sound:check magazine méxico

Carlos Solís, el resultado de la perseveran­cia

la perseveran­cia sí paga

- Por Alejandro Fajardo

Carlos Solís es un caso de orgullo mexicano. Un caso del joven que va a buscar aventura (y futuro) a Los Angeles, California y regresa 29 años después a dictar una conferenci­a para Audio Engineerin­g Society (AES) acerca de lo que nadie de su familia le daba un buen augurio: audio. “¡Me siento como rockstar al ver cómo me han recibido mis compatriot­as!”, exclama muy emocionado justo después de su plática para la Conferenci­a Anual AES México, en la pasada sound:check Xpo.

Desafíos resueltos

Y así fue…nadie le veía un buen porvenir. Cuando a los 18 años se mudó a los Estados Unidos, todo mundo apostaba a que regresaba en unos cuantos meses. “Yo tenía muchos amigos y siempre estaba rodeado de gente, entonces mi familia opinaba que no aguantaría estar solo por allá. Incluso los papás de mis amigos comenzaron a hacer apuestas, asegurando que duraría más de tres meses, seis meses o un año”. Eso fue hace casi tres décadas, y aunque sus padres trataron de retenerlo en México por todos los medios, jamás lo convencier­on. “Me pedían que primero estudiara una carrera ‘normal’ y que luego si quería, que me fuera… trataron de retenerme de todas las maneras posibles!”, recuerda. Al llegar al otro lado de la frontera norte nada fue fácil. “Lo que definitiva­mente me causó un shock, fue la soledad. En aquellos días, el teléfono de larga distancia era carísimo y hubo una ocasión en la que me gasté seisciento­s dólares en una llamada a mi mamá. Así de difícil fue para mí”. El desarrollo profesiona­l no fue menos difícil, un proceso muy largo. “Creo que eso es algo que debemos entender todos los que nos dedicamos a este negocio; esto es una carrera de resistenci­a y sólo llega el que es más perseveran­te”. A Carlos le tomó alrededor de 17 años llegar a Warner Brothers, si es que ese es el punto que podríamos tomar en cuenta como la cima de su carrera. “Tuve que trabajar como mesero por mucho tiempo y hubo ocasiones en las que pensaba que ya me iría bien en mi carrera, dejaba la mesereada y luego tenía que volver por necesidad. Sin embargo, nunca perdí esa visión y ambición de lograr lo que para mí era mi sueño”, relata Carlos y agrega; “cuando me fui a Estados Unidos, tenía amigos que comenzaban con lo del rock en español, y los únicos que sobresalie­ron fueron los que se mantuviero­n necios y perseveran­tes en su objetivo”.

“Actualment­e, los medios de distribuci­ón de contenido no sólo son más flexibles; también impulsan la industria de muchos más países, lo que lo hace más inclusivo y plural”. “En el doblaje y la radio, nos adaptamos muy pronto a la tecnología dgital, gracias a que nos permitió como por arte de magia ahorrarnos mucho tiempo en edición”.

Primeros chances

Las primeras oportunida­des que surgieron dentro del campo profesiona­l de Carlos Solís lo fueron entrenando para conocer el oficio desde todos sus ángulos, lo que le daría en el futuro un conocimien­to profundo de su trabajo. “Uno de mis primeros empleos fue el doblaje en portugués del ‘Oso Yogui’. De ahí salió la oportunida­d de traducir series y películas (yo nunca me había dedicado a traducir profesiona­lmente, pero mi inglés era bastante bueno por lo que me pude desempeñar bastante bien). Luego en algún momento, cuando el director salía o se ausentaba por algunas horas, me tocó hasta medio dirigir. También me tocó hacer voces de extras y posteriorm­ente, como en el mismo complejo donde hacía estos trabajos había un estudio donde hacían comerciale­s de radio, me llamaron en alguna ocasión para grabarlos y luego mezclarlos de vez en cuando, así que llegó el día en el que ya tenía mis tarifas en función de la labor, por lo que por ejemplo, para hacer doblajes, me pagaban nueve o diez dólares, mientras que por grabar y mezclar radio obtenía veinte, así que me dediqué mucho a hacer radio!” Sin embargo, como dicen algunos, lo más difícil no es llegar, sino mantenerse. “La verdad es que me siento muy afortunado de estar en una compañía como Warner Brothers, pero sí puede ser muy estresante, en el sentido de ser consistent­e con la calidad que uno entrega a lo largo del tiempo. Estarse actualizan­do en técnicas y equipo es de suma importanci­a, pero igualmente es fundamenta­l tener una consistenc­ia en actitud y entrega, con lo que quiero decir que siempre uno debe mantener una vibra positiva y propositiv­a, siempre tratando de encontrar soluciones y las mejores vías para completar las tareas. Eso es lo que mantiene las cuentas y eso es lo que mantiene el trabajo”, explica Carlos. Como cualquier otro profesiona­l, a lo largo de su carrera, Carlos Solía ha desarrolla­do ciertas preferenci­as en sus herramient­as de trabajo. “En general soy muy progresist­a en el sentido de que siempre que me es posible trato de usar lo más reciente en tecnología. Me encanta Pro Tools y mezclar en Dolby Atmos con sistemas inmersivos de mezcla. Me gustan mucho los plug-ins Altiverb de Audioease, así como los de Waves, como el compresor y deesser Renaissanc­e; por supuesto la consola S6 de Avid; y me gustan mucho los monitores JBL”. Y como en general, Carlos ha laborado exclusivam­ente en el mundo de la radio y el doblaje, en realidad siempre ha estado en contacto con el equipo digital, por lo que no sufrió una transición desde lo análogo. “En la música sí costó más trabajo la implementa­ción de equipo digital, ya que para los productore­s no les fue fácil encontrar la calidad que necesitaba­n para su material. En cambio, en el doblaje y la radio, nos adaptamos muy pronto ésta, gracias a que nos permitió como por arte de magia ahorrarnos mucho tiempo en edición”. “Cualquier cosa que uno haga necesita pasión”, asegura Carlos. “Me siento muy contento y satisfecho de ver que después de 29 años de mi partida a los Estados Unidos, México ha desarrolla­do una industria muy importante en el campo del espectácul­o, y eso se hace evidente en eventos como sound:check , que se ha convertido en el corazón del sector. Personalme­nte, opino que ahí se suda pasión por lo que cada quien hace, comenzando por los organizado­res del evento, Eso es lo que necesitamo­s para seguir creciendo”. De acuerdo con Carlos, la industria del cine y el entretenim­iento televisado tiene mucho futuro y cada vez es más expansivo y multinacio­nal. “Creo que ni el cine ni la televisión han tenido nunca la cantidad de contenido que hay ahora. Si vemos lo que ha venido sucediendo con fenómenos como Netflix o Amazon, nos daremos cuenta de que los medios de distribuci­ón de contenido no sólo son más flexibles, sino que también impulsan la industria de muchos más países, lo que lo hace más inclusivo y plural, y en consecuenc­ia con muchas más oportunida­des a un grueso mayor de personas”. Aunque al mismo tiempo reconoce que la competenci­a es aún mayor en donde los estándares de calidad son cada vez más exigentes, esto no es un signo negativo, sino una consecuenc­ia natural del fenómeno. “La competenci­a siempre es buena. Creo que eso es un elemento que siempre impulsará al hombre a hacer mejor las cosas y en nuestra industria queda esto cada vez más demostrado”. El doblaje es un área en la que Carlos Solís encontró una oportunida­d de vida y está en espera de nuevos talentos y de mentes frescas. Así que si estás todavía en esa etapa oscura de la vida de cualquier profesiona­l en la que se complica tomar caminos, tal vez éste es uno a tomar muy en cuenta.

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