Vanguardia

Isidro Jesús Ramírez Rangel

- REBASANDO POR LA DERECHA

Ganó Isidro. Ganó Acción Nacional. Ganó la alternanci­a. Ganó la democracia. Ganó Saltillo y al ganar Saltillo también ganó Coahuila. También la alternanci­a llega a Monclova con Gerardo García, a Ciudad Acuña con Lenin Pérez, a Sabinas con Lenin Flores, a Nadadores, a Morelos, a Zaragoza y a Villa Unión. Se ganó haciendo bien el bien. Se ganó con candidatos que convencier­on, ciudadanos honorables y ganadores. Ganó la ciudadanía de estos municipios.

Perdió Rubén Moreira, aunque logró conservar Torreón y Piedras Negras. Perdió Jericó. Perdió “El Diablito”. Perdió Williamson. Perdió Navarro. Perdieron quienes representa­n la deuda y la corrupción en el Estado de Coahuila.

Nueva Rosita y Nava se quedaron en la rayita, la diferencia fue muy pequeña. Torreón lo ganó el PRI por una nariz que bien podría llamarse Jorge Zermeño. En Ramos Arizpe y Piedras Negras ganó el dinero y el abstencion­ismo, es decir, ganó el PRI. En el resto del Estado, el Coahuila marginado, el Coahuila pobre, ahí ganaron quienes lucran con el hambre de los pobres de nuestra tierra. En todo caso, el día de ayer hubo 38 elecciones, no una. Quienes ganaron y perdieron lo hicieron en razón de coyunturas enterament­e locales. No ganó el PAN o el PRI de Coahuila, no ganaron las burocracia­s partidista­s, las entelequia­s estatales; ganaron los panistas o priístas, en alianza con los ciudadanos de esos municipios.

Este resultado deja una sola lección. Se acabó el moreirismo todopodero­so. Cayó el centro de operacione­s de la corrupción priísta de Coahuila, que se llama Saltillo. Pudo más una ciudadanía organizada y de buena voluntad que el voto prostituid­o por el PRI a lo largo de varias décadas. Pudo más un PAN haciendo bien el bien, que el PAN de Mohamar apostándol­e a las trampas del PRI como mecanismo para el triunfo. Pudo más la unidad panista de Monclova, superando, por fin, años de conflictos internos.

Esta nueva realidad, este nuevo Coahuila que ya no es de Moreira, también nos deja una expectativ­a grande por lo que sucederá en la capital del Estado. Los coahuilens­es que no creemos en el PRI, los coahuilens­es que estamos hartos de la mentira y la corrupción como forma de gobierno, tenemos un nuevo líder. Un líder que no proviene de la burocracia partidista, que no obedece a grupos o facciones con intereses obscuros, que surge de la ciudadanía, por la ciudadanía y para la ciudadanía. Ese nuevo líder se llama Isidro López Villarreal.

Sin duda, el triunfo de Isidro me sorprendió. Pero me dejó una lección: Ganan aquellos que apuestan a los ideales, quienes apuestan con honradez y dan su mejor esfuerzo. Ganan quienes apuestan al apoyo sincero y honesto de los electores. Ganan quienes organizan legiones de ciudadanos libres. Ganan quienes hacen bien el bien. Pierden quienes apuestan al cálculo pragmático, quienes compran desde votantes hasta representa­ntes de casilla, pierden los soberbios y ganan los humildes.

Ahora le toca a Isidro cambiar Saltillo y ser ejemplo para Coahuila. El PRI y Rubén Moreira le pondrán todos los obstáculos posibles. La fórmula de su éxito como alcalde sigue siendo la misma que lo llevó al triunfo: Hacer bien el bien y no dejar de ser quien es. Escuchar con humildad pero decidir con firmeza. Transforma­r Saltillo es un reto y se puede lograr. Ahí inicia la transforma­ción de Coahuila. Facebook: Chuy Ramirez

Twitter: @churamirez­r

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