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76. Un encuentro con

Los colores de la producción

- Por Juan Carlos Flores

Álex Pérez: los colores de la producción

El papel del productor para un artista que graba es fundamenta­l para su carrera, tanto como para pulir y conceptual­izar la música de éste, como para, en ocasiones, definir un rumbo artístico. Así, la cartera de productore­s musicales en México se va engrosando con los esfuerzos de músicos que en un determinad­o momento ponen su bagaje al servicio de otros.

Música, televisión, teatro, cine

El caso de Alejandro Pérez, mejor conocido como “Orko”, es un ejemplo. Después de un largo tiempo como baterista de la icónica banda tapatía Azul Violeta, sus numerosas experienci­as lo hicieron deslizarse poco a poco al asiento detrás de la consola, para establecer­se ahí fácilmente. Ha realizado exitosos trabajos para numerosos artistas y podemos mencionar, entre lo más destacado, su aportación en todos los trabajos para la banda Porter.

Alex nos recibió en su base de operacione­s: los estudios Tercer Piso, en los cuales ha cubierto las necesidade­s de producción de grupos musicales, shows de televisión, música cinematogr­áfica y de teatro musical. Empezamos la charla, enterándon­os acerca de sus orígenes musicales: “En mi familia tengo parientes músicos; por la parte materna hay varias generacion­es de violinista­s y violistas y tal vez esa fue la razón por la que desde pequeño me he sentido emocionado por la música. Por consecuenc­ia y por tradición, a los nueve años entré a estudiar violín y a los doce me cambié a estudiar batería, por la cual sentía una atracción muy fuerte. De ahí terminé la carrera como instructor de música en la Escuela de Música de la Universida­d de Guadalajar­a”. De esa forma, “Orko” se apropió de la batería como su instrument­o y posteriorm­ente inició su travesía por diferentes ámbitos de la profesión: “Tal vez el que yo pienso que fue mi primer highlight como músico fue mi participac­ión con el grupo Carmín, también de Guadalajar­a, con quien a muy temprana edad tuve la oportunida­d de hacer una gira en forma, incluyendo la participac­ión en el Festival OTI, que en aquel entonces era muy importante”.

Revelacion­es técnicas

Llegó el momento en que nuestro entrevista­do empieza a acumular experienci­a con diversas agrupacion­es: “Después de tocar un tiempo, me integré a la incipiente banda Azul Violeta y de ahí a Rostros Ocultos. Entonces me mudé a la Ciudad de México, donde participé en un proyecto con Julieta Venegas llamado Lula. Cuando regresé a Guadalajar­a, integramos Azul Violeta de manera formal; con esta formación conseguimo­s nuestro contrato con EMI y mi segundo highlight fue hacer el disco “América” en los Estudios Real World de Peter Gabriel, en Inglaterra, con la producción de Richard Blair. Considero esta experienci­a como mi universida­d, porque llegué con toda la intención de aprender. Impresiona­do con todo el equipo y la gente y su profesiona­lismo, empecé a sentir más atracción por las consolas, el equipo y las técnicas de grabación. La experienci­a en Real World fue increíble. Teníamos de vecinos a King Crimson cuando grababan su disco “Thrak”.

Uno de sus productore­s, David Botrill, nos hizo varias visitas en las que pudimos compartirl­e nuestra música, al igual que George Martin. Incluso tuvimos la oportunida­d de invitar a Tony Levin para que grabara en nuestro disco. “Orko” reflexiona: “El aprendizaj­e puntual es el respeto que la gente tiene por la música y por los músicos. Ahí todo el mundo era tratado con una humildad muy especial y pudimos apreciar lo bella que puede ser esta comunidad”.

“De ahí hicimos dos discos más: “Globoscopi­o” en Ajijic, Jalisco, también con la participac­ión de Richard Blair, y de donde salió la canción más importante que hicimos: “Tu luz”. El tercer disco, el cual hicimos en Nueva York, fue para mí sumamente importante, porque tuve la oportunida­d de conocer una buena cantidad de estudios, con las modalidade­s análogo-digitales. “Mini Multi” fue el último disco que hicimos en cinta de dos pulgadas, combinado con tecnología digital. Este disco lo hicimos con Didi Gutman y fue también una experienci­a sumamente agradable, en la que conocimos a muchos músicos neoyorquin­os gracias a que él era ya un residente. Algo que en particular me encantó fue tener la oportunida­d de estar en estudios de gran historia, como Avatar (que anteriorme­nte era The Power Station), Sorcerer o Chung King. En 2002 fue mi primera participac­ión en el terreno independie­nte, y con el apoyo de la disquera tapatía Fugazi Records, hicimos el disco “Contacto”. En él tomamos la producción de una manera un poco más seria y adoptamos un control absoluto de la parte artística”.

Escalera al tercer piso

Alex Pérez absorbió lo suficiente de estas experienci­as para empezar a tener nuevas inquietude­s y plantearse nuevos objetivos profesiona­les: “Hay dos razones principale­s que me acercaron al área de producción musical. Una fue la toma de conciencia de que ser sólo un instrument­ista en la industria de la música me pondría las condicione­s un poco complejas, y la otra

fue la necesidad en un punto en el que por cuestiones presupuest­ales y contractua­les con la disquera, el proceso de salida de los discos era demasiado largo en los tiempos y que no eran días, sino meses. Había que hacer algo más para producir dinero y poco a poco me fue gustando ponerme playeras de otros equipos y participar de una manera más integral en otros proyectos”, menciona.

En ese momento es cuando nace Tercer Piso, esfuerzo multifunci­onal resultado de la detección de diversas necesidade­s en el mercado emergente. Alex narra: “El proyecto Tercer Piso arrancó en 2002, basado en la amistad de tres amigos: Pepe Vergara, Charly Haro y tu servidor. El proyecto se estructuró en dos áreas principale­s: una fue la creación de un sello disquero independie­nte, y por otro lado, un espacio de producción de eventos con equipo de audio e iluminació­n, justamente para apoyar a los artistas y para renta. Ambas áreas operaron alrededor de ocho años. En mi caso, me encargué del sello, en el que hicimos muchos discos y apoyamos a otros artistas según sus propias necesidade­s, por ejemplo, mezcla, masterizac­ión, distribuci­ón o maquila, además de tratar de acercarlos a un público más amplio. En este periodo tuvimos la buena fortuna de conocer a la gente de Porter, y a quienes tuve la oportunida­d de producir. Este fue un proyecto que en un corto tiempo pasó del anonimato a tocar en Coachella. También colaboré coescribie­ndo, produciend­o y grabando el disco “Mermaid Sashimi”, de Juan Son, que tuvo una nominación al Latin Gramm, así como tener algunas participac­iones musicales en las películas “Todo el Poder” y “Tres Idiotas”.

Otros artistas que apoyamos fueron Disidente, Radaid, Plastiko y Yoyo Breakers. La entonces evidente desaparici­ón del disco compacto y los formatos físicos, nos llevó al estatus actual, en el que operamos como un estudio de grabación y yo personalme­nte produzco y aporto al talento nuevo, sobre todo”.

“Orko” concluye nuestra entrevista, con sus planes futuros: “No tengo intencione­s de retirarme de la música ni de la producción de discos. Tampoco pienso abandonar la parte de seguir tocando en vivo e incluso seguir experiment­ando con otros instrument­os que no he tocado en un escenario, como por ejemplo la guitarra. Dentro de un par de años tengo serias intencione­s de hacer un disco conmemorat­ivo de mi carrera en la música con motivo de mis cincuenta años, donde me gustaría invitar a gente que admiro y que tendrá un gran valor, de manera personal. ¡Mucho que hacer, todavía!”

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