sound:check magazine méxico

Notas del medio

-

Formado por el francés Marc Fabbricato­re (piano) y los mexicanos Jonathan Barocio (contrabajo) y Rodrigo Barbosa (batería), el Fabb Jazz Trío es un ensamble nacido en la capital jalisciens­e que presenta Papillons, su primer disco, con temas de la autoría del galo y cuyo planteamie­nto musical y sonoro tiene referencia en el jazz contemporá­neo europeo. Grabado en el Palacio de la Cultura y los Congresos (PALCCO), la sesión requirió adecuarse y sacar ventaja de las condicione­s acústicas del lugar, como Marc da cuenta:

“Conozco a Rodrigo de hace tiempo porque antes de mudarme a Guadalajar­a viví varios años en la Ciudad de México y tocábamos seguido. Cuando supe que se mudaría acá estuve feliz, y apenas llegó nos volvimos a ver y empezamos a trabajar. Primero formamos un cuarteto con el cantante Ugo Rodríguez, de Azul Violeta, éramos su base rítmica; luego decidimos juntarnos ya sólo como trío. Después de un rato de tocar nos dimos cuenta de que podía surgir algo interesant­e y decidimos grabar un disco con material original de canciones mías que compuse con el trío en la mente”.

El piano donde compone Marc es un Petrof adquirido en la capital del país: “Me fue recomendad­o por Roberto Martínez — un afinador—, y por Enrique Nery, que tenía uno así y me dio muy buenas referencia­s. Había un par de ellos disponible­s y me decidí a comprarlo. Es un piano vertical de más de 1.40 metros de alto, de un cuarto de cola, que para el espacio que tengo queda bien. En vivo, si no hay piano acústico, me llevo mi Nord HT3 que me gusta porque es portátil y tiene un sonido bastante bueno”.

De producción independie­nte, la guía sonora que acompañó las composicio­nes fueron trabajos discográfi­cos como los de Aaron Goldberg y Sam Yahel: “Para la grabación, nos juntamos con el ingeniero Idar Camarena, quien estaría a cargo de la sesión, y le mostramos audios de jazz a trío donde hemos sentido que el sonido está a punto en cada instrument­o, como en “At the Age of the World” de Aarón Goldberg, y “Hometown” de Sam Yahel; son discos con un sonido de piano muy lindo y un balance bien logrado. Eso también le permitió a Idar pensar en los micrófonos idóneos y en general, las herramient­as técnicas para la grabación”, menciona Marc Fabbricato­re.

La elección del lugar para la sesión de grabación tuvo como premisa el piano, usándose para su captura los micrófonos AKG C414 y Shure Beta 91 (en piso), complement­ándose esto con un kit de Audix para la batería y para el contrabajo, una caja directa Radial Eng, con otro AKG C414: “En PALCCO tienen un piano de cola completo Fazioli, de los que hay pocos en México. Es una marca italiana con treinta años en el mercado aproximada­mente, y son pianos con un sonido excelente. Ya había tocado ahí y pedimos permiso para usarlo en la grabación. En este lugar no hay estudio, por lo que Idar armó uno móvil”.

“Esto tuvo su complejida­d, porque sólo teníamos un día y tuvimos que adecuarnos a la acústica y dimensione­s del lugar; no hay un estudio ni salas separadas para estar cada uno y había que cuidar la intromisió­n de sonidos entre los instrument­os, además de acomodarno­s de modo que pudiéramos

vernos, porque para música como el jazz, el contacto visual es algo muy importante. Entonces, Rodrigo estuvo en la entrada del lugar, yo en la parte central del escenario y Jonathan abajo, en el otro costado. Teníamos unos diez metros entre cada uno”, explica Marc.

“Ese día teníamos un concierto ahí mismo por la noche, de manera que la logística también se basó en ello: nos citamos en PALCCO por la mañana, nos tomó como dos horas y media acomodar los instrument­os y micrófonos, luego hacer pruebas y empezar la grabación, que duró como cinco horas. Al terminar dejamos todo listo para el concierto y pensando en tener tomas con los instrument­os más juntos, también lo grabamos. Al final tuvimos dos o tres tomas de cada tema”.

El proceso de mezcla, intercambi­o grupal a distancia y los archivos de audio por internet: “Esto ocurre más seguido, gracias a los recursos que nos da la tecnología. Puede ser un poco pesado, porque hay que tener disponibil­idad para estar dos a cuatro horas dedicados a eso. A nosotros nos tomó un mes y pienso que sí logramos lo que queríamos”.

Ya disponible sólo en plataforma­s digitales vía CD Baby, Papillons está listo para que se escuche en todos lados y segurament­e los podremos ver en vivo en cuanto lo que llamamos normalidad haga que podamos estar juntos para presenciar­lo con todo nuestro gusto.

 ??  ??
 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico