Vanguardia

QUIERO AYUDAR A MI HIJA, PERO ME SACA DE MIS CASILLAS

- ESTIMADA ANA

ESTIMADA ANA:

La menor de mis hijos tiene 27 años y acaba de divorciars­e. Ella tiene dos niños pequeños y mi esposo y yo le propusimos que regresara a vivir a nuestra casa, para que pudiera salirse a trabajar sin ninguna preocupaci­ón por ellos.

Trato de entender su actitud y el por qué siempre está de mal humor, pero llega un momento en que es demasiado, no le doy gusto con nada, por más que ella se da cuenta que su papá y yo prácticame­nte le resolvemos la vida.

Siempre pone la excusa de que regresa cansada de trabajar y por lo visto no se da cuenta que para mi también es agotador cuidar a dos niños de 3 y 5 años, porque aunque tengo una señora que me ayuda con los quehaceres de la casa, usted sabe que los niños son muy demandante­s y necesitan el cien por ciento de nuestra atención.

Mi hija se divorció porque descubrió que su esposo le fue infiel y fue un golpe muy duro para ella y claro está, para toda la familia. Desde entonces y durante todo el proceso de la separación, a ella le cambió mucho su carácter, se volvió muy impaciente con sus niños.

Yo le digo que nadie tiene la culpa de lo que le sucede, mucho menos sus hijos. Ellos son dos inocentes que no saben ni entienden nada, solo quieren ver a su mamá y abrazarla cuando llega de trabajar.

En cambio ella, cuando regresa, lo hace enojada y gritándole­s, los regaña sin darse cuenta que no están grandes para entender muchas cosas, no los trata como bebés y los niños corren conmigo.

Mis nietos son mi adoración y daría lo que fuera por ellos y me enoja mucho la actitud de mi hija, cada vez es más amargada e intolerant­e. No valora el apoyo y la ayuda que le brindamos para que ella y los niños estén bien y no sufran las consecuenc­ias de un divorcio

Además de todo, se ha vuelto muy exigente y no pierde la oportunida­d de pedirme más ayuda o de reclamarme si algo no salió bien con los niños durante el día, todo le parece mal y me dice que yo los consiento mucho y que por eso son chiflados.

Tengo la mejor disposició­n para apoyarla, pero sus comportami­entos me sacan de mis casillas, me siento rebasada por la situación, ella no comprende que tengo más obligacion­es con mis otros hijos y desde luego con mi esposo, su actitud egoísta está agotando mi paciencia, me siento muy presionada. Atentament­e.

ESTIMADA BLANCA:

BLANCA

Evidenteme­nte la del problema es tu hija, pues descarga en ti y en sus hijos toda su decepción y enojo que tiene segurament­e a raíz de haber sufrido un engaño por parte de su ex esposo.

Y claro, ustedes como padres siempre dispuestos a apoyarla, lo único que reciben de ella son malos tratos. Especialme­nte tú, que te has portado como la mejor de las madres y abuelas, dispuesta en todo momento a apoyar en todo lo que ellos necesiten y sin que ella valore todo eso, a pesar de que sus hijos son su responsabi­lidad.

Entiendo que lo que más complica la situación son los efectos que puedan provocar en otras personas, en este caso tus nietos, lo que menos has de querer es que ellos salgan perjudicad­os por las decisiones que ella pueda tomar. Te recomiendo que hables claro, de frente y sin temor a nada, con ella. Dile que comprendes su sentir, pero que no estás dispuesta a seguir soportando sus tratos y desplantes.

Cuando ella vea que tienes determinac­ión, cambiará su actitud, pues sabrá que difícilmen­te sola podrá lograr lo que logra a su lado, pero que ahora, no ha logrado comprender. No permitas que siga manipulánd­ote con sus actitudes inmaduras, creo que es momento de darle una lección y por supuesto, hacerlo con toda la intención de cambiar las cosas, nunca sintiendo culpa por ello.

Tu hija tiene mucha suerte de contar con una madre como tú, siempre dispuesta a ayudarla, estoy segura que pronto aprenderá a valorar lo buena madre y abuela que eres. Te envío un abrazo afectuoso. ANA

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