Samuel Piña Sandoval · bajista “Elegí ser músico, pero la música ya me había elegido”
Lo que yo he encontrado en el bajo es que me hace sentir satisfecho, porque a la hora de salir a tocar todo se olvida”.
Casi desde que nació, Samuel Piña Sandoval ha estado inmerso en la música; sus padres, Wilber Piña Arcos e Isabel Sandoval Arias, lo instruyeron a través de un grupo de alabanza cristiana de la Iglesia Presbiteriana.
Tenía cuatro años cuando sus padres lo animaron para que colaborara en el grupo de música andina- cristiana con el que solían participar en la Iglesia.
“Solito empecé como jugando y ahí la llevé; cuando fui más grandecillo, tenía 14 años cuando empecé a estudiar guitarra como cinco o seis mes y después el bajo, siempre quise ser bajista”.
“Lo que yo he encontrado en el bajo es que me hace sentir satisfecho. Si yo viajara en el tiempo y me encontrara al niño de 14 años o al chico de 4 años que tocaba con sus papás me sentiría satisfecho y le diría que sí logró su sueño de ser bajista. Además me siento bendecido de poder disfrutar el trabajo, porque a la hora de salir a tocar todo se olvida”.
AUTOR DE LIBROS
Entre su trayectoria, Samuel Piña ha dirigido ensambles dentro y fuera del país. Como docente ha colaborado en la elaboración de planes de estudios de nivel superior en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco; es autor del libro “Bajo eléctrico 1” de la editorial Rhythmus y coautor de los libros “Las aventuras de Vitillo en el mundo del bajo” y “Don Fallo
Figueroa”, junto a Óscar Stagnar. Como músico de sesión ha colaborado aproximadamente en 200 producciones compartiendo créditos con artistas como Edgar Oceransky, El David Aguilar, Tony Malaby, Christian Nieves, entre otros.
Orgulloso de lo que ha logrado, Samuel, comparte que también, ha participado en festivales y foros en México y el extranjero. Ha acompañado artistas como El David Aguilar, Yekina Pavón, Las Swing Sisters.
Samuel, hoy de 35 años de edad, radica en la ciudad de Puebla, donde trabaja en proyectos de jazz latino más importante de México, como Mezcal Latin Jazz. También ha producido para artistas tabasqueños.
SU DESEO: REGRESAR A TABASCO
Amante de la comida tabasqueña y el delicioso pozol, Samuel Piña no pierde la esperanza de retornar a su tierra natal. “Yo personalmente deseo con todo mi ser regresar a Tabasco, pero creo que no hay las oportunidades para continuar creciendo porque vivimos en un país muy centralizado”.
Admiro mucho lo que hacen otros artistas tabasqueños que se han mantenido.
Con el tiempo Samuel Piña ha aprendido a no ajustarse a ningún molde que quiera imponerle la sociedad con respecto a sus facetas artísticas. Prefiere definirse a sí mismo como un músico en movimiento.
Después de todo él eligió ser músico cuando la música ya lo había elegido a él para que se dedicara a ella de manera profesional, porque el gusto por este arte ya existía en su familia.