RAÚL ARAIZA
“Soy un papá cariñoso y amoroso, pero tengo un límite y nunca me he dejado manipular”
¿Qué significa para ti ser papá?
Siempre he pensado que ser papá es lo más cercano a tocar a Dios, mis hijas son el motor de mi vida, y creo que lo más importante ha sido tratar de darles un buen ejemplo; he fracasado en algunas cosas, pero al final ellas están agradecidas porque saben que tienen un buen papá.
¿En qué consideras que has fracasado?
En el tema amoroso con su mamá, pero no sé si sea precisamente un fracaso. Después de la buena relación que tuvimos Fernanda (Rodríguez) y yo durante 24 años, ahora mis hijas entienden que simplemente quisimos tomar caminos diferentes, pero que tienen a sus dos padres; de hecho, ella y yo nos llevamos increíble y mis hijas lo ven.
¿Cómo te llevas con tus hijas?
Son dos tipazas, Camila tiene 24 años y Roberta 23, ya están grandes y empiezan a ser libres, están enfocadas en sus novios y en su vida, pero siempre estamos en comunicación, hablamos de todo tipo de temas, desde lo político y lo cotidiano, hasta lo sexual.
Entonces, eres un papá muy relajado…
En general me considero cariñoso y amoroso, pero ellas saben perfectamente que tengo un límite y nunca me he dejado manipular, así que también he sido duro; con mi hija Camila me he peleado, incluso nos hemos dejado de hablar, y Roberta se ha mantenido en una línea más tranquila.
Por cierto, ¿cómo fuiste de hijo?
Di mucha lata, fui mal portado, travieso, me expulsaban de las escuelas, pero en general soy muy noble y cariñoso gracias a que mi mamá hizo todo lo que estuvo en sus manos para sacarnos adelante a mí y a mi hermano.
¿Cómo recuerdas a tu papá?
Lo recuerdo como mi héroe, como un gran genio, una persona que siempre me aconsejó y que era muy admirado. Me dejó la gran enseñanza de ser sencillo y humilde.