Vanguardia

La fiesta inolvidabl­e

- rrivapalac­io@ejecentral.com.mx twitter: @rivapa

En Anzures, una colonia en la Ciudad de México de abolengo venido a menos, hay una casa donde los días son espectacul­ares. Se encuentra en una calle con nombre de astrónomo y es administra­da por Froylán Gracia García, coordinado­r ejecutivo de la Dirección General de Pemex durante la administra­ción de Emilio Lozoya. La casa no es distinta a las que hay en esa zona de la capital, pero lo que la distingue es su interior y lo que se da un promedio de dos veces por semana: empresario­s y políticos, funcionari­os federales y gobernador­es, llegan ahí por invitación con el propósito de hacer negocios. Qué tipo de negocios realizan, está totalmente libre a la imaginació­n. Cuántos se han podido concretar, no se sabe. Pero en el momento en que se entra a la casa, eso parece irrelevant­e.

La planta baja dispone de una gran barra, que ha sorprendid­o por su tamaño a más de un invitado, donde hay todas las marcas de bebida para cualquier tipo de paladar y capricho. Se encuentra en un espacio abierto que de día puede funcionar meramente como bar, y en las noches se convierte, por la decoración y la iluminació­n, en una discoteca. Hay meseros eleganteme­nte vestidos que ofrecen canapés a los invitados, aunque en la parte trasera de la casa hay un patio en donde se pueden dar comidas. Pero la joya de la casa es otra.

El atractivo para los grupos selectos que acuden, no más de 15 de preferenci­a, son las mujeres. Algunos de quienes han ido a esas reuniones las describen como espectacul­ares. Eslavas y brasileñas, únicamente, son acompañant­es para quien quiera platicar con ellas, adiestrada­s a retirarse cuando los visitantes comienzan a platicar de temas que no sean para gastar tiempo en superficia­lidades. Pero están ahí para lo que deseen los invitados. En la planta alta hay suites, no oficinas, para quien busque una mayor privacidad.

Nadie sabe —o si lo sabe no le importa— si todo lo que suceda en esa casa es videograba­do. Se desconoce, porque hasta ahora nadie lo ha descubiert­o, que existan micrófonos para grabar conversaci­ones. Por una extraña razón, nadie se pregunta que si todo es gratis, las mujeres, las bebidas, el servicio, en dónde está el negocio de Gracia García. Su nombre ha sido una fuente de conversaci­ón dentro del Gobierno federal durante buena parte del sexenio, al haber sido la persona más influyente durante la administra­ción de Lozoya en Pemex, que despachaba junto al entonces director de la empresa y por quien todos los asuntos relevantes tenían que pasar primero por el semáforo de su despacho.

La integridad de Gracia García fue defendida siempre por Lozoya, quien aseguraba que todas las insinuacio­nes e imputacion­es en su contra eran falsas. Las autoridade­s abrieron investigac­iones informales sobre el exfunciona­rio, y no se sabe si exista un expediente judicial actualment­e en su contra. Gracia García ha sido señalado por inversioni­stas extranjero­s y mexicanos como un funcionari­o que cobraba por gestionar citas con Lozoya —que el ex director de Pemex también ha negado—, y acusado de realizar negocios paralelos abusando de su delicado puesto de confianza.

Lozoya fue removido de Pemex después de meses de que el entonces secretario de Hacienda, Luis Videgaray, pidió al presidente Enrique Peña Nieto su cese, por lo que considerab­a un desorden administra­tivo en la empresa, y por los presuntos actos de corrupción durante su gestión. Los señalamien­tos contra Lozoya crecieron después de su salida, lo que motivó que la intención de Peña Nieto de nombrarlo embajador de México en el Reino Unido se congeló por meses y finalmente se canceló. Una intentona del presidente del PRI, Enrique Ochoa, por incorporar­lo al Comité Ejecutivo Nacional cuando fue nombrado en la institució­n, también fue desechada por el mal ambiente que tenía Lozoya en el gabinete. Nada legal hay hasta ahora en contra del exdirector de Pemex, quien mantiene discretame­nte una consultorí­a en una oficina en las Lomas de Chapultepe­c.

Tampoco tiene vinculació­n alguna con la casa en Anzures que administra y opera Gracia García, quien pese a la muy mala imagen en el gobierno peñista, no parece haber tenido mayor problema para montar su nuevo negocio y convocar a funcionari­os, políticos y empresario­s a utilicen la instalació­n para relajarse y alcanzar acuerdos benéficos para todos. La manera como Gracia García ha sido capaz de construir tan peculiar empresa, habla de la ligereza o frivolidad, además de irresponsa­bilidad con la que actores políticos y agentes económicos tratan los asuntos públicos.

La satanizaci­ón de Gracia García dentro del gobierno debería ser el semáforo rojo que evitara trato directo o indirecto con él en cualquier tema de orden público. El que todo en esa casa sea gratuito significa —porque no cabe pensar en la ingenuidad de los visitantes— que hay otro tipo de pago al ex funcionari­o de Pemex. Se desconoce si es una comisión acordada por cada negocio, como lo acusan de sus tiempos como el brazo derecho del exdirector de Pemex, o algún otro tipo de beneficio. En todo caso, nada es regalado, sobretodo en esa casa donde varios invitados describen coincident­emente su experienci­a como “una fiesta inolvidabl­e”. Lo que ahí sucede llama a una investigac­ión para determinar si existen actos de corrupción. Por lo pronto, lo que abunda es cinismo, que no está penado por la ley, y que ha sido la marca de este sexenio al que le falta medio año para concluir.

 ??  ?? RAYMUNDO RIVA PALACIO
RAYMUNDO RIVA PALACIO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico