LA ADVERSIDAD LA EMPODERA
Víctima de acoso, violencia sexual y hasta de su propia belleza, Daniela CORTÉS persiste en su afán de ser actriz
Para Daniela Cortés, ser bonita ha sido todo un tema, un conflicto, y grande. Ha sufrido acoso infinidad de veces; incluso, fue violentada sexualmente. Tan mal la ha pasado, que hasta pensó en tirar la toalla y abandonar su deseo de ser actriz. Durante tres años vivió una fuerte depresión que la llevó incluso a estar internada un tiempo en una clínica de rehabilitación por consumo de anfetaminas para bajar de peso.
Hoy, a sus casi 30 años, y luego de reconstruirse en plena pandemia, ha retomado su carrera con el pie derecho: acaba de filmar su primer largometraje: Lo sabe el mar, en el que alternó con Darío Ripoll y Roberto Sosa, bajo la producción de Adrián de Antoni y Emilio Braun Burillo para la plataforma Pop Vision TV, donde, le aseguran, tendrá confirmados varios proyectos fílmicos con los que alimentarán este nuevo canal de streaming.
“EL ALCOHOLISMO DE MI PADRE NOS LIMITÓ MUCHO”
No ha sido fácil tu viaje por la farándula...
Ni en mi vida. Alguna vez tuvimos una situación económica muym desahogada; estuve en buenos s colegios, pero luego, el alcoholismo de mi padre nos limitó mucho, su s empresas fracasaron y tuvimos qu ue vender todo y comenzar de cero, o casi. Fui mamá a los 19 años, y tuve queq trabajar desde mis 15 para pagarme la carrera de Comunicación. Lue ego trabajé en un bufete de abogados donde me pagaban bien, pero yo sabía a que no era lo mío. Hice teatro de form mato corto, hasta que un día me invitaron a trabajar en Televisa, pero el productor
me acosaba, me insistía en que quería que fuera su pareja, y ante mi negativa, dejaron de darme trabajo; así, de la nada se abría una puerta, y de la nada se cerraba. Es muy desgastante, te juro, llegar a un lugar donde de repente todo el mundo es muy amable, y zas, al otro día te están invitando a salir, como condicionando tu trabajo, tu permanencia en los proyectos... Y bueno, respeto a quienes acceden a ese tipo de propuestas, pero no van conmigo.
Sin embargo, no todas las producciones tienen al elemento acosador; de tal suerte, que Daniela Cortés ha comenzado a dar pasos agigantados en esta segunda oportunidad que se da para alcanzar sus sueños. Hace poco terminó las grabaciones de un especial de La rosa de Guadalupe, que se transmitirá en julio, con duración de dos horas, y ha tenido participaciones pequeñas en telenovelas de Televisa donde, al fin, parece haber encontrado un buen sitio donde desarrollar su carrera: “Han sido do muchos años de luchar solita, de conseguir sola las cosas, y mágicamente el universo me empieza a presentar personas que me motivan y me dicen que soy talentosa, que este es el camino”.
Tan es “el camino”, que acaba de recibir la invitación para participar en una serie para Amazon Prime: Las otras Fridas, que en breve iniciará grabaciones.
Tu vida se acomoda…
Sí, pero hay cosas con las que aún debo aprender a lidiar, como el hecho de que después de 25 años conocí a mi papá biológico.
¡Uff, qué historia!
Fíjate que bloqueé esa parte de mi vida porque fue muy fuerte; yo vivía con mi abuelita materna, y de repente fue de “te arranco de tu seno materno”; mis tíos eran como mis hermanos, y llego a un hogar con mi mamá, que era muy joven, con su pareja, que en ese momento me adoptó bien, me quería mucho, fue un buen padre, pero su enfermedad mermó la relación y a la familia, y viví mucha inestabilidad.
¿Qué pasó con tu padre biológico?
Me lastimó peor que cuando se desapareció: él era ejecutivo en una empresa, y ahí podría haberme ayudado a entrar a actuar, pero no lo hizo. “Dani –nunca me dijo ‘hija’–, te voy a regalar una carrera… “Oye, gracias, fíjate que quiero estudiar actuación”, le dije. “Eso no es estudiar. Mejor estudia Administración de empresas”. “Pero yo quiero ser actriz”. Y se reía. Llegó un momento en que se empezó a alejar y me dijo: “No te puedo ayudar”.
“CONOZCO EL RIESGO QUE CONLLEVA SER BONITA, PERO YA SÉ USARLO A MI FAVOR”. Y por el otro lado, tu padre adoptivo con su alcoholismo...
Fue en progreso, creciendo; cuando él ya tenía 50 años viví una situación muy dura en casa, de una codependencia de mamá muy fuerte, y mi papá mal todo el tiempo, a un grado de agredirnos a mis hermanas y a mí, hubo golpes, se le salió de las manos… No digo que sea mal padre, nos dio lo que pudo, pero la enfermedad no perdona… Por la ausencia de mi padre biológico me sentía desprotegida, y por eso desde chavita salí al mundo, siendo muy joven, y ahí comenzó el abuso de hombres que me pedían algo a cambio de ayudarme, y mi autoestima se fue al suelo.
Lo bueno es que eso ya es historia…
Apenas a mis 30 me siento más empoderada, más segura; ahora sé poner límites; ya me buscan más por mis capacidades como actriz que por mi belleza, y eso me hace sentir cómoda, segura de mí.
A ratos, sus ojos se llenan de agua, se quiebra, pero saca fuerzas y se echa pa’lante, como dicen. Se le ve el hambre de ser, de estar, de llegar.
¿Hubieras preferido no ser bonita?
No, no, no… Me encanta, me disfruto mucho; conozco el riesgo que conlleva, pero ya sé usarlo a mi favor. Quiero ser famosa, pero por una razón: quisiera ser activista social y dar voz a las injusticias, quiero transformar vidas, corazones.
Fui mamá a los 19 años, y trabajé desde los 15 para pagar mi carrera”