El aprendizaje de salud que dejó la covid-19 a las mujeres
Además de desigualdad de género en el ámbito laboral y doméstico, LA PANDEMIA ACENTUÓ LA NECESIDAD DE CUIDARSE MEJOR
La emergencia sanitaria por COVID-19 evidenció desigualdades de género en el impacto, las necesidades y la respuesta de las mujeres. Durante los meses de confinamiento, llevamos las demandas de nuestra vida profesional a nuestro hogar, a las que debimos sumar otras tareas: los cuidados y atención de la familia, y en algunos casos, la educación de los hijos por el cierre de las escuelas.
La encuesta On the frontline: the global economic impact of Covid-19 on women, desarrollada por AXA e Ipsos, reveló que, durante el primer año de la pandemia, el 51% de las entrevistadas sintió una carga mental; es decir, tenían que esforzarse más para procesar información y tomar decisiones.
El mismo estudio destaca que, en los países con mayor número de contagios, como México y España, las entrevistadas manifestaron una mayor preocupación. Incluso, más del 40% de las encuestadas declararon sentirse “muy aisladas” o “impotentes” durante los primeros meses. Uno de los factores para sentirse así es que pasaban mayor tiempo cuidando de otras personas, y dedicándole menos horas a su desarrollo profesional, lo que ha incrementado su nivel de estrés.
La crisis sanitaria ha hecho más evidente la necesidad que tenemos las mujeres de darle la importancia que merece a nuestra salud personal, tanto física como emocional; desde cuidar mejor nuestra alimentación, hasta guardar espacios en el día para la relajación mental.
Si es necesario, también podemos buscar la ayuda de un profesional de la salud mental. Lo importante es encontrar la forma de lograr el equilibrio entre nuestra vida personal, familiar y profesional después de la COVID-19.