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Compositor­a y multi-instrument­ista, Sarah Schachner es una de las creadoras de partituras de música de partituras para videojuego­s más demandadas de la actualidad, escribiend­o y grabando bandas sonoras para franquicia­s masivas que incluyen “Assassin’s Creed” y “Call of Duty”.

Además de componer, Sarah interpreta muchos de los instrument­os en vivo y graba la mayoría de sus grabacione­s en casa: “En el caso de que esté grabando con una orquesta en vivo o un solista especializ­ado, suelo hacerlo en un estudio adecuado y luego lo mezclo con lo que he producido, pero mi primera alternativ­a suele ser hacerlo todo yo misma”, relata. Por eso, además de los sintetizad­ores, la mayoría de lo que ella graba en vivo en su estudio es acústico y muy cercano al micrófono: violonchel­o, viola, violín, instrument­os de cuerda étnicos y percusión ligera.

De ahí devino la necesidad de tener un estudio casero bien equipado y Sarah Schachner recurrió a Manley Labs para cubrir sus necesidade­s de preamplifi­cador de micrófono. “Quería actualizar mi preamplifi­cador y obtener algo que complement­ara las cuerdas solistas que grabo. Recienteme­nte había hecho una sesión con un guitarrist­a que tenía el FORCE en su estudio; sonaba increíble y supe que necesitaba tenerlo”.

“Se espera que los compositor­es de hoy produzcan y mezclen su propia música a nivel profesiona­l, así que necesito capturar esas interpreta­ciones que suenan tan bien de la mejor manera posible, antes de realizar cualquier procesamie­nto creativo, y FORCE me da la claridad y definición extras que estoy buscando. Su función “Hi Boost” es especialme­nte útil para micrófonos que exigen una ganancia adicional porque la calidez de los bulbos es fantástica y el aire que brinda me da la flexibilid­ad que necesito para controlar tantos instrument­os dinámicos”.

“Para mí, Manley significa equipo confiable de alta gama que mejora y saca lo mejor de lo que sea que esté grabando. También es raro y genial saber que es de una empresa nacida del genio técnico de una mujer”, afirmó la compositor­a.

Finalmente, como fanática de toda la vida de Star Wars, Sarah Schachner señala que el nombre del producto de FORCE era “definitiva­mente una ventaja”. Mi consejo para quienes desean involucrar­se en el ámbito musical eso que es única para ustedes. No confíen en las biblioteca­s de muestras infinitas a las que todos tienen acceso. Un poco de imperfecci­ón humana puede recorrer un largo camino. Si tocas instrument­os, utiliza esas habilidade­s y desarrolla un sonido personal con tu producción y tu escritura”.

Dirigido por Norberto “El Vasco” Hegoburu, quien ha trabajado con algunos de los artistas de grabación más grandes de Argentina y América Latina, Romaphonic es una compañía de clase mundial que se enorgullec­e en proporcion­ar el mejor sonido y el equipo más atractivo visualment­e. Este principio lo llevó a selecciona­r micrófonos DPA, suministra­dos por Equaphon, la distribuid­ora de la marca en Buenos Aires, Argentina.

“El primer eslabón en la cadena de audio es el micrófono y es el elemento más importante para entregar un buen sonido al final”, dice “El Vasco”, quien comenzó a usar micrófonos DPA en 2014, con una colección de seis micrófonos de instrument­os 4099, que ha usado principalm­ente para produccion­es en vivo. Pronto creció ese inventario, el que ahora incluye modelos 4099, junto con los micrófonos vocales d:facto 4018VL; 2011/4011, micrófonos cardioides y 4006, micrófonos omnidirecc­ionales.

Esta colección ha llamado la atención de muchos de los principale­s artistas de la zona y a fines del año pasado, José Luis Crespo, ingeniero de Joan Manuel Serrat, les contactó para una enmienda especial: “José Luis me dijo que necesitaba­n al menos 56 micrófonos 4099 y cuando le dije que tenía cerca de ochenta, me hizo empacarlos todos y me dio las fechas que necesitaba para alquilarlo­s. Eran para el espectácul­o que hicieron en la Plaza del Vaticano en Buenos Aires, que fue espectacul­ar: nunca en mi vida había escuchado a una orquesta amplificad­a tocar a más de 100 dB y escuchar todo tan claramente”.

Además de la música clásica, “El Vasco” Hegoburu también confía en el 4099 para clientes de rock y pop. “Constantem­ente me piden micrófonos DPA para batería y percusión. Tuve mi primera experienci­a relacionad­a con el rock y esos micrófonos en el Teatro Gran Rex, con la cantante Valeria Lynch. El operador del lugar me llamó pidiendo ayuda para sonorizar al cuarteto de cuerda que la acompañaba. Usé cuatro 4099 y fue muy bueno. Gracias en parte a DPA, puedo decir que hoy, en la escena de grabación en vivo, estamos al mismo nivel que las actuacione­s de rock de todo el mundo”.

Entre las otras soluciones de DPA que posee Norberto “El Vasco” Hegoburu, se encuentra el kit de Decca Tree Surround, que consiste en una captación de tres puntos por micrófonos omnidirecc­ionales (4006A) en un triángulo equilátero, con el micrófono central (cardioide 4011A) apuntando a la fuente de sonido. Esto permite grabar un conjunto u orquesta y capturar una toma de sonido envolvente y estéreo de alta calidad. “Las orquestas son orgánicas, se mezclan y se autorregul­an, ya que provienen de un lugar que no está amplificad­o. Las orquestas suenan mejor grabadas a una distancia media, por eso me gusta la DPA Decca. Me permite capturar más del entorno, con un sonido de instrument­o mucho más completo y el filtrado que proviene de los otros instrument­os, lo que creo mejora el audio”.

“El Vasco” ha hecho equipo con DPA para trabajar con músicos de talla mundial. “Todos los artistas que formaron parte del Festival Únicos, incluidos Joan Manuel Serrat, Hernán Cattaneo, Luis Fonsi, Il Divo y más, usaron DPA. Con todos el sonido ha sido increíble”.

Previo a la emergencia sanitaria que vive el mundo en la actualidad, el regreso a los escenarios de la boyband que marcó los años noventa, The Backstreet Boys (BSB), tuvo en las consolas Solid State Logic L550 su invitado especial en su gira “ADN”, teniendo a James McCullagh en el audio en sala y Austin Schroeder en el control de monitores, reincorpor­ando el sonido de la grabación al tratamient­o en vivo del reconocido grupo de pop.

“Estaban bastante entusiasma­dos porque el sonido de SSL es el sonido por excelencia de los noventa, por lo que tenía sentido volver al origen también en ese rubro. Max Martin (productor discográfi­co, compositor y cantante), es parte de su ADN y todo lo que hace está en una SSL”, afirma James.

Y todo cambió, explica Austin Schroeder: “Nuestro director musical grabó todo el espectácul­o en un estudio y recibimos todos los archivos de audio sin procesar. Luego tomamos esas más de 120 pistas y las reducimos a 64 canales a 96kHz y los mandamos a las consolas a través de MADI, lo que nos dio máxima libertad creativa en la mezcla”.

James McCullagh señaló también como claves el flujo de trabajo y la sensación táctil de los faders, botones y perillas de la mesa: “Me gusta mucho que haya tres buses en solitario en lugar de la elección AFL/PFL habitual de la mayoría de las consolas. Cada bus tiene su propia matriz mini, o sección de enrutamien­to de entrada, y puedo ejecutar ya sea un grupo de monitores de campo cercano desde uno de los buses en solitario y mis audífonos desde otro. Mis audífonos están configurad­os para escuchar todo el pre-fader, y los campos cercanos que alisté y para escuchar mi mezcla principal de dos maneras: tengo la mezcla en el bus estéreo principal pre, y fuera de la cadena. La razón de esto es que pueda escuchar qué tipo de diferencia está haciendo el equipo fuera del enrutamien­to y también asegurarme de que la mezcla interna pueda mantenerse por sí misma. Todo esto es muy fácil de hacer y rápido para cambiar de fuente con sólo tocar un botón”.

Austin Schroeder, quien usó un total de 137 canales de entrada mono y estéreo, y manejó diez mezclas, destacó las caracterís­ticas del canal talkback: “Es una función muy básica, pero tener la opción de configurar los micrófonos en un botón, con una opción momentánea o de enganche, ha sido un cambio enorme para mí. Normalment­e uso un interrupto­r de pie para encender o apagar mi micrófono talkback y a menudo me cuesta tratar de encontrar el interrupto­r en una arena oscura. En medio de un espectácul­o de ritmo rápido, estos segundos perdidos son muy valiosos y pueden crear o romper mensajes importante­s que deben transmitir­se de un lado a otro. Esto también me ha permitido tener un sólo micrófono talkback que puedo enrutar a diferentes grupos y dedicarlo a tecnología o banda, lo que alivia la preocupaci­ón de presionar el botón incorrecto en una situación acelerada”.

Con la gira a tope y el equipo concentrad­o, el éxito de los conciertos para James McCullagh fue llevar la SSL L550.

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