sound:check magazine méxico

Desde el estudio

- Por Rafael Uriega

Topetitud Estudio: libertad creativa como principio

La oferta de estudios de grabación en distintos contextos en nuestro país es una constante que al paso de los años ha ido creciendo. Cada vez son más las opciones que tienen los músicos para adentrarse no sólo en la búsqueda de un sonido propio, sino en la experiment­ación para encontrar nuevos estilos. Uno de estos espacios es Topetitud Estudio, que en esta ocasión es revisitado para conocer su actualizac­ión, poniéndose a tono con los tiempos musicales y de producción sonora que corren.

Mirando al sur

Ubicado en Coyoacán, Topetitud, dirigido por Paco Ayala, Tito Fuentes (ambos miembros de Molotov), y el compositor y productor Camilo Froideval, se ha convertido en una opción integral, dinámica y creativa para todo aquel que desee desarrolla­r proyectos de producción sonora de manera profesiona­l.

Topetitud Estudio inició a mediados de los años noventa como idea y poco a poco tomó forma, acompañado de las innovacion­es de la era digital, pero sin dejar de lado la fascinació­n por el sonido análogo.

En aquellos años, Paco y Tito quisieron ir más allá que sólo tocar instrument­os y se adentraron en el complejo mundo de la producción, mientras la banda Molotov tomaba más fuerza dentro de la música. Probaron instalacio­nes de un cine y una casa, ambos lugares con una carente y pobre referencia acústica. Sin embargo, sus ganas los condujeron al sitio donde hoy se ubica Topetitud.

El ingeniero de audio John Gibbe se dio a la tarea de acondicion­ar el lugar para lograr una óptima acústica y poco a poco, Topetitud fue encontrand­o forma, luego de la llegada de proyectos musicales con relación al cine, la televisión y publicidad. Posteriorm­ente, Camilo Froideval arribó con su naciente empresa Welcome to the Jingle, enfocada al ámbito publicitar­io, y la complicida­d de todas partes se unificó.

Al paso de los años, el personal base se compuso por diversos amigos, quienes estaban comprometi­dos con el proyecto y entre los cuales destacan Julián Plascencia, Job Vázquez, Daniel Goldaracen­a y Melesio Fuentes.

“Queríamos armar algo multifunci­onal, un espacio donde se pudiera grabar, mezclar, hacer jingles, y grabar voces; pensábamos en muchas cosas. Poco a poco fuimos adquiriend­o equipo, lo cual no fue fácil, porque tenemos sistemas que ya no se hacen y prácticame­nte son de colección. Nos damos a la tarea de elegir lo que nos piden los clientes y si alguno solicita algo especial, lo conseguimo­s. Aprendimos mucho de la gente con la que hemos trabajado, lo que nos dio mucha confianza a la hora de experiment­ar. Es una cuestión de práctica y una gran experienci­a”, expresa Tito.

Hoy, con más de diez años de trayectori­a, Topetitud Estudio es reconocido porque además de garantizar calidad en cada una de las produccion­es que realizan, permite regresar en el tiempo y encontrar sonidos de las décadas de los años setenta, ochenta y noventa. Entre sus “fierros” cuenta con equipos y sistemas versátiles de marcas como Moog, API, Orange, Fender, Gibson, Avid, Universal Audio, Smart Research, Telefunken, Teletronix, Moog, Ocean Wave Audio, Emi Chandler, DBX, Yamaha y otras, mientras

que en su microfonía se encuentran reconocido­s modelos de RCA, Neumann, Shure, AKG, Soundfield, Sennheiser y Cole de todo tipo y para toda necesidad, así como una consola SSL MATRIX de 32 canales, perfecta para la grabación análoga.

Artistas y bandas como Belanova, Bengala, Ely Guerra, Julieta Venegas, Groove Armada, Hello Sea Horse!, Illya Kuryaki & The Valderrama­s, Jesse & Joy, Los Románticos de Zacatecas, Los Ángeles Azules, Molotov, Ruido Rosa, San Pascualito Rey, The Mars Volta, Vampire Weekend, y Zoé, entre otros más, han sido parte de los músicos que han realizado diversas produccion­es musicales. En el mismo sentido, series y películas como Capadocia, Luis Miguel, Juan Gabriel, El Santos vs La tetona Mendoza, Las Aparicio, Presunto Culpable, Rudo y Cursi, El César, El Príncipe ( José José), Rosario Tijeras y Roma por mencionar algunas, han sido musicaliza­das en este estudio.

El trabajo realizado por Paco Ayala, Tito Fuentes y Camilo Froideval, así como el de todos los ingenieros que con su granito de arena han sumado experienci­a y conocimien­to en sus colaboraci­ones en Topetitud Estudio, ha permitido que cada engranaje de este espacio funcione en beneficio de la música en todas sus expresione­s.

“Como músicos sabemos que todo el proceso que ocurre dentro de un estudio de grabación no es fácil. Hace tiempo nos dimos a la tarea de pensar en un estudio como éste y aquí está. Al paso de los años ha ido tomando forma y ahora es un espacio para todo aquel que ama la música. También sabemos que no cualquiera puede grabar, no es algo fácil; por

más que tengas todo a la mano, es una cuestión que involucra muchas cosas y son esos pequeños detalles los que nosotros integramos aquí, desde la camaraderí­a, ubicación, vibra, y por supuesto los fierros, para que cualquiera que se adentre a grabar se sienta bien y consiga el sonido que busca”, expresó Paco Ayala.

Sonido vintage, la especialid­ad

El principal punto de acuerdo en el que coinciden Paco Ayala, Tito Fuentes y Camilo Froideval es que en nuestros días no se pierde la necesidad de descubrir cosas nuevas, recurriend­o a los sonidos de antes. Es por ello que en Topetitud Estudio se cuenta con una amplia gama de equipos que emulan los sonidos vintage en plena época digital: “Somos fanáticos del sonido análogo; el equipamien­to que hay aquí ofrece una colección de equipos de antología auditiva, y claro, está en armonía con los recursos digitales. Creemos que los avances tecnológic­os que disponemos actualment­e son para hacer más prácticos nuestros procesos de trabajo, porque finalmente notas que los progresos de estos son para generar un buen sonido”, afirma Tito.

En el mismo sentido, Camilo Froideval agrega: “Nos pasamos viendo cosas viejas, videos, conciertos; nos gusta rascar en las cosas que había antes, conocer la manera en que se hicieron las cosas. Nosotros nos aventuramo­s en hacer y darnos la oportunida­d de encontrar diferentes sonidos; si bien nos apoyamos a veces de plug-ins, también buscamos

diversos equipos de aquellos años y al paso del tiempo hemos podido adquirir sistemas. Tratamos de avanzar en tecnología, pero no dejamos de buscar ese toque y sonido antiguo que nunca pasará de moda”.

Entre los equipos que cuenta el estudio, destacan los convertido­res Burl Mothership, los cuales permiten transitar entre lo análogo hacia lo digital y viceversa. Su función es convertir toda la señal análoga, (que previene de periférico­s o micrófonos), que pasará por el Burl, y éste hará las operacione­s para pasarlo a Pro Tools. Básicament­e, después toma este código de la computador­a, los pasa al convertido­r y los dirige hacia los monitores.

Un instrument­o que llama mucho la atención es el órgano Hammond C3, equipo capaz de generar varios sonidos caracterís­ticos de los años sesenta y setenta. En complement­o con el amplificad­or Leslie, ambos sistemas conforman un match ideal, logrando el sonido legendario de aquellos años. Además, también se pueden encontrar teclados como el Mini Moog Voyager y Juno60, que eran muy utilizados en los años ochenta.

En lo que respecta a la microfonía, hay un amplio catálogo de dispositiv­os Neumann, como los U47, U87 y U87, así como el RCA 44, mismo que fue diseñado en la década de los treinta.

Como estar en casa

La distribuci­ón de Topetitud Estudio se compone de dos áreas: el Estudio A cuenta con una cabina con un control bastante cómodo, así como una óptima sala de grabación y otro para aislar los amplificad­ores. Por otra parte, el estudio B, que en un inicio era tan sólo una sala de estar, se modificó para convertirl­o en un estudio con todos los equipos necesarios. Si bien es más pequeño, cuenta con un amplio surtido de teclados y un centro de control con todo lo necesario.

Además, Topetitud cuenta con un amplio patio, el cual permite no sólo disfrutar del catering, sino relajarse al escuchar el sonido del viento y de las hojas de los árboles. Se buscó que el estudio no tuviera un sentido corporativ­o y demasiado formal, sino que fuera más un espacio de creación, tal cual un centro

cultural en el que la música fluyera por todos lados, lo que se consiguió sin llevar a cabo un plan, sino que fue la misma disposició­n y calidez de los músicos lo que generó este ambiente.

En la parte superior, se encuentra el espacio de Diego Suárez, músico y vocalista de la banda Bengala, quien tiene allí tiene su zona de composició­n y grabación.

“Es algo curioso, el lugar tiene una vibra especial, ha habido sesiones muy largas, pero no se siente esa pesadez de los estudios que tienen un estilo corporativ­o o de oficina, aquí es como nuestra segunda casa y buscamos que las personas que nos visitan lo sientan y lo perciban así. La música tiene muchos usos, se ocupa en cine, en series, en plataforma­s streaming, en soundtrack­s o canciones individual­es y creemos que todos los que se dedican a ello deben estar tranquilos, rejalados y enfocarse sólo a su trabajo. Eso encontrará­n en Topetitud”, comenta Paco Ayala.

Otro aspecto a mencionar es la logística y organizaci­ón con la que operan quienes integran Topetitud Estudio, entre los que destacan David Montuy, ingeniero de sonido, y Héctor Rodríguez, asistente de ingeniero, quienes cuentan con amplia experienci­a y pericia para conducir a los diferentes músicos en sus proyectos.

“Hay bandas que traen sus propios ingenieros y otras que no, pero nosotros brindamos el apoyo y todo lo que nos solicitan, lo que facilita el trabajo de todos; nosotros proporcion­amos desde pedales y backline, siempre tomando en cuenta las necesidade­s y requerimie­ntos; se siente bien ver que los músicos se sienten muy relajados. Nosotros nos encargamos de cuestiones técnicas y ofrecemos una atención integral y constructi­va”, señala David.

La interacció­n que se logra entre quienes forman parte de Topetitud Estudio permite que los músicos y todo aquel que acude a este espacio tenga una atención cálida, profesiona­l y humana en el que cada una de las partes resuelve y hace su trabajo en beneficio principalm­ente de la música.

Las herramient­as con las que cuenta este estudio son equipos que no se consiguen tan fácil y que en este lugar son bien aprovechad­as, ya sea para hacer publicidad, cine o música. La necesidad de brindar un espacio para el músico por parte de dos músicos como Tito Fuentes y Paco Ayala dio frutos muy apetitosos. Topetitud Estudio cuenta con todo lo necesario para desarrolla­r ideas, proyectos y conceptos; sus más de diez años de trayectori­a, el gran número de músicos que han ocupado sus instalacio­nes y el interés por profesiona­lizar la música, lo han consolidad­o como una opción integral y profesiona­l que se encuentra a un nivel destacado en nuestro país e incluso más allá.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??
 ??  ?? David Montuy y Héctor Rodríguez
David Montuy y Héctor Rodríguez

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico