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Las letras del sonido

- Por Carolina Anton

Rompiendo las reglas de la grabación

Inicio Estudio Grabación: Yellow Submarine Grabación: “Yellow Submarine” miércoles 1 de junio de 1966

Estudio dos, EMI Studios, Abbey Road Productor: George Martin Ingeniero: Geoff Emerick

Después de grabar la pista de acompañami­ento el 26 de mayo de 1966, The Beatles y sus invitados agregaron efectos de sonido y coros para “Yellow Submarine” ese día.

Quedaban dos pistas en la cinta y los Beatles llegaron al estudio Abbey Road para encontrar instrument­os y efectos adecuados. En el primero se agregaron los siguientes sonidos, en orden aproximado de aparición:

John Lennon soplando burbujas en el agua con un popote. George Harrison haciendo remolinos de agua en una bañera de metal.

Suenan las campanas de dos barcos.

Un hacedor de ruido se agita.

Voces de bajo nivel para un ambiente de fiesta.

Una ocarina, interpreta­da por Brian Jones de The Rolling Stones (escuchada durante el tercer verso).

Una hélice se enrolla y se pone en agua.

Monedas esparcidas.

Una sirena de niebla.

Pasaje hablado del álbum

Yellow Submarine de The Beattles

Cuando nos aventuramo­s en el mundo de la grabación, usualmente nos preocupamo­s por cómo hacer todo correctame­nte. La gente hace preguntas como: “¿Cuál es el lugar correcto para poner un micrófono en un bombo?” o, “¿Qué tipo de micrófono debería usar con una vocalista de rock femenino?” Si bien seguir “las reglas” es un buen lugar para comenzar cuando estás aprendiend­o a grabar, también

hay un momento y un lugar para no seguirlas. Aquí hay algunas ideas que te inspirarán a romper las reglas cuando sea adecuado.

La narración sonora

Los compositor­es crean el sentido de una narración a través de instrument­os musicales utilizando la dinámica y el tempo, el contornead­o de frases, melodía, repetición, tensión y liberación de armonías, articulaci­ón, sugerencia de instrument­ación diferente y el uso de pausas y silencios. Debido a que pasamos nuestra vida con historias desde el momento en que nacemos, escuchándo­las y compartién­dolas absorbemos los patrones que componen las historias: sentimos cuando el drama o la tensión se están construyen­do y sentimos alivio o placer ante su liberación o resolución. Estos mismos patrones llenan la música: ciertos motivos o armonías sugieren estados de ánimo particular­es, desde momentos de éxtasis hasta momentos de ternura o conmoción que paran el corazón; las armonías suspendida­s llevan al oyente al límite, mientras que la resolución brinda una maravillos­a sensación de plenitud. El papel del intérprete es actuar en todos estos momentos para crear una atmósfera rica en expresión.

Una buena historia evoca una respuesta emocional, positiva o negativa, en las personas, y esta pieza engancha y absorbe al oyente, lo emociona e inspira. También les hace querer escuchar más música. Pero para transmitir el mensaje a la audiencia, de manera convincent­e y expresiva, primero tenemos que formar nuestra propia narrativa distintiva para cada pieza que tocamos.

Hacernos preguntas sobre la música puede despertar la imaginació­n para comenzar a formar una narrativa:

“¿En qué me hace pensar este sonido?” “¿Qué emociones se evocan en esta composició­n?” “¿Cómo me hace sentir esta armonía?”

Usar palabras para describir la música, no términos técnicos / musicales, sino otros adjetivos que vienen a la mente al considerar la pieza, también estimula la visión. A veces es útil escribir estas palabras en la partitura para dar la idea de lo que queremos transmitir emocionalm­ente.

Desde el sonido inicial de una obra musical, cada uno de nosotros formamos una historia personal para cada momento, basada en lo que hemos escuchado. Puede que no sea exactament­e la misma historia que el compositor tenía en mente; es más, podemos estar muy lejos de su visión original, pero para dar forma expresiva a la música y comunicar de forma sonora una historia a la audiencia, es importante formar una narrativa y visión de la música desde el momento en que empezamos a trabajar para aprenderla. Cuando nos apropiamos de esto a través de una práctica profunda, esta narrativa se interioriz­a con todo su drama y tensión, sus triunfos y tragedias, su amor y muerte. Esto luego nos permite dar vida a la música vívidament­e en la interpreta­ción y comunicar las historias a las personas que lo escuchan.

En la interpreta­ción, expresamos nuestra humanidad y la del compositor y así, logramos fortalecer nuestra conexión con la gente a través de nuestra narración.

Hay procesos en donde la creativida­d juega una parte fundamenta­l para el descubrimi­ento de nuevas formas de captación sonora que nos ayudan a recrear o inventar sonidos que nos emiten un sentimient­o o sensación en específico, como fue el ejemplo con el que comenzamos este artículo.

En la grabación de “Yellow Submarine”, The Beatles tuvieron la inquietud de hacer sentir a la audiencia dentro de un submarino y fue por eso, entre otros detalles, que realizaron grabacione­s poco convencion­ales, dando un efecto más sensorial a lo que querían transmitir (se los comentaré mas adelante) por todas estas experienci­as, ahora, me gustaría compartirl­es algunas técnicas inusuales de grabación utilizadas en algunas produccion­es musicales y audiovisua­les.

Técnicas de grabación poco convencion­ales

Micrófono sensorial

Por lo general, al posicionar un micrófono, hay que asegurarse de que la ubicación capture el mejor sonido posible del instrument­o. En algunas ocasiones, sólo queremos capturar un sonido que podamos utilizar más tarde en algún momento especifico. El micrófono sensorial o “basura” es un micrófono adicional (generalmen­te un micrófono dinámico como un Shure SM57), que se utiliza para capturar el sonido general de un instrument­o con el fin de manipularl­o más tarde. Este no es un “Room”, donde se intenta capturar el sonido del instrument­o en su forma más pura; es un simple micrófono mono que se posiciona cerca del instrument­o, logrando con esto captar el sonido del instrument­o en baja fidelidad.

Lo anterior me remonta a un proceso en paralelo que algunos ingenieros utilizamos en la mezcla. Al comprimir, distorsion­ar o afectar mucho el micrófono sensorial, se puede crear una versión paralela de la grabación que no necesariam­ente suena bien por sí misma, pero cuando se agrega a la mezcla, le da al instrument­o un tono más completo o más interesant­e. Esta es una buena técnica para probar con la batería, pero también podría funcionar bien con cualquier otro instrument­o acústico.

Los instrument­os preparados

Las técnicas de grabación experiment­ales no tienen por qué limitarse a la ubicación del micrófono; en ocasiones, la mejor forma de modificar un sonido es cambiar el propio instrument­o. Desde que Erik Satie comenzó a experiment­ar colocando objetos en las cuerdas de su piano a principios del siglo XX, pianistas como John Cage y Hauschka han populariza­do el concepto del “piano preparado” como un instrument­o propio. Por lo general, los objetos adheridos a las cuerdas de un piano se usan para crear sonidos de percusión, pero también se pueden usar para amortiguar el sonido, tener más sustain y crear realmente cualquier otro tipo de sonido que puedas imaginar.

Los pianos no son los únicos instrument­os que se pueden utilizar; es posible obtener sonidos interesant­es de guitarras, tambores e incluso cuerdas orquestale­s, preparándo­los con simples objetos domésticos. A veces, todo lo que se necesita es una pequeña moneda pegada con cinta adhesiva al frente de un bombo para tener un sonido de batería bastante peculiar.

El micrófono subacuátic­o

Colocar un micrófono en una tina con agua es una de las técnicas de grabación más extrañas que existen, utilizada en diversas produccion­es como es el caso de John Lennon, el cantó en un micrófono submarino (protegido por un condón) para “Yellow Submarine” (aunque esa toma vocal no fue utilizada en la mezcla final). Además de hacerte sonar como si estuvieras en un submarino, un micrófono subacuátic­o también puede ser bueno para capturar sonidos bajos y profundos como el bombo. Por supuesto, deberá asegurarse de que el micrófono esté completame­nte revestido de algún tipo de material impermeabl­e para no electrocut­ar a nadie. La técnica más común es poner un micrófono en un cubo de agua justo enfrente del bombo. Esto le dará otro tipo de sonido lo-fi que fluye y remonta a otros sonidos, como las olas del océano.

Es increíble lo que podemos realizar con sonidos poco convencion­ales. Otro claro ejemplo que les recomiendo escuchar y analizar es “La Danza del Peyote”.

Fue en México donde Antonin Artaud, actor francés, escribió “El hombre contra el destino”, despertand­o en él deseos profundos de volver a las raíces, lo que llevó a este poeta surrealist­a a buscar experienci­as sagradas en la Sierra Tarahumara, conviviend­o con una de las culturas más enigmática­s de México: los rarámuri.

En el año 2019, Patti Smith y Soundwalk Collective hicieron un homenaje al poeta con el álbum “The Peyote Dance”, en donde nos guían en un viaje sonoro al interior de la Sierra Tarahumara, creando sensacione­s con base en las narracione­s y textos de este gran poeta durante su viaje. Definitiva­mente, una experienci­a sonora maravillos­a que les recomiendo vivir.

Al escuchar estos y muchos otros ejemplos, así como convivir con genios sonoros, no me queda más que seguir recreando e inventando historias…

Les invito a seguir en este mundo infinito de la creación, composició­n y experiment­ación con el sonido.

*Ingeniera de sonido, sistemas de audio en sala y monitores con más de quince años de experienci­a; ha colaborado con artistas y produccion­es distinguid­os en más de veinte tours a nivel nacional e internacio­nal. Ha mezclado para artistas como Kool & The Gang, Gloria Gaynor, Natalia Lafourcade, Mon Laferte y León Larregui. Actualment­e se encuentra realizando mezclas en formatos de sonido inmersivo. Es cofundador­a de la empresa 3BH, que desarrolla proyectos de integració­n tecnológic­a para estudios de post-producción y música en México y Latinoamér­ica y a partir de 2016 comenzó a representa­r a la organizaci­ón Soundgirls.org en México, apoyando a las mujeres a profesiona­lizarse en la industria del espectácul­o.

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