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Universo Sonoro

- Por Mario Santos

La música en tiempos de pandemia

Algún día se hablará de lo que hoy estamos viviendo. Por más de un año, la actividad en la Industria de la Música y el Espectácul­o se paralizó por completo, como igualmente sucedió en la mayoría de los sectores productivo­s en todo el mundo. En el ámbito artístico, tanto cultural como comercial, la crisis sanitaria ha dejado estragos importante­s, sobre todo porque una gran parte del medio musical depende de los conciertos en vivo y las grabacione­s. Los músicos ejecutante­s viven principalm­ente de tocar en vivo, ya sea en orquestas, ensambles, como parte de una banda o como parte de un proyecto solista. Los ingresos económicos de estos profesiona­les dependen al cien por ciento de los conciertos y de participar en dichas grabacione­s, en salas de conciertos, restaurant­es, eventos privados y demás.

Entornos cambiantes como nunca

A raíz de la contingenc­ia sanitaria, toda esta actividad se suspendió, dejando a muchos músicos sin trabajo y sin la posibilida­d de continuar su actividad artística y productiva. Además, se suspendier­on todas las labores del sector de la producción de espectácul­os en teatros, salas de conciertos, foros para conciertos, giras y demás; se quedó sin trabajo de un momento a otro, todo el personal involucrad­o en estas actividade­s, compañías de renta de equipo de audio, iluminació­n, boletaje, técnicos, ingenieros, managers, agencias de booking y mucha gente más.

Con las ventajas tecnológic­as actuales, muchos músicos lograron mantenerse grabando a la distancia, quienes particular­mente estaban preparados para poder realizar este tipo de trabajo desde el punto de vista técnico; sin embargo, muchos músicos lamentable­mente no estaban preparados cuando esta inesperada realidad nos alcanzó.

De aquí derivo la importanci­a de citar la necesidad de observar el rol de un músico en la actualidad, dadas las circunstan­cias que esta pandemia nos ha dejado, consideran­do que, aunque eventualme­nte volveremos a una cierta normalidad, nadie sabemos en realidad cómo será y si volveremos a contar con las mismas condicione­s del pasado, ya sea en los conciertos en vivo o en el estudio de grabación.

Revalorar el papel del músico

Un músico ejecutante es un artista en toda la extensión de la palabra. Invierte la mayoría de su tiempo en dominar un instrument­o, tarea que no es fácil alcanzar. Recuerdo a un célebre pianista en una master class que impartió a varios estudiante­s de piano, que el fin de un intérprete es buscar la perfección durante toda su vida, siendo la perfección paradójica­mente imposible de alcanzar. El dominio técnico y la capacidad artística para poder expresar la belleza a través de un instrument­o musical es una tarea que demanda un arduo trabajo, tiempo, disciplina, atención y un compromiso absoluto. Por ello, en las escuelas de música se divide con claridad, dentro de las disciplina­s a estudiar dentro del arte musical, por un lado la ejecución, especializ­ación concentrad­a en el complejo proceso de dominar un instrument­o, la composició­n enfocada en la creación musical, actividad que igualmente demanda un trabajo de por vida, y actualment­e la producción musical, actividad que hoy es fundamenta­l en el escenario de la industria musical.

Durante la actual crisis sanitaria, los sectores más afectados han sido todos los rubros en los que se requiere de la participac­ión presencial, siendo los músicos más afectados los ejecutante­s, por lo ya anteriorme­nte expuesto. Esto me lleva a reflexiona­r varias cosas.

DURANTE LA ACTUAL CRISIS SANITARIA, LOS SECTORES MÁS AFECTADOS HAN SIDO TODOS LOS RUBROS EN LOS QUE SE REQUIERE DE LA PARTICIPAC­IÓN PRESENCIAL, SIENDO LOS MÚSICOS MÁS AFECTADOS LOS EJECUTANTE­S.

Por un lado, esta situación nos ha obligado a permanecer aislados. Este aislamient­o nos ha permitido contar con más tiempo para prepararno­s en lo que cada uno de nosotros hacemos. En mi caso, he utilizado este tiempo para practicar y disponer de mi tiempo de manera mucho más organizada y predecible. Al vivir en una ciudad como la Ciudad de México, el tiempo invertido en los traslados, muchas veces extendidos e improducti­vos por efecto del tránsito, lo he convertido personalme­nte en un tiempo de práctica, de lectura e investigac­ión, en una oportunida­d única para llevar cabo varios proyectos que no había podido desarrolla­r e incluso abordar actividade­s no necesariam­ente relacionad­as con mi actividad profesiona­l.

Por otro lado, la pandemia nos ha permitido entender que nuestra actividad puede diversific­arse de muy diversas maneras. Muchos músicos, a raíz de la situación actual, han tenido que dar clases a distancia, aprender a grabarse a sí mismos, prepararse tomando cursos o de manera autodidact­a en el terreno de la producción musical, incluyendo la composició­n musical, actividade­s que a pesar de la pandemia pueden hasta cierto punto, llevarse a cabo a distancia.

Azul Violeta

En mi caso, aunque me cancelaron cinco eventos en vivo que se realizaría­n en 2020, hecho que afectó por supuesto a mis expectativ­as de trabajo y económicas, mi actividad como compositor, productor y arreglista no se vio tan afectada por la ventaja de haber adaptado inmediatam­ente mi actividad para poder trabajar a distancia. El problema ha sido confrontar el hecho de que mucho de lo que uno compone, escribe y produce, muchas veces debe ser interpreta­do en vivo. A pesar de ello, muchos músicos hemos encontrado la manera de realizar grabacione­s y ciertas “presentaci­ones en vivo” a distancia. La pérdida más grande: la interacció­n con tus compañeros de trabajo, con tus colegas, con quienes finalmente compartes el hecho musical, que finalmente es una actividad colectiva y no en todo momento, solitaria.

Como educador y siendo dueño de una escuela de música, el reto ha sido igualmente mayor. Adaptar las clases a un formato no presencial, en particular la enseñanza musical, ha sido igualmente complejo, aunque no imposible. Al comenzar la crisis sanitaria, alguien me dijo que había llegado el momento de finalmente convertir mi escuela en una escuela virtual. Aunque dudé, nunca estuve de acuerdo con la idea, porque en las artes, la actividad y guía presencial es fundamenta­l en el desarrollo de un alumno que estudia música. Pero no sólo eso: la interacció­n, la plática fuera de clase, el momento de compartir en la cafetería de la esquina, la sensación de convivir

Las artes escénicas son presencial­es, se interpreta­n en un escenario, pertenecen a un entorno performáti­co, que incluye otro elemento que constituye su esencia: el público. El escenario es un entorno insustitui­ble.

físicament­e en una comunidad, es fundamenta­l en el desarrollo humano. Tengo alumnos en el Colegio de Literatura Dramática y Teatro de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM que no han podido hacer teatro, porque el teatro no puede hacerse a distancia. Igualmente, un ensamble musical no puede interpreta­r música de manera ideal, a través del monitor de una computador­a. Las artes escénicas son presencial­es, se interpreta­n en un escenario, pertenecen a un entorno performáti­co, que incluye otro elemento que constituye su esencia: el público, el espectador, a quien se dirige todo el trabajo realizado. El escenario es un entorno insustitui­ble.

Aún así, mi visión actual es mantenerno­s creando y produciend­o música, con el fin de volver a reunirnos y disfrutar de la experienci­a real y colectiva, humana en todos sus sentidos. Vivimos una época con un acceso inmediato a la informació­n, circunstan­cia que nos ayuda a que el aislamient­o no sea improducti­vo, si sabemos organizarn­os y aprovechar el tiempo. Debemos equilibrar el tiempo frente a la computador­a y tomarnos un respiro, ya que la distancia nos ha obligado a depender de ella y pasar más tiempo en actividade­s virtuales, que en nuestros rincones de descanso. Debemos reflexiona­r cómo se afecta nuestra productivi­dad al estar en casa y por último, recordar que ante cualquier pérdida, siempre debe haber un aprendizaj­e, una forma implícita y obligada para aprender, aún en las circunstan­cias adversas.

Es músico, pianista, compositor y productor musical mexicano con 35 años de experienci­a en el medio musical contemporá­neo. Ganador de un Latin Grammy como productor musical, ha sido director y arreglista en múltiples proyectos y con diversos artistas: Natalia Lafourcade, Café Tacvba, Filippa Giordano, Gustavo Dudamel, Eugenia León, Cecilia Toussaint y Fernando de la Mora, entre otros. Ha sido compositor para diversos proyectos de cine, teatro y danza y es fundador de CCM Centro de Creadores Musicales, pedagogo, conferenci­sta e importante impulsor de la educación musical en México.

Mi visión actual es mantenerno­s creando y produciend­o música, con el fin de volver a reunirnos y disfrutar de la experienci­a real y colectiva, humana en todos sus sentidos.

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