Caso Odebrecht salpica a las Fuerzas Armadas de Colombia
COLOMBIA.- Las sospechas sobre los pagos de la constructora brasileña Odebrecht, investigada por tejer una amplia red de sobornos en América Latina, se extienden hasta las FARC. Según la revista Veja, una de las principales de ese país, la compañía reconoció haber pagado durante dos décadas un impuesto revolucionario a la principal guerrilla colombiana a cambio de tener garantizada la seguridad en el territorio y poder llevar a cabo sus obras, entre las que se encuentra la autopista llamada Ruta del Sol, una carretera que comunica el centro del país con ciudades del Caribe cuyo contrato está ahora en entredicho tras estallar el escándalo. Las entregas de dinero empezaron, asegura esa publicación, en los años noventa y oscilaban entre los 50 mil y los 100 mil dólares al mes (aproximadamente unos 47 mil y 94 mil euros).
“Las fuentes citadas por este semanario hacen referencia a confesiones de dos exejecutivos de la constructora brasileña a la Fiscalía General de la República y a “tres abogados que conocen las operaciones internacionales de la compañía”. Se trataría de un caso distinto al de los sobornos sistémicos a varios Gobiernos y Administraciones, pero demostraría la determinación de esa empresa por hacer negocio también en las zonas entonces controladas por las FARC, que se encuentran ahora en una fase de transición a la vida civil tras el acuerdo de paz y cuyos dirigentes todavía no se han pronunciado sobre ese impuesto revolucionario. La financiación de “terceros” al conflicto en Colombia se dio con cierta frecuencia en el pasado. En 2016, la justicia tenía
abiertos procedimientos contra 57 empresas por pagos de esas características que ahora serían competencia del Tribunal Especial para la Paz.
Odebrecht admitió ante la justicia haber entregado 11.2 millones de dólares en Colombia en solo cinco años, entre 2009 y 2014. Según la declaración de un exsenador a la Fiscalía, una parte del dinero que recibió, un millón de dólares, habría sido destinada a la última campaña del presidente del país, Juan Manuel Santos, en 2014. Pero después el mismo exsenador lo negó.