El cuento del descuento por cantidad
“¿Si te encargo tres en vez de uno, qué descuento me haces?”
El cuento del descuento por cantidad. Analizamos en este artículo un engaño típico que nos ofrecen algunos clientes a la hora de contratar un trabajo profesional y te explicamos cómo salir elegantemente bien parado de esa situación...
Un valor que nos damos nosotros mismos
En una de nuestras notas anteriores habíamos hablado del soborno artístico y se trataron las distintas maneras que tenía el mercado musical para no tratar justamente el trabajo de los artistas y quienes participan en su proceso de producción. En esta ocasión trataremos de ciertos temas que tienen una aplicación muy práctica y cotidiana.
He observado, en muchos casos, que la persona que desarrolla una actividad artística suele tener importantes problemas a la hora de cobrar por su trabajo. Y cuando digo cobrar, no lo digo únicamente porque nuestro cliente o jefe no nos pague, sino porque no sale del propio creador darle jerarquía y valor económico a su esfuerzo. Con respecto a elevar el nivel de autoestima de cada uno, no puedo hacer nada desde estas líneas, pero sólo les diría que si alguien nos encarga un trabajo, es porque confía en nuestra capacidad. Y eso, sumado a los años de estudio que hemos invertido, debería bastarnos para sentirnos seguros. Es cierto que el mercado se encarga bastante de denigrar en general las profesiones artísticas, a pesar de que resulta inconcebible una discoteca sin música, un auto sin estéreo y una televisión sin películas. Hoy, sin embargo, intentaremos defendernos de un argumento típico de compra que ejercen los clientes y los managers a la hora de contratar nuestros servicios, ya sea como músico, ingeniero de audio o alguna otra profesión dentro de la Industria de la Música y el Espectáculo.