Abundan los puestos de comida afuera de hospitales
Los puestos de comida invaden las entradas principales de las clínicas de la ciudad. En un recorrido realizado por VANGUARDIA, se pudo constatar que en las clínicas 1, 2, 73 y 82 del IMSS, así como el Hospital Universitario y el Hospital General, comerciantes ambulantes están instalados afuera de los nosocomios vendiendo comida.
Según los protocolos que deben seguir los directivos de los nosocomios, acatando lo que dice la Ley General de Salud, los puestos de cualquier tipo no pueden estar a menos de 100 metros de dichas instituciones, por medidas de higiene y prevención.
Sin embargo, los vendedores ambulantes, fijos y semifijos, violan estas reglas y se instalan en la entrada de las clínicas, impidiendo el paso y convirtiendo a estos centros de salud en puntos de infección por la falta de higiene en la venta de alimentos.
Las clínicas de la ciudad están repletas de estos puestos; venden desde papas hasta tamales. Los comerciantes ponen sus ollas, carpas y mesas en la banqueta, obstruyendo el paso a los usuarios del lugar y a los transeúntes. En algunas ocasiones estorban el paso libre de vehículos, pues hay vendedores que también invaden la calle.
Usuarios de la Clínica 2 dan su opinión acerca de esta situación, quienes aseguran que los puestos, por lo cercano, los benefician algunas veces. No obstante, también dicen que los comerciantes laboran con poca higiene.
“Es que a veces está bien y a veces no. Es que cuando uno sale a la carrera porque tiene un enfermo, pues sí ayuda, porque comes aquí y vuelves, pero después te enfermas porque no estaba limpio y eso es peligroso para el hospital. Se supone debe ser un lugar higiénico y es todo lo contrario”, dijo Joaquín Ramos.
Además, dijo que no está en contra de estos vendedores, pues “ellos se ganan la vida de eso”. Sin embargo, dijo que el Municipio debería supervisar las medidas de higiene que practican estos puestos, para dar un mejor servicio a los consumidores.
Asimismo, María Cárdenas dijo: “que no los quiten, pero sí que sean
limpios; que se laven las manos y laven la comida que venden. No tengo nada malo que decir de ellos (vendedores de comida), pero lo mejor sería que se cuidara la higiene porque están afuera de un hospital”.