TVyNovelas (México)

¡AÚN ES CUMPLIDOR!

A sus 81 años, rAFAel inclÁn presume dar el ancho a su esposa, pAolA lAvAt, 32 menor que él

- TEXTO: ALEXA IZARRARÁS

Con 63 años de carrera artística, Rafael Inclán, de 81, ha tenido oportunida­d de trabajar en cine, teatro y televisión. Los expertos lo catalogan como primer actor; sin embargo, con la humildad que caracteriz­a al yucateco, insiste en que prefiere sentirse “primero actor”. Actualment­e interpreta a don Agustín en la telenovela La herencia, haciendo gala nuevamente de su experienci­a al lado de jóvenes actores, logrando que su personaje vuelva a ser querido y respetado por todos. Y si a esto le sumamos tres años de feliz matrimonio al lado de Paola Lavat, de 49, con quien ha logrado formar una bella familia con los dos hijos de ella, le sobran ganas y motivos para vivir. De esto y más platicamos con el simpático actor.

“DESCANSO LO MENOS POSIBLE”

No deja de trabajar, ¿verdad?

Descanso lo menos posible. Este trabajo se vuelve un poco enfermedad de producir y estar, y eso se logra con el profesiona­lismo y la disciplina. Ninguna carrera es fácil; ahora que estoy en la telenovela La herencia veo a tantos chicos y ya no conozco a todos, pero lo padre de esto es que todos son elementos muy funcionale­s, extraordin­arios; unos porque estudiaron en el CEA y otros porque ya lo traen.

¿Qué tal es trabajar con tantos jóvenes en esta producción?

Trabajar con jóvenes se va dando, y más con la edad; ahora que hago personajes del abuelo, el padrino y hasta el jardinero, me da la oportunida­d de alternar con chavos y con niños. Es la ley de la vida de un actor.

Dicen los expertos que un primer actor es aquel que ya hizo cine, teatro

y televisión. Usted ya pisó todos esos escenarios, es un primer actor…

Prefiero ser “primero actor”, que primer actor, y no sólo es pisar esos tres escenarios, sino repisarlos. Desde hace muchos años tengo una frase que es: “intuición y humildad”. Es saber qué puedes hacer y qué no puedes hacer, en qué momento estás, qué edad tienes, cuándo es estar en la línea del ridículo. La humildad me ha permitido avanzar en esta carrera, y todo esto no tiene nada que ver con la calidad actoral ni con la experienci­a.

El paso de ser un actor protagónic­o a ser el abuelo o el padrino, como dice usted, ¿fue difícil, le afectó?

No, porque cuando comenzó a cambiar el cine que yo hacía, me adapté a lo nuevo que llegó, como los videohomes. Después tuve la fortuna o intuición de cambiarme de género; don Roberto Rodríguez me dio un libreto de la película El billetero, y yo le dije que era un personaje como para Héctor Gómez Cruz, que era grande en ese género. Yo venía de las sexicomedi­as, y me dijo que era para mí porque yo vendía más, así que comencé a abrir camino también en ese cine.

¿Y en ambos géneros ganaba bien?

La mayoría de los actores de mi época nunca aprendimos a cobrar; veníamos del teatro, del cabaret con un sueldo regular que nos permitía vivir medio bien; llegas al cine y no sabías cuánto valías. Poco a poco aprendí; lo que era claro era que, el que no vendía, no podía exigir, nos basábamos en el tabulador que tenían.

“NO TRATO DE SER PADRASTRO NI PAPÁ”

Y es que había que cobrar bien, usted era muy ojo alegre. ¿Cuántas bodas ha tenido?

Me he casado tres veces: con la madre de mis hijos, que no tenía nada que ver con el medio artístico; con ella tuve a Rafael y Joel, de 57 y 55 años. Después con Alicia Fahr, actriz argentina; y mi última boda fue hace tres años con Paola Lavat, hermana de Adriana Lavat. Tiene un hijo de 13 años, Diego, de su primer matrimonio, y otro de cuatro años y medio.

¿Qué tal se lleva usted con los niños?

Muy bien; soy su imagen paterna, pero no trato de ser padrastro ni papá; el mayor sí ve a su padre, también está en Las Vegas, donde vivimos, y procuro que lo vea y lo trate sin problema. Pero del hijo chico, el cuate se echó a correr desde que se dio cuenta de que Paola estaba embarazada, así que es mío (risas). Cuando llegué a la vida de ellos les dije. “Yo no soy ningún padrastro, soy el marido de su mamá”.

Paola y sus hijos me dan fuerza para querer estar bien, porque tengo que responderl­es”

No, para nada; nos llevamos muy bien. Yo tengo 81 años, Paola 49, sus hijos aún son muy chicos y me dan la fuerza para querer estar bien, porque tengo que responderl­es. Estoy tranquilo y es algo que me motiva más todavía para trabajar.

Tres años de matrimonio con Paola, ¿cómo se siente?

Muy feliz; nos ha ayudado bastante la distancia, porque pasamos cierto tiempo separados. Mientras yo vengo a la Ciudad de México a hacer novela o trabajo que me sale, ella está con los niños en Las Vegas, pero luego viene con ellos, y así la pasamos. Extrañar también ayuda, y esas ganas de volver a vernos son inmensas.

¿Qué es lo más padre que ha vivido con ella?

Paola es una excelente mujer. Desde que la conocí le dije que valía la pena invertir tiempo, sentimient­o y amor en ella. Vamos bien, estoy muy feliz de que sea mi esposa y así quiero sentirme hasta que Dios me permita estar a su lado.

¿Hoy cómo disfruta del amor?

Más tranquilo que antes, con menos celos, más realista y con muchas ganas de ayudar en todo a mi pareja y a la familia. Disfruto mucho cada momento, es maravillos­o tenerla conmigo, me hace muy feliz.

“LOS DOS TRABAJAMOS Y SACAMOS ADELANTE A LA FAMILIA”

¿Qué no haría en este matrimonio?

Buscar por otro lado lo que con Paola tengo; tampoco he sido de mala conducta, he vivido mis etapas de la forma más agradable, pero hoy quiero disfrutar de nuestro amor sin complicarl­e la vida, ¿para qué? Con el tiempo entiendes muchas cosas.

¿Usted solventa todo?

Los dos trabajamos y sacamos adelante a la familia; gracias a Dios no he dejado de trabajar en novelas. Paola estudió en el CEA, hizo algunas cosas, pero decidió vivir desde muy joven en Las Vegas. Ahí también ha conseguido algunas oportunida­des y sigue luchando.

¿Económicam­ente se siente tranquilo?

No, la pandemia nos atrasó mucho. Nunca he sido ahorrador, pero he vivido bien.

Mis hijos también perdieron su trabajo, y apenas nos estamos reacomodan­do, pero no me puedo quejar. Gracias a la empresa y a mi trabajo, siempre he salido adelante.

¿Qué dicen sus hijos de que ahora ve por unos pequeños?

Nosotros vivimos en Las Vegas, así que ni hago mucho por involucrar­los, pero cuando los niños vienen a México los reúno y le digo al más pequeño: “Aunque no lo creas, este viejito es tu hermano” (risas). Mis hijos son mis amigos, no les queda de otra, les gusta verme feliz.

¿Fue buen padre con ellos?

No tuve mucho tiempo de estar presente con ellos como padre; fui cariñoso, pero tiempo no les di, porque la carrera de actor no es fácil, es inestable, es de mucho viajar, ir y venir, pero hoy son mis amigos y me entienden en todas las locuras que hago.

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Con 81 años el actor cuestas, asume la también que responsabi­lidad como correspond­e le familia. jefe de
ROBLE! ¡ES UN a Con 81 años el actor cuestas, asume la también que responsabi­lidad como correspond­e le familia. jefe de
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Tiene tres años de feliz HAY AMOR, ¡Y BIEN! más matrimonio con Paola Lavat, y se muestran enamorados que nunca.
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Diego, de 13 años, y LOS MÍOS, LOS TUYOS... de Paola, Bruno, de cuatro y medio, son hijos suyos. y el comediante los quiere con si fueran
 ?? ?? Con su primera esposa, Rafael Inclán procreó dos hijos: Joel (arriba) y SUS HIJOS. Rafael, el mayor (derecha). A ellos les encanta ver feliz a su padre.
Con su primera esposa, Rafael Inclán procreó dos hijos: Joel (arriba) y SUS HIJOS. Rafael, el mayor (derecha). A ellos les encanta ver feliz a su padre.

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