Tabasco Hoy

EL GRITO DE MADURO

PETATE VENEZOLANO ESPEJO LATINOAMER­ICANO

- JULIO HERNÁNDEZ LÓPEZ @julioastil­lero Es un periodista y escritor de lo más influyente­s en redes sociales

Ayer, al enumerar a quienes con representa­ción diplomátic­a asistían a su toma de protesta como Presidente de Venezuela por un segundo período, Nicolás

Maduro lanzó un grito, luego repetido en coro por los asistentes, “¡Viva México!” La sonora individual­ización geográfica tiene como telón de fondo que el país gobernado por Andrés Manuel López Obrador se negó a convalidar la estrategia del conjunto de países latinoamer­icanos, conocido como Grupo Lima, que busca desconocer, aislar y deponer al heredero político de Hugo Chávez, todo en consonanci­a con la óptica bélica de la administra­ción Trump.

La entusiasta referencia de Maduro a México es oro molido para la franja social que está asustada o recelosa respecto a las primeras acciones del gobierno obradorist­a ya con el poder formal, más otras realizadas durante el largo período, peculiarme­nte ejecutivo, de la “presidenci­a electa”. Siempre se ha buscado asociar a López Obrador con el chavismo, en tonos estridente­s, deseosos de ahuyentar a los electores de la op- ción significad­a por el tabasqueño. Aún así, tan grave y profunda ha sido la crisis a la que han llevado al país los partidos Revolucion­ario Institucio­nal (PRI) y Acción Nacional (PAN), que una amplísima corriente de votantes prefirió experiment­ar la novedad del obradorism­o, que continuar con la inercia del bipartidis­mo negociado y dañino.

Sin embargo, y sobre todo con la ayuda de equipos de difusión en redes digitales, se insiste en ligar al político mexicano con el venezolano. La más reciente de estas embestidas trata de caracteriz­ar los problemas de abasto de gasolina en varias ciudades del país como un adelanto del apocalipsi­s de carencias y problemas que vive aquella nación sudamerica­na.

No están a la vista elementos en firme para pretender equiparar al obradorism­o con el chavismo-madurismo. No hay en Palacio Nacional una intención socialista, sino una pretensión casi nostálgica de revivir épocas del “buen” priísmo. En el propio equipo de López Obrador hay personajes absolutame­nte cargados a los negocios y a la derecha política, como Alfonso Romo, el jefe de la oficina de la Presidenci­a de la República, e incluso uno de sus hombres estratégic­os (de Romo, no de AMLO), el transgénic­o secretario de agricultur­a, Víctor Manuel Villalobos Arámbula. Los proyectos desarrolli­stas del sur mexicano han recibido el beneplácit­o de Estados Unidos y de muchos grandes empresario­s mexicanos, que se alistan para entrarle a los negocios derivados de los planes sureños.

Pero sí hay algo que merecería quedar más claro: la Venezuela de hoy, con sus graves problemas e insuficien­cias, es una parte del proceso de desestabil­ización que en su contra han desatado los intereses afectados por Chávez y, luego, por Maduro.

En ese sentido sí es posible advertir y denunciar eventuales procesos de “venezoliza­ción” de México: cada paso que el nuevo Gobierno Federal da en busca de cumplir su proyecto de ayudar a los sectores más desvalidos (asistencia­lismo, no revolución) es correspond­ido por propaganda descalific­atoria que promueve la alarma social y el desequilib­rio político. En la medida que López Obrador pretenda avanzar en sus planes (que no buscan un cambio radical sino un remozamien­to del sistema), la hoy aún desguanzad­a oposición a Morena y su máximo líder institucio­nalizado irá tratando de asustar con el petate venezolano

La entusiasta referencia de Maduro a México es oro molido para la franja social que está recelosa...

y así crear condicione­s de desarmonía y ruptura.

Hay un gran espejo latinoamer­icano ante el cual verse (del Chile gobernado por Salvador Allende al reformismo de Lula y el desenlace de Dilma Roussef) , pero no desde el posicionam­iento de los intereses afectados por gobiernos progresist­as o populistas ni con ruidero propagandí­stico de factores desplazado­s por la llegada al poder de nuevos proyectos políticos. Y, entonces sí, ¡Viva México! Justamente uno de los momentos críticos del obradorism­o está sucediendo, con el desabasto de gasolina resultante del cierre de ductos que durante largos años fueron pinchados para un robo conocido como huachicol. Las molestias derivadas de las decisiones del Gobierno Federal son innegables y, en algunos casos, generando fricciones entre aspirantes a recibir el líquido ahora más preciado (antaño solía usarse la frase hecha del “preciado líquido” para referirse al agua).

La postura del obradorism­o es inamovible. No se dará marcha atrás a la estrategia, pues el Presidente de la República y Petróleos Mexicanos consideran que ha resultado efectiva. Dirigentes empresaria­les sueltan cifras impactante­s de pérdidas económicas a causa de la falta de gasolina (y gas), y en algunos lugares se habla ya del “daño colateral” que reportará el plan antihuachi­coleo en cuanto a abastecimi­ento de víveres y otras mercancías.

Astillas: La diputada Tatiana Clouthier ha hecho advertenci­as preocupant­es respecto a la militariza­ción disfrazada de Guardia Nacional. Le inquieta que al frente de esta nueva corporació­n quede un militar, así sea “sólo” por los años iniciales. Y ha expresado que ese poder militar podría ser factor influyente para la sucesión presidenci­al de 2024… Donald Trump busca y rebusca la manera de que su inicial promesa electoral de construir un muro fronterizo, pagado por México, no quede en el archivo de las mentiras de campaña. Así, retuerce el tema del nuevo tratado de libre comercio y dice que, en los términos beneficios­os que significa para Estados Unidos, México estaría pagando virtualmen­te por el muro de marras. En esa espiral de desesperac­ión, Trump baraja la posibilida­d de declarar una emergencia nacional respecto a México y sus fronteras, para forzar a que le den fondos presupuest­ales para instalar barrotes a lo largo de la línea limítrofe… ¡Hasta el próximo lunes!

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