No tenían llenadera
ERA UN MARTIRIO IR AL SUPER O AL MERCADO, PORQUE LA CARESTÍA GOLPEABA Y GOLPEABA LOS HOGARES DE LA GENTE HUMILDE.
Sí, se atragantaron tanto petróleo, tanto dinero malhabido que reventaron de la indigestión. La maldición que en sólo dos líneas en su monumental ‘Suave Patria’ nos expone el poeta zacatecano, Ramón López Velarde: “El Niño Dios te escrituró un establo y los veneros del petróleo el diablo”, se cumplió.
Las revelaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre Pemex y el robo de gasolina, sobre los huachicoleros de cuello blanco, nos hace ver que existían dos México distintos. Uno, el de los ‘miserables pagaimpuestos’; el de los que nos conformábamos con servicios obsoletos, derruidos, en ruinas; el que todo dejábamos pasar, porque nos tiraban migajas en una simulada ayuda social tipo caridad.
Y venían y venían los aumentos en impuestos cada año: incremento a la gasolina, a la luz eléctrica, al gas, al agua, a las casetas de peaje, al ISR, al IVA, al IEPS, al uso de aeropuerto, el impuesto especial al turismo, el de refrendo, el de placas nuevas, el del refresco, cerveza, cigarro; el México del Fobaproa, el de la señal obscena de Roque Villanueva, etc, etc, etc. El de la violencia, los asesinatos, los desaparecidos y ejecutados. El de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, de los 72 migrantes enterrados en fosa común en San Fernando, Tamaulipas, el de los ejecutados de Tlatlaya y el de los cientos de miles asesinados. El México que Fox (60 mil 162 muertos), Calderón (120 mil 935 muertos) y Peña Nieto (165 mil muertos) nos heredaron.
Pero existía el otro México, el secreto, el subterráneo, el paralelo. Ese México donde se asesinaban entre ellos (Colosio- Ruiz Massieu), donde privatizaban todo para después verdérselos ellos mismos, --con sus socios prestanombres--, donde se vendían las empresas en ganga, a precios de remate: Telmex, Ferrocarriles, Fertimex, Minas, CFE, Aeroméxico, Banamex, Bancomer, etc.
Ese era el otro México, el de la venta clandestina de gasolinas desde el mismo Pemex (huachicol), el de los fifís, el de los ladrones de cuello blanco, el de los hijos de la reforma energética. Sólo por la venta paralela de gasolina en 2018 se robaron 65 mil millones de pesos. AMLO los fotografió a la exactitud: “El gobierno que se fue no estaba hecho para servir al pueblo, era un facilitador para el saqueo, para el robo". Y apenas empiezan las cuentas.