LA PREVENCIÓN DE LOS NIÑOS SICARIOS Y LAS MADRES A LOS 14
Hace cerca de seis o siete años, cuando Coahuila atravesaba por una crisis de seguridad las autoridades no se explicaban qué sucedía entre algunos jóvenes que formaban parte de las células delictivas.
Sergio Sisbeles, en ese entonces vocero en materia de seguridad y posteriormente titular de la subsecretaría de Prevención Social y Participación Ciudadana, comenzó a realizar un diagnóstico de problemas sociales.
Aunque parte del trabajo comenzaba a hacerse, también era necesario identificar el origen de esa criminalidad. Fue así como el DIF, la Secretaría de Salud, de la Juventud, de la Mujer y la Subsecretaría de Prevención Social , comenzaron a elaborar un diagnóstico del tejido social.
“Nos dimos cuenta de que teníamos que fortalecer el quebrantamiento que tuvo el tejido social de la comunidad, por eso se fortaleció la seguridad. Brindamos herramientas y fortalecimos el entorno de una persona con el equipamiento en la ciudad”, dijo.
Después de agotar esos puntos las secretarías reunidas llegaron concluyeron con que el siguiente paso era trabajar en la base de la sociedad: la familia.
“Detectamos una población vulnerable y la población prioritaria: mujeres, niñas y niños, jóvenes, que ante factores de riesgo como el pandillerismo, alcoholismo, violencia familiar, adicciones, embarazos en adolescentes que provocan deserción escolar y que generaban desviación social como la violencia y la delincuencia, estaban vulnerando su formación”.