SALIR DE TLC SERÍA SHOCK PARA EL SISTEMA: TRUMP
Asegura que busca renegociar acuerdo tras conversación con México y Canadá; sus tuits ponen en riesgo mil 200 mdd
WASHINGTON, EU.- El presidente de EU, Donald Trump, confirmó que dará prioridad a la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) ya que salir sería un shock para el sistema; sin embargo, dejó abierta la posibilidad de salir del mismo en caso de que no se llegue a un acuerdo justo.
“Decidí que en lugar de acabar con el TLCAN, que sería un shock bastante grande para el sistema, vamos a renegociarlo”, manifestó el Presidente de Estados Unidos.
El Mandatario de EU explicó que “estaba dispuesto a acabar con el TLCAN en dos o tres días”.
Dijo que estuvo de acuerdo con la petición que le hicieron los presidentes de México, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, al llamarlo el miércoles pasado para pedirle renegociar el Tratado.
EN RIESGO MIL 200 MDD... POR TUITS
Fue muy claro y fue honesto. Le explicó con mucha claridad las consecuencias que tendría su decisión”. Luis Videgaray, canciller mexicano, citando al Presidente Peña Nieto. Me llamaron y dijeron, en lugar de poner fin al TLCAN, por favor, ¿podrías renegociar?”. Donald Trump, presidente de EU
Los tuits de Donald Trump, en los que se hace referencia al Tratado de Libre Comercio, ponen en riesgo mil 200 millones de dólares (mdd). Según cifras citadas por el portal El Semanario, se podría afectar a las exportaciones de EU por 584 mil mdd.
Canadá es el principal consumidor de bienes y servicios estadounidenses. En 2016 Estados Unidos exportó 322 mil mdd, mientras que México realizó compras por 626 mil mdd.
WASHINGTON.- Trump ha vuelto a rectificarse a sí mismo. Tras dos años fustigando el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el presidente de EU ha dado marcha atrás y ha decidido renegociarlo con Canadá y México. La decisión de mantener con vida un acuerdo que llegó a calificar como “el peor de la historia” supone una derrota del Trump más nacionalista.
Como ya ocurriera con China, la OTAN o Siria, el viraje exhibe la endeblez de su discurso electoral.
La marcha atrás fue el resultado de un proceso agónico. Un sector de la Casa Blanca, liderado por el estratega jefe, el radical Steve Bannon, apostó hasta el último minuto por dar un puñetazo en la mesa y romper el tratado.
El anuncio de ruptura no implicaba el cese inmediato del acuerdo, sino que habría abierto una ventana de seis meses, antes de su fin. Un plazo durante el que Washington habría podido recalibrarlo todo desde una posición de fuerza extrema. Borradores con esta salida, que incluso daban fechas de la ruptura, circularon el miércoles por Washington y llevaron a creer a los principales medios que el fin del acuerdo era inminente. Pero la oposición del llamado sector realista, liderado en este caso por el consejero de Comercio, Gary Cohn, consiguió torcer el brazo a Bannon.
ECONOMÍAS
A su favor jugó la magnitud de las economías afectadas: Canadá y México ocupan el segundo y tercer socio comercial de Estados Unidos. El fin del tratado, después de 23 años en vigor, habría supuesto una formidable turbulencia que habría arrastrado en primer lugar a México, que dirige el 80% de sus exportaciones a EU, pero habría acabado afectando a Washington.
La decisión llegó avanzada la tarde del miércoles. Con el peso mexicano y el dólar canadiense en caída libre, Trump dio orden de mantener vivo el acuerdo e iniciar su renegociación: “Yo iba a sacar a nuestro país del tratado, pero el presidente mexicano y el primer ministro canadiense me llamaron y accedí a renegociar”.
Ya en la mañana de ayer, Trump no pudo evitar su matonismo verbal y, para no perder presión negociadora, volvió a amenazar: “Si no alcanzamos un acuerdo justo para todos, entonces pondremos fin al tratado”.
Durante la campaña de Trump el tratado fue blanco continuo de su ira y, en la búsqueda del voto de la clase blanca obrera, le sirvió para apuntalar su nacionalismo económico. En esta radicalización aplaudió el Brexit y pidió para Estados Unidos la salida del tratado como forma de alcanzar “la independencia”. Ya en la Casa Blanca la realidad se ha encargado de atemperar sus bravuconadas. Aunque el coste ha sido muy alto, en especial con el vecino débil.