Crecen las sospechas en torno al yerno de Trump
Jared Kushner le propuso al embajador ruso Sergei Kislyak tener un canal de comunicación secreto entre ambas naciones, según TWP
WASHINGTON.-LA figura de Jared Kushner, yerno de Donald Trump y uno de sus asesores más cercanos, está cada vez más presente en la investigación a la llamada trama rusa que acecha al presidente de Estados Unidos. El embajador ruso en Washington, Sergei Kislyak, comunicó al Kremlin que Kushner le propuso en diciembre la posibilidad de establecer un canal secreto y seguro de comunicación entre el equipo del presidente electo y el Gobierno de Vladímir Putin antes de la toma de posesión de Trump, según el diario The Washington Post.
El diario cita a funcionarios estadounidenses que tuvieron acceso a comunicaciones interceptadas entre Kislyak y sus superiores en Moscú. En esas comunicaciones, el embajador asegura que Kushner le hizo la propuesta en una reunión a principios de diciembre en la Torre Trump, en Nueva York, cuando faltaba un mes y medio para la investidura presidencial.
El yerno de Trump, según el embajador, le sugirió utilizar instalaciones diplomáticas rusas para establecer el canal de comunicación secreto, en lo que puede interpretarse como un intento de evitar que las conversaciones fueran interceptadas por los servicios de espiona- je estadounidenses. Kislyak, sin embargo, habría rechazado la propuesta ante el riesgo que implicaba abrir las puertas de las sedes diplomáticas rusas y sus sofisticados sistemas de comunicación a ciudadanos norteamericanos.
Es una incógnita cuál era el verdadero objetivo de Kushner, un multimillonario de 36 años, sin experiencia política y marido de Ivanka Trump, que también trabaja como asesora en la Casa Blanca. Es posible que pecara de ingenuidad al hacer una propuesta de ese tipo y pensar que no sería descubierta, algo que parece improbable si se tiene en cuenta que EU analiza al detalle todos los movimientos de los diplomáticos rusos en el país.
La mera sugerencia de establecer un canal secreto, fuera de los posibles sistemas de comunicación seguros del Gobierno estadounidense, alimenta la sospecha de que el equipo de Trump quería ocultar algo sobre sus contactos con el Kremlin.©