Decadencia
¿EN QUÉ MOMENTO SE DESCOMPUSO TODO? ¿QUÉ NOS FALTA POR PADECER? LOS ÚLTIMOS DÍAS HAN DEJADO UN VACÍO DE CREDIBILIDAD.
¿Qué hacer por nuestra sociedad pasmada? ¿Cómo reaccionar ante una barbarie? ¿Cómo justificar la condición humana que respira crueldad y pérdida de valores?
¿En qué momento se descompuso todo? ¿Qué nos falta por padecer ? Los últimos días han dejado un vacío de credibilidad, de sentimientos y principios exclusivas de esas sociedad, como la nuestra, que se van día a día acostumbrando a que la nota roja del día sea el déjà vu cotidiano.
La noticia macabra que refleja una realidad que no dimensionamos aceptar nos va orillando a tomar desde ya, compromisos cívicos: las autoridades abandonaron desde hace tiempo una de sus responsabilidades primarias: cuidar y otorgar proya tección y seguridad a sus ciudadanos, y los ciudadanos hemos ido abandonando nuestra capacidad de asombro y fomentar virtudes capitales como la generosidad, la solidaridad, la compasión, la caridad, por dejar que los pecados capitales fueran ganando espacio en nuestro entorno familiar y de comunidad.
Sin ánimo de parecer y ser puristas, a veces hemos dejado caer en el olvido historias personales que reflejan lo que la mayoría esperaríamos poder generar en nuestro entorno: el éxito por el esfuerzo y la tenacidad lo hemos desplazado por el éxito del que miente, roba, manipula: el juego limpio desplazado por el juego sucio, el del respeto a la ley rebasado por el irreverente y transgresor constante de la legalidad.
“Haiga sido como haga sido”, “el fin justifica los medios”, “en la guerra y en el amor todo se vale”, elevan el status quo de buena parte de una sociedad en franco conflicto interno: hoy como nunca nos urge repasar nuestros valores cívicos, exaltar vida y obra de nuestros grandes escritores, artistas, deportistas, héroes de la Patria, y de aquéllos anónimos que cada día nos demuestran, como decía El Principito, que “lo maravilloso del desierto estriba en que puedes encontrar un oasis en cualquier parte”.