El engaño
La estrategia puesta en práctica por el PAN de Coahuila para sembrar la duda y, con ello, enturbiar el resultado de la pasada elección de Gobernador está empezando a mostrar aspectos que revelan el engaño. Todo parece ser parte de un plan muy bien estructurado que empezó a fraguarse mucho antes del inicio del proceso electoral.
Pocos recuerdan la intervención de los panistas en la designación de la Consejera Presidenta del IEC. Sí, mamá, fueron precisamente los azules quienes evitaron que María de los Ángeles López dirigiera el Instituto Electoral coahuilense, por tener, según argumentaron, vínculos con el PRI. A Luis Fernando Salazar y Dora Alicia Martínez Valero les correspondió “cabildear” en México que la designación para el referido cargo recayera en Gabriela de León. Y como si el pasado pudiera borrar- se, son los mismos panistas quienes ahora reniegan de la funcionaria a quien en su momento apoyaron, cargándole el mismo “muertito”. Que Gabriela de León fue ungida en el cargo por el Gobernador actual y eso la convierte en un árbitro parcial, es un engaño.
Para los conservadores, el Prep es un factor que evidencia un supuesto fraude electoral cometido en su agravio. Repiten incesantemente que el programa diseñado para mostrar los resultados preliminares (subrayo preliminares) dejó de funcionar sospechosamente cuando se había computado el 72 por ciento de las actas. Ya ha sido aclarado que el sistema no se “cayó”, como se pretende hacer creer. El programa concluyó una vez que se capturó la información de las actas que el IEC tenía a la vista. El resto se encontraba dentro de los paquetes electorales, eran ilegibles o presentaban alguna inconsistencia menor, lo que hacía imposible su cómputo de acuerdo a las disposiciones aplicables. Lo anterior ha sucedido en otras entidades sin que esto represente suspicacia alguna. Que el Prep se detuvo misteriosamente para beneficiar al candidato del PRI, es un engaño.
Guillermo Anaya ha dicho recurrentemente que el órgano electoral le dio el triunfo en la madrugada del 5 de junio, a través del llamado conteo rápido, el cual no es más que una estimación estadística basada en una muestra aleatoria, por lo que no es suficiente para determinar un ganador. Además, de las 694 casillas seleccionadas como muestra, el IEC llevó a cabo dicho conteo con sólo 379 de ellas; es decir, esos resultados se obtuvieron con apenas 54 por ciento de la muestra. Por si eso fuera poco, Javier Márquez, reconocido politólogo e investigador del CIDE, evidenció que de haberse hecho el cómputo completo, el conteo rápido hubiera favorecido al candidato tricolor. Que el IEC llegó a declarar a Anaya como vencedor en la contienda, es un engaño.
Según los panistas, las actas que tienen en su poder y que les fueron entregadas a sus representantes de casilla el día de la jornada electoral, les dan un contundente triunfo. Sin embargo, aun cuando han sido cuestionados en forma reiterada por los medios locales y nacionales sobre la cifra exacta de votos a su favor, hasta la fecha no han podido, o no han querido, responder a esa pregunta; como tampoco han mostrado las actas que dicen tener. Que Guillermo Anaya y su equipo tienen en sus manos las actas que lo convierten en el ganador, es un engaño.
Aquí en confianza, mientras el encono y la polarización generada por los panistas y sus aliados alcancen para mantener a su líder nacional en el cargo, los falsos argumentos seguirán difundiéndose en Coahuila sin limitación alguna. Seguramente habrá nuevas declaraciones, entrevistas y conferencias de prensa que en nada abonan a la estabilidad política. Por lo pronto, el balón está en la cancha del Tribunal Electoral local cuyos magistrados ya revisan la impugnación “más sustentada de la historia” (otro engaño). Lo cierto es que Guillermo Anaya fracasó, y no precisamente por haber perdido de nuevo la contienda por la Gubernatura coahuilense. Escribió el porteño Jorge Luis Borges: “Una derrota nunca es un fracaso. Fracaso habrá, si acaso, cuando no somos capaces de asumir la derrota”. www. vanguardia. com.mx/ diario/opinion
JAIME VALLS ESPONDA
> Diálogos sobre la educación superior en América del Norte
MIGUEL CARBONELL
> Crisis de la justicia penal
JOSÉ RAMÓN COSSÍO DÍAZ
> Los nuevos procesos civiles y familiares Este árbol de chabacano es muy humilde, tanto que ni siquiera sabe que su nombre es albaricoquero.
Está siempre olvidado en un rincón del huerto. No llegan a él los regadores, y vive sólo del agua que le envía la piedad del cielo. Y es viejo, como lo muestran su nudoso tronco y sus torcidas ramas.
Aun así cada año nos regala sus frutos, cada uno de ellos un pequeño sol de terciopelo y miel, un pomo de perfume, una suave redondez de un color entre rojo, anaranjado y amarillo que ningún pintor puede imitar.
Hemos llenado un canastillo con los chabacanos que el anciano árbol nos dio. Están ahora sobre la mesa de la cocina, y su aroma llega a todos los rincones de la casa. Sentiré pena al morder uno de los hermosos frutos, pero el deseo de gozar su dulzor será tan grande que no podré resistir la tentación.
Me comeré un chabacano, pues, y eso será como gustar una probadita del paraíso que habitaron Adán y Eva. Iré luego a pedirle perdón a ese árbol humilde que olvida nuestro olvido y nos enseña la lección de dar aunque no te den.
¡Hasta mañana!...