Vocación de servir
No es fácil liberarse de una actitud y tradición de comportamiento tóxico, sobretodo desechar complejos y aires de superioridad a la hora de servir; una persona que atiende al público requiere de mucha salud mental, de habilidad e inteligencia suficientes para comprender y manejar algunos elementos básicos de la relación cliente-patrón, es más, se necesita hasta un poquito de conocimientos teatrales para llevar a cabo ciertas negociaciones con el cliente, (siempre con la conciencia de que se está actuando), al cliente le gusta el performance, el show, la faramalla, y principalmente, adora que le laven el coco, (tal vez por eso los mayordomos de antes eran adorables a la hora de servir), si no eres capaz de entender las reglas elementales, ni tienes esa vocación, yo si te recomiendo que te dediques a otra cosa, (aunque, tarde o temprano tendrás que jugar ese juego) no vale la pena que sufras con un oficio que no te gusta, que no conoces, que no sabes hacer.
Lamentablemente no me vas a hacer caso y seguirás dando una pésima atención, seguirás pensando que los demás están mal y tú no tienes porque rebajarte a servir a nadie, el mundo eres tú y hasta el sol y los planetas deberían de girar e torno a ti; triste pero cierto; hasta que el cliente aguante, entonces tendrás problemas y culparás al universo, a todos los demás, antes de aceptar que no tienes VOCACIÓN DE SERVIR.
CANTADITO:
Si no te gusta atender y servir a la clientela Al público en general, si te sientes superior Entonces debes saber, compañero ni la amuelas
A ti te gusta el servicio de calidad, el mejor Y así como exiges tú, así los demás merecen Que tú brindes calidad, calidez, mucha confianza
No pidas lo que no das, esto es una relación Las relaciones humanas, requieren dedicación
Ya pareces diputado, político, me recuerdas La soberbia de un señor, que se siente la gran cosa
Se siente gobernador y lo gobierna su esposa.