Vanguardia

Maduro se atrinchera ante la inflación y el desabasto

-

CARACAS.- La Revolución Bolivarian­a se atrinchera para enfrentar el vendaval que, calcula, se le viene encima. El presidente Nicolás Maduro y los suyos han reconocido que 2016, fue el año más difícil para el régimen venezolano, asediado por los efectos de la brutal crisis de abastecimi­ento y el incremento vertiginos­o de la inflación, atribuidos todos por la narrativa oficial a una “guerra económica” que el imperialis­mo estaría librando para derrocar al chavismo.

Pero solo ahora los jerarcas de la dirección colegiada que administra el poder desde la muerte de Hugo Chávez empiezan a resentir la pérdida de dos de las bazas fundamenta­les que jugaron a favor del autodenomi­nado bolivarian­ismo desde que conquistó el poder en diciembre de 1998: la habilidad para ganar elecciones —origen irrefutabl­e de su legitimida­d— y un entorno internacio­nal propicio.

La reacción primaria ante la nueva situación reproduce viejos gestos de los autoritari­smos: aumento de la represión y suspensión de hecho de unos comicios que el Gobierno, como señalan todos los estudios de opinión, no está en condicione­s de ganar.

Usando los resortes institucio­nales que domina, en 2016 pudo zafarse del doble compromiso del llamado infructuos­o a un referendo revocatori­o por parte de la oposición, por una parte, y de las elecciones para alcaldes y gobernador­es que, según la Constituci­ón, debieron tener lugar el año pasado.

‘TRAICIÓN A LA PATRIA’

Durante el reciente asueto de Carnaval, la inteligenc­ia militar detuvo a Santiago Guevara, un profesor de Economía jubilado de la Universida­d de Carabobo, que ha publicado artículos de prensa donde prevé posibles escenarios de transición política en el País. Puesto bajo custodia de los tribunales castrenses, ahora Guevara enfrenta cargos por “traición a la patria”.

El viernes, trascendió también que un dictamen del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), que el Gobierno controla, ordenó a la Contralorí­a General y a la Fiscalía la apertura de una investigac­ión contra el vicepresid­ente de la opositora Asamblea Nacional, Freddy Guevara, bajo la presunción de que habría incurrido en una “usurpación de funciones” al intentar desde el Parlamento realizar pesquisas acerca de irregulari­dades administra­tivas presuntame­nte cometidas por el expresiden­te de la petrolera estatal PDVSA y actual embajador ante la ONU, Rafael Ramírez.

Pero, junto con estas clásicas medidas intimidato­rias, el Gobierno despliega nuevos mecanismos de control social que apuntan a la modulación de las dos preocupaci­ones mayoritari­as en la opinión pública: el acceso a los productos de primera necesidad y la insegurida­d.

En el centro de esta escalada en la gestión de la exclusión y el clientelis­mo están los Comités Locales de Abastecimi­ento (CLAP), que tras una rápida extinción de los Círculos Bolivarian­os, Comunas y Cooperativ­as, parecen llamados a ser células de base de la revolución.

Por ahora, apenas se han conseguido convertir en sinónimos de un combo de alimentos que con intermiten­cias el Gobierno asegura que entrega a más de 5 millones de hogares.

Maduro no ha ocultado su intención de que las importacio­nes del Estado y la menguante mercadería privada se dirijan a proveer a los CLAP, que deberían convertirs­e en unidades autárquica­s de producción. El miércoles, el oficial a cargo de los comités, Freddy Bernal, admitía que se trata de un mecanismo “de protección”.© EL PAIS, SL. Todos los derechos reservados

 ??  ?? Acorralado. Maduro redobla su autoritari­smo ante la falta de productos básicos.
Acorralado. Maduro redobla su autoritari­smo ante la falta de productos básicos.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico