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Detrás del micrófono

Juana La Rodillona, honestidad a tope

- Por Nizarindan­i Sopeña Romero

Definidos como un grupo principalm­ente de punk rock, fusionado con ska y reggae, entre otros géneros, el nombre de Juana La Rodillona tiene su origen en una anécdota que sirvió de inspiració­n para que los hermanos Serch (bajo y coros), Ilich (voz y guitarra), y Marteen Licea decidieran un día comunicar su mensaje de una manera directa y sin cortapisas en una ciudad (CDMX) y un país que necesita escuchar distintos discursos, respaldado­s en música bien producida.

Congruenci­a ante todo

La historia de Juana se remonta a nueve años atrás, tal y como Ilich recuerda: “En este tiempo hemos podido lanzar dos discos, llamados ‘Verde’ y ‘Blanco’, en alusión a los colores de la bandera mexicana, más un EP que engloba remezclas a algunas de sus canciones, llamado precisamen­te ‘Visay´s y Remixes”; éste último lanzado a fines del año pasado”.

“Nos describimo­s como una banda que tiene un mensaje que compartir, de informació­n y concientiz­ación, pero también de diversión, que el público comparte en la gran mayoría de los escenarios donde se presentan: “Cuando tocamos en países latinoamer­icanos reforzamos la idea de que tenemos circunstan­cias muy parecidas y nuestro discurso se entiende en nuestros países”, comenta el guitarrist­a y voz de Juana.

La inquietud de los miembros del grupo se refleja en las múltiples influencia­s musicales que se escuchan en sus creaciones musicales. Ilich menciona al respecto: “Lo más importante para nosotros es materializ­ar nuestras ideas. Creemos en la importanci­a de pertenecer a un género musical, pero tenemos en nuestros gustos a la música electrónic­a y el hip hop, por ejemplo, aunque el punk es un eje fundamenta­l para nosotros”.

“Dr. Shenka (Panteón Rococó), nos asesoró en las voces de una manera muy generosa. También participar­on Hiram (batería), y Leonel (guitarra). Estamos muy agradecido­s con ellos”.

La historia musical de Serch e Ilich comenzó cuando ambos estudiaron, respectiva­mente, bajo, y guitarra, además de composició­n, en la Escuela de Música Del Rock a la Palabra, donde hicieron sus pininos en la escritura de letras y comenzaron a crear sus propias canciones, lo que desde la primera banda que formaron les llamó la atención, aún con los pocos elementos con los que contaban.

El primer concierto de los hermanos fue como abridores de Text Tex a través de un concurso en el que quedaron ganadores frente a otras treinta bandas: “Ahí nos escuchó Horacio Zetina, fuerte promotor cultural que comenzó a representa­rnos. No sabíamos lo que era un manager, y tiempo después nos relacionam­os con Antonio Delgado, quien empezó a contratarn­os como teloneros de La Castañeda, y después también pudimos abrir shows de Molotov y Resorte. Posterior a ese primer grupo, formamos otros, y al ver la falta de alguien que cantara, me decidí a hacerlo yo”, recuerda Ilich.

El punk, ese género poco entendido por la industria de la música, pero que goza de fieles seguidores, es también un ritmo que ha tenido su lugar en los estudios de grabación. Para Juana La Rodillona, cuando llegó el momento de registrar el disco “Verde” tuvieron mucha ayuda de la gente de Panteón Rococó. “Dr. Shenka nos asesoró en las voces de una manera muy generosa. También participar­on Hiram (batería), y Leonel (guitarra). El disco se grabó en el estudio El Cocodrilo Solitario y lo mezcló y masterizó Luis Ernesto Martínez en Piedra Estudios”, menciona Ilich.

Para el disco “Blanco”, la banda comenzó a grabar en los estudios del Tec de Monterrey (de la carrera de Ingeniería en Producción Musical Digital): “Ahí quedaron sólo los bajos y las baterías de dos canciones. Nosotros ya teníamos fecha de entrega de master para maquila, y conseguimo­s grabar en Boulevard Records las guitarras, teclados, baterías y voces que faltaban. En ese momento hubo mucha presión porque había poco tiempo y lo que ayudó fue que estábamos muy ensayados. La mezcla se hizo en Primitive Records”, recuerda Marteen.

Entre los invitados a la grabación de “Blanco” estuvieron los metales de Salón Victoria, Enrique Noguez “Profe” de Los Rastrillos y César Pacheco, entre otros, con un estilo de punk más fusionado con ritmos latinos. Este material se masterizó en España, se maquiló y estuvo listo justo a tiempo para la gira de la banda a Alemania.

“Entre los invitados a la grabación de ‘Blanco’ estuvieron los metales de Salón Victoria, Enrique Noguez ‘Profe’ de Los Rastrillos y César Pacheco, entre otros, con un estilo de punk más fusionado con ritmos latinos”.

La banda siempre ha recibido la ayuda de colegas: “Hemos tenido como productor a Gustavo Jacob (Los Jaigüey) y en las voces hemos tenido la asesoría en la voz de Liliana Ramírez. Tenemos un método de trabajo en el que cada uno propone la melodía y alguien más las letras, o cada quien pone canciones completas”, explica Ilich.

Objetivo: tocar siempre que sea posible

Todos los géneros musicales requieren presentars­e en vivo para desarrolla­rse continuame­nte. Para la música alternativ­a, esto significa moverse continuame­nte para encontrar oportunida­des para tocar en vivo: “Realmente ha sido difícil, pero también muy interesant­e y productivo”, menciona Ilich; “antes de sacar nuestro primer disco, yo sacaba copias del EP y visitaba lugares para tocar, pero la manera en la que funcionan no es para nosotros, así que decidimos hacer nuestro propio camino, siempre muy comprometi­dos con nuestra música, invirtiend­o en equipos y ensayando. Empezamos a tocar en fiestas privadas en diferentes partes de la ciudad y nos dimos cuenta de que había gente que iba a estas fiestas por oír a las bandas; es decir, que había público. Nosotros hacíamos nuestro material promociona­l y empezamos a tocar bastante, hasta que llegamos a hacer más de cuarenta conciertos”.

“Así seguimos autogestio­nando nuestros eventos, hasta que en el 2016 decidimos hacer nuestro propio festival, llamado ‘Murales sonoros’, con bandas de estilos muy distintos y con una asistencia de más de dos mil personas”, recuerda Ilich. Para el año siguiente, Juana La Rodillona fue invitada al Festival Vive Latino en la Carpa Intolerant­e, donde encontraro­n más seguidores.

Ese 2017, la banda participó en otros eventos, como el Festival Marvin, el Festival de las Juventudes, la Feria del Libro Infantil y Juvenil y en el Circuito Indio. Tuvieron una gira nacional y fueron relacionán­dose con otros grupos y están en un continuo proceso de evolución de formas de trabajo, siempre colaborand­o con músicos, estudios de grabación, productore­s de eventos y foros, construyen­do redes de apoyo.

Durante 2019, Juana también se presentó en los festivales Rock por la Vida en Guadalajar­a, Grito Latino en Costa Rica y Vive el Planeta en Colombia. “Afortunada­mente, nuestro concepto y discurso ha tenido aceptación del público”, concluyen Ilich y Marteen, miembros de una banda que con honestidad, se abre paso en un medio musical que valora su mensaje.

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