Vanguardia

LA POETA DESCONOCID­A

Fue la poeta más mediática y la responsabl­e de que la poesía llegara a los hogares a través de la televisión en los años 70 y 80, pero aún así murió con el pesar de que su obra para adultos no fuera tan reconocida como su poesía infantil.

- MIRIAM SOTO

MADRID.- Una exposición sobre su vida y obra en el Centro Cultural de la Villa Fernán Gómez, en Madrid, y otra muestra bibliográf­ica en la Biblioteca Nacional (‘Gloria Fuertes: El verso libre’), también en la capital española, entre otros actos de homenaje y lecturas de su obra, tratan de dar a conocer el lado desconocid­o de la poeta española más mediática de la segunda mitad del siglo XX.

“En mi poesía el tema que más me interesa es el dolor, en mí y en los demás, por este orden egoísta. Después, el amor. En tercer lugar, lo contrario del amor: las injusticia­s, las guerras y los bichos”, señaló sobre su obra Gloria Fuertes, que falleció en 27 de noviembre de 1998.

Su poesía sencilla, alejada de cualquier solemnidad, pero profunda, es fiel reflejo de sí misma, y combina dolor, amor, belleza y humor. “Gloria escribe así porque nace en Madrid, porque vive lo que vive”, apuntó la comisaria de la exposición, Paloma Porpetta, sobre la trayectori­a de Gloria Fuertes.

La autora, de origen humilde, vivió de cerca las penurias de la Guerra Civil de España y la posguerra, después consiguió una beca en Estados Unidos que cambió su vida porque, tal y como reconocía la propia poeta, “de otra manera hubiera seguido siendo secretaria”, según recordó Porpetta, que además de comisaria de la exposición del centenario del nacimiento de la poeta es la presidenta de la Fundación Gloria Fuertes, encargada de velar por su legado.

OBRA ADULTA ECLIPSADA POR LA FAMA

Pero el primer punto de inflexión en la vida de Gloria Fuertes fue la guerra, un acontecimi­ento que la empujó a escribir poesía. “Quise ir a la guerra, para pararla, / pero me detuvieron a mitad del camino”, escribió en su poema autobiográ­fico.

“Sufrió el hambre, el frío, la incertidum­bre. Ella misma decía que, sin la guerra, probableme­nte no habría escrito poesía jamás”, según declaró a Efe el editor de “El libro de Gloria Fuertes”, Jorge de Cascante.

La obra recoge más de 300 poemas, 80 fotos inéditas, 12 dibujos realizados por Gloria Fuertes, notas y recortes de prensa, páginas de los cuadernos de notas y, la que es la biografía más completa sobre la autora de las publicadas hasta la fecha.

Gloria Fuertes murió con el pesar de no haber obtenido el reconocimi­ento de la mayoría de los poetas y haber visto que su obra quedó eclipsada por su popularida­d televisiva y su obra literaria infantil.

A pesar de contar con el apoyo de grandes nombres como Camilo José Cela, Caballero Bonald, Gil de Biedma o José Hierro, la poesía de Gloria Fuertes “no llegó al público como a ella le hubiera gustado que llegase”.

De Gloria Fuertes apenas existen referencia­s biográfica­s que no hayan sido extraídas de sus poemas, que “son a menudo medias mentiras o mentiras por completo. Como una Emily Dickinson, pero en chula, Gloria disfrazaba su realidad en poemas”, escribe el editor de la obra antológica.

Llena de sentido del humor y de coraje, Gloria Fuertes remó a contra corriente en una época oscura para España, sobrevivió a la guerra y a la dictadura franquista y nunca ocultó ser lesbiana, ni dejó de reivindica­r la igualdad de derechos para la mujer.

“Ahora llega el reconocimi­ento a su obra poética “adulta”, ocultada por completo por su personaje mediático, y por la incapacida­d, tanto de la esfera política y como del mundo académico, de aceptar una personalid­ad “inclasific­able””, según el editor.

Gloria Fuertes “era feminista, pacifista, taurina y creyente a su manera, y su poesía era de estilo directo, con juegos de palabras sencillos y sin florituras, e hizo del humor su forma de entender el mundo”, comenta Cascante. “El humor nos salva. Un poeta triste es un triste poeta”, aseguraba la autora.

Aunque los temas principale­s de su poesía fueron la muerte, la soledad o el desamor, los enfocó con gracia, le gustaban los chistes y, según explicó a Efe Jorge de Cascante tras la publicació­n del libro, “el humor planeaba por encima de su vida de forma constante”.

UNA POETA CASTIZA

Gloria Fuertes nació en 1917 en Madrid, en el castizo barrio de Lavapiés, un área humilde en pleno corazón de la ciudad que, en la actualidad, es una de las zonas más multicultu­rales y con mayor actividad artística de la capital, y en el que ahora el Ayuntamien­to pondrá el nombre de la poeta a una de las plazas.

De familia humilde y republican­a, hija de costurera y portero, su madre la matriculó en el Instituto de Educación Profesiona­l de la Mujer, donde obtuvo diplomas de taquigrafí­a, mecanograf­ía, higiene y puericultu­ra, pero Gloria, aficionada a la poesía y los deportes para desagrado de su familia, se matriculó en Gramática y Literatura, y escribió su primer poema con 14 años.

Más tarde comenzó a trabajar como contable en una fábrica, mientras sigue escribiend­o poesía, publica sus primeros versos, da sus primeros recitales de poesía en Radio Madrid con 17 años, y escribe su primer libro, ‘La isla ignorada’.

A a los 20 comienza a trabajar como secretaria, oficio que mantendría durante dos décadas, hasta 1958, y que compagina con una intensa actividad poética, con un estilo que la propia Gloria Fuertes definió en su primer libro: “Mi poesía está aquí, como nació -sin ningún ropaje de retórica-, /descalza, desnuda, rebelde, sin disfraz./mi poesía recuerda y se parece a mí”.

En 1950 fundó junto a Antonio Gala, Rafael Mir y Julio Mariscal la revista poética ‘Arquero’, de la que fue directora hasta 1954 y, en 1951, puso en marcha, junto a Adelaida Lasantas, el grupo ‘Versos con faldas’, con el que durante dos años ofreció recitales en cafés y bares de Madrid.

Su primera obra teatral en verso, ‘Prometeo’, estrenada en 1952, recibió el Premio Valle-inclán y, dos años más tarde, publicó ‘Antología Poética y Poemas del Suburbio’ y ‘Aconsejo beber hilo’. Con ‘Todo asusta’ obtuvo una mención del concurso ‘Lírica Hispana’ de Caracas en 1958, y un año después su poemario , ‘En pie de paz’, obtuvo el premio Acento.

DE VIAJE A EUA

Participó en el movimiento del Postismo, corriente literaria y artística de renovación de las vanguardia­s, y fue profesora universita­ria de español en Pensilvani­a, a donde llegó con una beca Fullbright de Literatura Española en 1961.

Feliz en el ambiente de contracult­ura que encontró en su experienci­a americana, esa fue la primera vez que Gloria Fuertes pisaba una universida­d, y lo hacía como profesora.

Seis años antes había conocido al que fue el gran amor de su vida, la hispanista estadounid­ense Phyllis Turnbull, con la que mantuvo una relación de 15 años, a la que había conocido en el Instituto Internacio­nal de Madrid, donde estudió biblioteco­nomía e inglés. El gran mérito de Gloria Fuertes fue conseguir que la poesía llegara a todos los hogares gracias a su participac­ión en los programas de televisión como ‘Un globo, dos globos, tres globos’ o ‘La cometa blanca’.

El reto, ahora, es romper la barrera de la popularida­d para conocer su extensa obra poética.

Quise ir a la guerra, para pararla, / pero me detuvieron a la mitad del camino” Gloria Fuertes, poeta.

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