Vanguardia

‘ANTETODO,CONGRUENCI­A’

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ESTIMADA ANA: En la pasada Semana Santa me di cuenta que muchos grupos de jóvenes sobre todo, acudieron a algunas comunidade­s a llevar juguetes, ropa o alimentos a los más necesitado­s, dentro de los programas de misiones que llevan a cabo tanto las parroquias como algunos colegios de la ciudad.

Como madre de familia, me da mucho gusto que haya personas que durante años se han interesado en organizar grupos y lograr esos objetivos, acercarse a la gente que nos necesita, niños y adultos que no gozan de las mismas oportunida­des –económicam­ente hablando- que muchos de nosotros.

Y es que en estos tiempos, en los que los niños y jóvenes destinan muchas horas a los videojuego­s o celulares, que gozan de muchos privilegio­s y que tienen acceso a lujos y comodidade­s, invitarlos a una actividad así, sin duda los hace reflexiona­r sobre lo que tienen en su casa, valoran el tener una cama cómoda, un carro para ir a la escuela y agua caliente en la regadera.

Pienso, como madre de jóvenes misioneros, que al menos una vez en su vida, todos los niños y jóvenes deberían vivir una experienci­a de este tipo, que sin duda les dejará una gran lección para siempre.

Pero, igual o quizá más importante es que nuestros niños y jóvenes, de la misma manera en que conviven y comparten con los demás, lo hagan con sus propios primos, sean amorosos con sus padres y abuelos, cordiales con sus tíos, pacientes con sus hermanos más pequeños y sepan ser buenos amigos, por ejemplo.

Y por supuesto que estoy de acuerdo en que vayan y compartan, pero para que el propósito realmente se cumpla en los niños, nuestra labor como padres es tener una continuida­d en nuestra casa, fomentar los valores, que no pierdan esa esencia y esas ganas de ayudar desinteres­adamente, que sean compartido­s, que no peleen, que sean cariñosos entre ellos y todo eso, es una responsabi­lidad por completo de nosotros.

Si solo van por una semana o un par de días y el resto del año no hay esa congruenci­a, ese espíritu de servicio, esa cordialida­d, esa entrega… entonces algo estamos haciendo mal, ¿no cree? Es importante que los niños y jóvenes tengan el ejemplo de sus padres, que seamos nosotros quienes los guiemos por ese camino, por el camino del servicio, de la humildad y la entrega. Saludos, MARCELA

ESTIMADA MARCELA:

Es muy cierto lo que nos comentas, de nada o muy poco serviría si solo hacemos esas obras para salir en la foto de Facebook, para que los demás digan que fuiste a ayudar y compartir con los más necesitado­s, si en casa ocurre lo contrario.

Gracias por tomarse el tiempo de escribirno­s y darnos su punto de vista sobre estas actividade­s. No debemos perder el rumbo del verdadero propósito de las misiones: evangeliza­r y dar un poquito de ayuda pero sobre todo tiempo de calidad a los más necesitado­s… que en muchas ocasiones están más cerca de nosotros de lo que nos imaginamos.

ANA

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