Inseguridad ‘garantizada’
La defensa personal y la propiedad privada, son leyes que dan certeza al ciudadano estadounidense a la hora de actuar cuando se encuentre en una situación de amenaza real. Es así como los ciudadanos se sienten protegidos por la Ley, han constatado que su Constitución es un documento difícil de modificar.
En cambio, en México, presidentes y gobernadores juran cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de esta emanan. Pero tan pronto se sientan en su oficina gubernamental, se encargan de lanzar iniciativas de ley y parches a las existentes hasta que logran, con la facilidad que permite la complicidad de los congresos que hace rato histórico que no representan al pueblo, sino a intereses “creados”.
Traicionan a los gobernados redactando leyes oblicuas desviadas del propósito y con infinidad de tangentes. También se aseguran de dejar lagunas por donde evadirlas o interpretarlas como en el juego de pirinola “todos ganan”. Todos, menos el ciudadano indefenso.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), estableció el programa canje de armas. Quienes acuden reciben dos o tres mil quinientos pesos a cambio, en respuesta al anuncio difundido. En ese momento pareciera encenderse un semáforo en verde que avisa a los maleantes que las víctimas estarán más indefensas que nunca.
Las variables que entran en juego arrojan posibilidades preocupantes: si el ciudadano se arma, hasta un niño pequeño podrá activar el arma incluso contra sí mismo. Si los maleantes nos saben indefensos, saben sin lugar a dudas que es el mejor momento para tomar la plaza: asaltos a casas habitación, comercios establecidos, robo de vehículos, más robo con violencia a tanseúntes.
El principal elemento que permite avanzar en la calidad de vida personal y familiar es sentirse seguro, vivir en paz, disfrutar de todos los espacios públicos de la ciudad y fortalecer actividades que beneficien a la familia. Por su parte, familias son las responsables de crear hogares sólidos para no regalarle hijos a la delincuencia.
En países que no tienen, como lo es México, instituciones sólidas, ni madurez institucional, el enemigo es siempre el que está frente al cañón del arma de quien la porta. El ciudadano no sabe si la Policía o los uniformados de instituciones castrenses son: fuerza preventiva o represiva.
¡Decídete a ser feliz hoy!