MARIEL CARRASCO CONCRETó SU SUEñO CON SONIDO ZEUS

Patsy Mariel Carrasco Calderón lo tiene muy claro: “Cuando ven a una mujer al frente de un sonido dicen: ‘Sí, qué bonita, pero, ¿dónde están sus hijos?’. En cambio, de un hombre nunca se preguntan eso. Y es que, generalmente, la responsabilidad de cuidar a los niños recae en la mamá”. Por eso, dice la titular de Audio e Iluminación Zeus, siempre será más difícil para una mujer destacar en el mundo sonidero: “Una mamá siempre va a ser mamá, y no descansará hasta ver que sus hijos estén bien vestidos, desayunen, coman... En cambio, si al papá le dicen que no quieren comer, no insiste. Es diferente”.

Ella es mamá de dos hijas: una de cinco años y otra de tres; desde que ella tenía 16 anda en el ambiente sonidero; primero estuvo de chalana, y ahora tiene su propio equipo de audio. No ha sido fácil combinar ambas facetas y además estudiar la carrera de Derecho, pero ha intentado encontrar el equilibrio. “Tengo el apoyo de mi mamá, pero le batallo cuando no me puede cuidar a mis hijas. Una ocasión me tuve que llevar a la mayor; yo estaba trabajando y ella ya se quería ir porque tenía sueño. Era una presión estar pendiente de mi hija y del sonido”.

Tiene además su trabajo; el área de cobranzas de una tienda departamental, pero desde joven soñó con tener su propio sonido. Por eso, cuando su esposo le propuso abrir un negocio, ella se decantó por su propio equipo de audio. “Él quería que pusiéramos una ferretería, pero es muy absorbente. Le dije que yo le sabía a esto del sonido, así que cuando fue el bautizo de mi hija mayor, compramos un pequeño equipo, después la mezcladora, el reproductor, y así nos hicimos de nuestras cosas. Empezamos a amenizar fiestas familiares, y poco a poco salieron más invitaciones”.

Sonido Zeus nació en 2019. Su esposo la apoya en la parte técnica, y ella se enfoca en la música y el entretenimiento. Con su trabajo y facetas de mamá y esposa ha sido complicado: “Es mucho trabajo, pero vale la pena. Tener mi propio sonido era mi ilusión, y lo logré. Además, cuando estoy en cabina todo el cansancio se disipa”.

Es mucho trabajo, pero vale la pena”

Viridiana Fuentes lo dice sin tapujos: “Cuando eres hombre, llegas de trabajar, comes y te vas a tu evento. Como mujer, llegas de trabajar, haces todas las labores de casa, le das de comer a tus hijos y sólo así te ganas el derecho de salir para tu evento”. Al menos esa ha sido su experiencia. Sus hijos tienen 18, 13 y 11 años; el mayor ya está casado y se cuece aparte, pero con los dos pequeños jala para todos lados.

Trabaja en una tienda de abarrotes, y a las 7:40 a.m. ya tiene que estar ahí; antes deja a sus hijos en la escuela. Su mamá recoge a uno de ellos, y su exesposo al otro. Se los entregan a las 4 de la tarde, cuando ella regresa de trabajar: “Ha sido difícil porque es correr de un lado para otro. Cuando tengo evento, es buscar quién me los cuide, encerrarlos en casa o de plano jalar con ellos. Si se puede, se quedan con su papá; si no, los encierro hasta que regreso. Claro, les dejo comida, agua, todo, y les llamo a cada rato para saber cómo están”.

Su prioridad son sus hijos, pero la necesidad económica apremia. “Como mamá procuro, antes que nada, ver por mis hijos, pero el sonido nos deja algunos pesos que nos hacen falta. Por eso hablo con ellos, les explico, y me entienden, porque ya están grandecitos. Además, saben que el dinero que gano es para podernos comprar un helado o llevarlos a comer a algún sitio”.

Lamentablemente, dice: “A las mujeres nos pagan menos que a los hombres; ellos cobran hasta el doble que nosotras”.

Pese a todo, no se queja: “A mí, la música me vuelve loca, y cuando algo te apasiona, luchas por conseguir lo que quieres. Ni mi familia ni mi exesposo estaban de acuerdo en que yo fuera sonidera, pero poco a poco se han dado cuenta de que esto es lo que me gusta, y quiero realizarme”.

Por eso no le importa el estrés, las malpasadas, el andar corriendo de un lado para otro, porque el ambiente sonidero es lo que le gusta: “Llevo ahí siete años, y cuatro con Sonido Cataleya. Quiero hacerlo crecer, viajar, conocer otros lugares, más música. La verdad, si volviera a nacer, otra vez sería sonidera”.

A las mujeres nos pagan menos que a los hombres”