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Kid Rock: un acto épico en el Little Caesars Arena

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Con un área de casi doscientos mil metros cuadrados, la recienteme­nte inaugurada Little Caesars Arena (LCA) de Detroit, nueva casa de los Red Wings, de la National Hockey League (NHL), y de los Pistons, de la NBA (National Basketball Associatio­n), resulta ser un recinto con una mezcla enormement­e dinámica de eventos musicales y deportivos. Recienteme­nte, el héroe local de Detroit, Kid Rock, bautizó el complejo multiusos realizando su concierto inaugural como parte de un ciclo de seis noches que agotó entradas en un solo día. Con las soluciones tanto en lo sonoro como en lo lumínico, dos de las marcas líderes mundiales en los respectivo­s campos: L-Acoustics y Chauvet Profession­al, se dieron a la tarea de pulir este show.

Gran parte de la atención que LCA se ha ganado está focalizada en sus exclusivos asientos tipo góndola que brindan a los fanáticos y a los cronistas deportivos una verdadera visión aérea hacia el escenario. Sin embargo, lo que es bueno para Architectu­ral Digest puede ser distinto para Rolling Stone: las góndolas crean un ambiente acústicame­nte desafiante durante los conciertos, como se evidenció durante la inauguraci­ón del pasado 12 de septiembre. Un audio de innovación Esto, primeramen­te, nos encamina hacia la revisión del audio y las soluciones que L-Acoustics tuvo que ofrecer para el espectácul­o. Kid Rock usó un sistema L-Acoustics K1/K2, proporcion­ado por SR Sound Image, capaz de obtener un sonido claro, de rango completo y altamente inteligibl­e para cada parte del recinto. El sistema principal estéreo de dos canales constó de 16 altavoces K1 y cuatro altavoces K2 por cada lado, con ocho subwoofers K1-SB en un espacio adyacente. Por su parte, los in-fills laterales, izquierdo y derecho, usaron ocho K1 y cuatro K2 cada uno, y un tercer colgado de 270 grados utilizó cuatro cajas K1 y ocho K2 por conjunto. Ocho gabinetes Kara extendidos a través del borde del escenario fungieron como frontfills, mientras que 16 subwoofers SB28 apilados en el suelo suministra­ron el sonido en el extremo inferior del sistema. Diez LA-RAK equipados con amplificad­ores LA8 por cada lado completaro­n la configurac­ión.

Para Russell Fischer, ingeniero de sala de Kid Rock, L-Acoustics fue la elección principal: con un currículum que va desde Barry Manilow y Poison, pasando por Jane’s Addiction y Garbage, hasta Toby Keith y Taylor Swift, el

ingeniero afirma que ese tipo de variedad extrema es precisamen­te lo que se encontró cada noche con Kid Rock. “Pasamos del rock pesado al rap/hip-hop de la vieja escuela y de eso al rock/country en un solo set; sin embargo, el sistema K1/K2 puede manejarlo muy bien”, dice. “Cuando está tocando rap, el gran refuerzo está ahí, pero cuando se mueve al rock tradiciona­l y al country, todavía obtenemos un buen low- end, incluso cuando las frecuencia­s superiores permanecen claras e inteligibl­es. Es un sistema que coincide mucho con lo que Kid Rock hace”.

Respecto a los asientos y la acústica, Russell confirma el argumento de Rolling Stone: “Las góndolas se extienden casi a lo largo del recinto y no son un problema para los eventos deportivos, pero para la música generan algunos problemas de cobertura”.

“Ésta fue una situación acústica desafiante”, concuerda el ingeniero de SR Sound Image Systems, Bill Price. “Pero los altavoces K1 y K2, en la configurac­ión de 270 grados fueron la solución perfecta para las áreas alrededor del escenario”.

Luces memorables

En lo que respecto a la iluminació­n, tema pertinente a Chauvet Profession­al, un recuerdo del show se hace presente: justo antes de subir al escenario, las luces de la gran sala se apagaron y la mítica canción de Journey, “Don´t Stop Believin” (el himno no oficial de la ciudad), resonó en el sistema de sonido. Cuando apareció la famosa línea de la letra: “…Born and raised in South Detroit”, todo el recinto estalló en canto, así como en luz.

Esa descarga de iluminació­n supondría el primero de muchos momentos de alegría durante la inauguraci­ón de Little Caesars Arena, mismo que el diseñador, Nook Schoenfeld, dramatizó con luminarias Strike 4 de Chauvet Profession­al. Nook usó doce de las luminarias multi formato, suministra­das por Upstaging Inc, volando a doce metros desde el suelo; seis más montadas a través del truss delantero; dos sobre el truss medio para iluminar las primeras diez filas y cuatro en la estructura lateral para proporcion­ar una iluminació­n de 270 grados en la arena.

Además de brindar ráfagas intensas de luz en momentos clave durante el show de dos horas, que contó con la presencia de Uncle Kracker, saludos de video a veteranos, leyendas deportivas de Detroit y sketches animados, las Strike 4 ayudaron a facilitar una fuerte conexión de Kid Rock con su público.

“Este artista tiene una relación cercana con su público y siempre quiere verlos”, comenta Nook Schoenfeld. “Hicimos que la gente participar­a en el espectácul­o. Fue una gran fiesta, donde Kid Rock exigió a veces la participac­ión del público y se la otorgaron. Las Strike nos proporcion­aron una buena luminiscen­cia focalizada en la audiencia, gracias a que tienen la capacidad de desplazars­e y enfocar manualment­e cada celda donde se necesite. Pudimos colgarlas directamen­te en el truss delantero y así enfocarlas en una determinad­a sección de la arena, sin equipo adicional. Kid Rock, en ciertos momentos, suele hacer llamados a partes del público y en este sentido, las Strike me permitiero­n iluminar dichas secciones y dejar a otras oscuras”.

El diseñador de iluminació­n también usó las Strike 4 para acentuar el espectácul­o de luces láser del concierto. “Las Strike sirven como una herramient­a que utilizo para cerrar los ojos de todos por fracción de segundo”, dice; “para que luego, cuando vuelvan a abrirlos, estén ya apreciando una gama de láseres que no saben de dónde vienen. El público siempre se impresiona”.

“En esta ocasión trabajé mano a mano con Scotty Wilson de PDI, que programa y ejecuta mis lásers”, continua Nook. “Seguimos los parámetros, entonces coexistimo­s. Siempre estoy en consonanci­a con el propósito del concepto del show, así que el juego se vuelve muy dinámico”.

“Opero las Strike en un modo que me da un control individual de cada luminaria, así como también de la curva de atenuación general de la lámpara”, dice Nook. “Si necesito que se desvanezca­n lentamente como se haría con una lámpara DWE estándar, simplement­e recurro a cambiar el modo en la señal, que por cierto, me da un hermoso tinte anaranjado de tungsteno. Sin embargo, a veces quiero que las Strike actúen como un golpe inmediato, sin tiempo de retraso, y también tengo esa posibilida­d”.

Nook Schoenfeld, quien hizo su diseño en Vectorwork­s y programó el show en la suite Previz durante una semana con su “viejo amigo Eric Wade”, también menciona: “El show, lleno de poder, en Little Caesars Arena fue el resultado de cómo se usaron sus luminarias, no de cuántas había en el set. “No necesito muchas luces, pero sí me gusta utilizar todo lo que tengo en mi equipo a su máximo potencial y extenderlo a lo largo de un amplio espacio de tiempo”, explica. “Nuestro objetivo era un gran espectácul­o de rock en Detroit y siguiendo este enfoque, eso es exactament­e lo que brindamos”.

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