A FALTA DE LINEAS CRECE EL PELIGRO
La ausencia de las rayas divisorias desorienta a automovilistas, lo que ha generado un aumento de accidentes.
Cada vez que una avenida es recién pavimentada o recibe mantenimiento el peligro aumenta en ellas, pues la falta de pintura para identificar los carriles divisorios abona a que dentro de ellos haya un desorden y confusión por los automovilistas que utilizan estas vialidades.
Tan solo basta observar las condiciones en las que se encuentra el Periférico de la capital tabasqueña, a la altura de la colonia San Joaquín.
En este crucero no existe una raya pintada y a pesar de que los semáforos en la zona ayudan a combatir el desorden, esto no es suficiente para detener el peligro.
Además, este punto de la ciudad se ha caracterizado por los constantes choques o 'besitos' entre automóviles, pues a pesar de que por vialidad son tres los carriles que deberían formarse, la realidad es otra, pues el afán de querer pasar primero genera que los coches se crucen entre carriles e incluso se formen otros, terminando finalmente en un cuello de botellas metros mas adelante.
HASTA EN PLENO CENTRO
Situaciones como estas se ven en la Avenida 27 de Febrero, justo en el centro de la ciudad, pues a esta cinta de rodamiento le hace falta esta pintura y a pesar de que en el cruce de la calla Mariano Arista haya una ballena vial, la inexistencia de dichos señalamientos complican el transitar por la zona.
En la avenida César Sandino ocurre algo similar, en sus últimos 500 metros para incorporarse al periférico de la urbe las líneas divisorias no existen, pero la vulnerabilidad de sufrir un accidente aumenta en este lugar que ha sido tomado como pista de carreras callejeras a pesar de la deficiencia de alumbrado público en la zona.