‘El frío cala, pero la necesidad obliga’
Las temperaturas de hasta 14 grados que se han registrado en la entidad se han convertido un calvario más para los comerciantes de los mercados públicos, sobre todo aquellos que trabajan a la intemperie desde las 04:00 de la madrugada, que obligados por la necesidad deben salir a laborar para poder comer.
Tal es es el caso de los comerciantes del tianguis campesino Jesús Taracena, y de los vendedores ambulantes de la zona del mercado Pino Suárez, que en su mayoría trabajan a la intemperie, algunos protegidos sólo con una sombrilla.
“Yo vengo desde la ranchería Samarkanda, salgo desde las 4 de la mañana para venir a vender mis hojas de chaya, de chipilín, de maguey, matalí, momo, albahaca, y ahora sí ha estado muy duro el frío, pero pues ni modo, el frío cala pero hay que salir a trabajar”, refiere doña Silveria Tosca Zapata, una mujer de 87 años, mientras guarda sus manos en un delgado suéter que la protege.
En esta popular zona comercial, son cientos de comerciantes, en su mayoría humildes, los que se congregan a diario para ofertar los productos.
“Yo ya llevo años vendiendo aquí a veces frutas y verduras, a veces cerillos y dulces, a veces hasta nos corren de aquí porque dicen que estorbamos a la pasada, pero no es por gusto sino por necesidad, aquí pasamos el frío y la lluvia ahorita que ha estado malo el tiempo, y aunque sea con un café nos calentamos”, señala doña María Gabriela Hernández García de 75 años, mientras se cubre con una playera vieja su garganta.
MUCHOS COMERCIANTES LABORAN A LA INTEMPERIE RESISTIENDO LLUVIA, FRÍO, Y HASTA HUMILLACIONES.