Embarazada no soporta regaño e intenta matarse
TOMA PASTILLAS PARA MORIR Olga confiesa a su madre que espera un hijo y ahí se gesta la tragedia
Un regaño por parte de su madre después de contarle que está embarazada fue el detonante que originó que una joven de 21 años tomará diversas pastillas para tratar de quitarse la vida.
Al ser descubierta, la joven fue trasladada a las instalaciones de la Cruz Roja y después a un hospital.
Cerca de las 06:45 horas, la madre de Olga Elizabeth Espinoza Martínez, de 21 años, la regañó pues le dijo que tenía ya tres meses de embarazo y pensaba en tener al bebé, lo que molestó a su madre.
Al recibir el regaño Olga Elizabeth se sintió mal y desolada, por lo que decidió prepararse un cóctel de medicamentos para terminar con su existencia en el interior de su domicilio ubicado en Crisantemos 363 de la colonia Valle de las Flores.
Sin embargo, sus planes se vinieron abajo, cuando fue descubierta por la madre, quien al ver que había tomado diclofenaco, paracetamol y aspirinas, la llevó de inmediato a las instalaciones de la Cruz Roja para su atención médica, pero al ser un caso de urgencia fue trasladada a lo Hospital General.
Debido al consumo de los medicamentos, la joven fue internada en las instalaciones del nosocomio, donde ya se recupera después de que se le prestó la inmediata atención por parte de los galenos.
CORAZÓN LE FALLÓ A SUICIDA
Fue un paro cardiaco, derivado de una fuerte intoxicación, lo que condujo a la muerte a Neira Beatriz Quiroz Flores, de 36 años, quien presuntamente se quitó la vida en la desesperación por padecer una enfermedad.
De acuerdo a fuentes del Ministerio Público, fue Juan Carlos Montes Espinoza, de 35 años, esposo de la difunta Neira, quien comentó que ella era atendida en el Cesame regularmente por su padecimiento de los nervios.
No obstante, siempre que iba buscando ayuda, inmediatamente la daban de alta y le daban más y más pastillas, hasta que empezó a descontrolarse en la ingesta de las mismas, pues no veía que sus molestias terminaran.
Presuntamente, el día en que tomó las pastillas que la llevaron a la tumba, Neira fue presa de la desesperación ya que la enfermedad que la aquejaba no se alejaba, por más medicamento que tomara, afirmando su esposo que ella no tenía problemas con nadie.