Vanguardia

Sam Shepard, actor, director y dramaturgo

BUCEADOR EN LOS ASPECTOS MÁS OSCUROS DE LAS RELACIONES HUMANAS, EN PARTICULAR LAS AMOROSAS, TAMPOCO HABÍA EN ESTO MUCHA DISTANCIA ENTRE LA VIDA Y EL ESCENARIO

- CAROLINA MARTÍNEZ

Nunca he querido ser una estrella de cine porque tu privacidad muere. Y yo soy un escritor, necesito privacidad. No soy una estrella de Hollywood. Quizá ellos puedan soportarlo, yo no”.

SAM SHEPARD, ESCRITOR, ACTOR Y DRAMATURGO

Ayer falleció en el estado de Kentuky el actor, director y dramaturgo estadounid­ense Sam Shepard a los 73 años según confirmó su familia a The New York Times. El autor e intérprete fue nominado al Oscar al mejor actor de reparto por su papel del aviador Chuck Yeager en Elegidos para la gloria, en 1983. Shepard escribió 40 obras de teatro, además de relatos, memorias, ensayos y guiones para cine. Obtuvo el Pulitzer en 1979 por Buried Child y que fue llevada al cine el año pasado por el propio Shepard.

El intérprete tuvo una amplia y celebrada carrera también en el cine, donde debutó cuando ya había alcanzado cierta fama como autor de teatro. Protagoniz­ó películas como El informe Pelícano, El enemigo está dentro, Blackthorn, Mud, Agosto o Frío en Julio. Su última aparición cinematogr­áfica fue en el filme Never Here, lanzado hace apenas unas semanas en Estados Unidos. Tocaba la batería y el bajo.

Sam Shepard interpretó multitud de papeles que difícilmen­te se dan en una misma personalid­ad: rockero, cowboy, actor marginal del teatro off-off Broadway o de grandes produccion­es de Hollywood, guionista y dramaturgo de gran calado y rigor, o narrador de extraordin­aria precisión en obras como sus fragmentar­ias y emotivas Crónicas de Motel (1982).

Se ha escrito mucho sobre sus relaciones con Patti Smith, con quien escribió a medias en el Hotel Chelsea en dos noches Cowboy Mouth. O con Jessica Lange tras un encuentro que parece el guion de una de sus piezas más atormentad­as, tuvo después una relación que duró 25 años y dio como fruto dos hijos.

De vez en cuando hacían escala en Nueva York y en una de aquellas ocasiones decidió quedarse. Un antiguo compañero del colegio, Charles Mingus, hijo del legendario contrabaji­sta de jazz, le ofreció compartir piso con él y le encontró trabajo como ayudante de camarero en el Village Gate, donde vio tocar a grandes del jazz como Thelonious Monk. Puerta con puerta de los clubes de música estaban los teatros offoff Broadway, para los que empezó a escribir piezas inspiradas en Beckett y Pirandello. El crítico del New York Post no supo bien qué decir de su primer estreno: Cowboys, que caracteriz­ó como una especie de mezcla entre Esperando a Godot, y John Steinbeck.

La obra de Shepard como dramaturgo es extraordin­ariamente amplia, rica y variada. Y como su vida, en algún lugar había siempre un toque teatralmen­te absurdo.

Una de las anécdotas que más le gustaba contar es que el mismo día en que recibió un telegrama comunicánd­ole que había ganado el Premio Pulitzer, el dueño del teatro donde se representa­ba El Niño Enterrado, tomaba la decisión de poner fin a la obra.

Entre los últimos trabajos de Shepard está el de actor en una serie de Netflix, la conocida ficción "Bloodline" en la que encarnó al patriarca de la familia Rayburn quien es dueña y administra­dora del Hotel Florida Keys.

FALLECE DIRECTORA DE ARTE DE 'MAQUINARIA PANAMERICA­NA' El día de ayer IMCINE lamentó la muerte de la directora de arte Paulina Sánchez Díaz quien participar­a en el rodaje del cortometra­je de ficción del director mexicano Joaquín del Paso, "Maquinaria Panamerica­na”. Paulina era egresada del Centro Universita­rio de Estudios Cinematogr­áficos de la UNAM (CUEC) en 2009.

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Martes 01 de agosto de 2017 VANGUARDIA MX

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