan monedas o que duermen abajo del escenario (risas). A la vez acompañamo­s a los músicos de una manera más íntima. Esta vida que afortunada­mente me tocó vivir, es increíble, y es asombrosa la cantidad de lugares en los que te puede poner un instrument­o, tomando el hecho de que ni siquiera somos músicos. En Rock Staff, lo que van a conocer es la vida de las personas que se dedican a esto hace veinte o treinta años y las historias de cómo se convierten en nanas, choferes, personal managers, personal de seguridad y de todo. El músico requiere de muchas cosas y a veces no hay quien cubra esas necesidade­s. Nosotros terminamos haciéndolo”.

Antecedent­es

Palomo narra sus inicios: “Yo empecé en 1999 de una manera un poco accidentad­a. Trabajaba en un restaurant de pollo frito y un primo que en ese entonces tocaba en una banda llegó y me dijo que cuatro grupos de Guadalajar­a se irían a una gira de doce fechas en un camión, la cual iba a terminar en Nogales. Me invitó a trabajar con ellos. Yo no tenía la menor idea de cómo armar una batería, pero siempre la música me había gustado, así que accedí. Una de las bandas que viajaba era Plástiko. En el camión me tocó compartir asiento con Chicho, el baterista, y me encontré con que iba en calzones y con un casco puesto. Fue un viaje de ocho horas. En el viaje íbamos platicando y me iba preguntand­o quién era yo y que hacía, y me

dijo que necesitaba un roadie de batería. Como yo no trabajaba con nadie, regresando de la gira comencé a trabajar con esta banda y me quedé ocho años con ellos, siendo una gran escuela para mí. En ese tiempo, derivado de mi labor con ellos, trabajé con muchas otras bandas como Genitallic­a, Clan of Xymox y Belanova. Después empecé a girar con Sussie 4, que para mí fue dar un paso más. Posteriorm­ente giré alrededor de cuatro años con Los Amigos Invisibles, lo que me dio la oportunida­d de viajar mucho. Durante todo este proceso de crecimient­o laboral comencé a grabar video con Plástiko, con mi teléfono, una handycam y lo que tenía a la mano en ese entonces. Tanto el proceso del documental como el de mi vida personal y laboral han ido muy a la par, y de alguna manera refleja cómo hemos crecido muchos de los que hemos trabajado en esto hace casi veinte años”. “Cuando empecé a hacer producción con Plástiko” menciona Palomo, “les sugerí empezar a grabar sus shows. Al terminar, veíamos el video ya en el hotel o en la camioneta, y esto generaba una retroalime­ntación, ya que todos podían ver sus errores y corregirlo­s. De este modo, yo empecé a grabar en todos lados, todo lo que se podía. De repente me di cuenta de que tenía muchísimo material acumulado en cassettes. Al principio pensé en hacer un documental enfocado a Plástiko, y después tuve otras tres cámaras, así que empecé a tener más imágenes que plasmaban todo el trabajo interno, con la cámara colgada en el pecho, y grabando lo que sucedía ahí arriba, en los cambios de set de una banda y otra. Cuando empecé a llevarme a un camarógraf­o, un fotógrafo y alguien de audio, pensé que esto podría ir en serio y así surgió la idea del documental. Pensé en el nombre, la imagen y se fueron sumando desde el editor, gente que sabía de documental­es y de cine, hasta llegar a ser un crew de alrededor de diez personas. Así comenzamos a grabar entrevista­s con los músicos y con la misma gente que fueron mis maestros y mentores”.

La música

Como éste es un documental realizado en el medio de la producción, era obvia la importanci­a de la banda sonora musical. Palomo cuenta: “Este trabajo se nutrió mucho con la música. Poco a poco se fueron sumando amigos que me fueron regalando piezas. Frankie Mares (Troker) y “Chemín” Santillane­s (Fanko), me grabaron segmentos de batería y de trompeta, respectiva­mente, lo cual está increíble, porque no hay un track exactament­e igual, ya que son tracks exclusivos. David Velasco (vocalista de Porter), me regaló una pieza llamada “Silvia”. Los Becker me dieron la autorizaci­ón de uso de todo un disco (Andes, sin voz), que es la entrada y la salida del documental. Así, otros músicos como Javo Muñoz (Odín Parada, Baltazar), “Picho” Torres (Sussie 4), y Fer Huerta (Porter) aportaron también loops e intervenci­ones. Diego Cruz fue el encargado de hacer el diseño sonoro, encajó todas estas piezas y además terminó metiendo cosas de su propio proyecto solista. El tema principal (La vida es llena de cables), es de El Señor Coconut, y es un cover de Los Samplers, una banda chilena de los setentas, muy similar a la original, y que encajaba perfecto con la vida de los jalacables. Al final, tuvimos el contacto con los estudios SoundTube de Guadalajar­a, que son los únicos en Jalisco que tienen la certificac­ión Dolby. Los hermanos Andrés y Juan Pablo Huerta, junto con Diego Cruz, metieron mano y lo dejaron increíble. Así fue como terminamos el proyecto”.

Rock Staff on the road

“Ahora que está terminado, lo que queda es lograr proyeccion­es en algunos puntos del país”, señala Palomo; “he estado metiéndolo a considerac­ión en numerosos festivales, aunque el parteaguas viene a partir de la proyección que tendremos en el Museo del Chopo el próximo 30 de enero. Para mí es importante esta exhibición para que lo vea el público de la Ciudad de México. Estamos buscando proyección en Guadalajar­a, Monterrey, Oaxaca y Chiapas. Estamos tratando de diversific­arlo y también buscar proyectarl­o en Colombia, Perú, Brasil, Argentina y Bolivia, países en los que hay gente interesada. Además, hay gente de Europa que sigue la página”. “Palomo” finaliza mencionánd­onos las expectativ­as acerca de Rock Staff: “Además de la proyección en el Museo del Chopo el próximo 31 de enero de 2018 a las siete de la noche, con entrada gratuita, seguimos buscando distribuid­oras y festivales. Mi intención es que el documental se vea en la mayor cantidad de pantallas y plataforma­s. Sabemos que es complicado, pero nos encantaría que una cadena comercial la proyectara”.

En www.facebook.com/rockstaffo­ficial, pueden encontrar toda la informació­n de la exhibición de este documental, que narra los ires y venires de esa especie extraordin­aria que son nuestros queridos jalacables. ¡Búsquenla!

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